San Anno II de Colonia, obispo.
Golpista, regente y prelado evangelizador.
San Anno II de Colonia, obispo. 4 de diciembre.
Anno nació en el año 1000, y era hijo un caballero suavo venido a menos, y pariente de los Condes de Suavia. Gracias a esta parentela, pudo estudiar en la prestigiosa escuela catedralicia de Bamberg, donde fue ejemplar alumno, teniendo siempre excelentes resultados y premios. Aunque no era especialmente piadoso, el rey Enrique III le "recomendó" para una canonjía en la catedral de Goslar. No consta con certeza si ya era presbítero o fue ordenado a partir de este cargo, que conllevaba pingües beneficios. En 1040 el mismo rey le eligió como consejero y canciller del Imperio, y al mismo tiempo ejercía como confesor de la familia.
En 1056 fue elegido para arzobispo de Colonia, y ese mismo año murió el rey, dejando al pequeño Enrique IV como heredero, mientras su viuda, Inés de Aquitania, ocupaba el cargo de regente. La reina era inestable, débil ante algunos consejeros y ponía en peligro la estabilidad del reino y la sucesión. Por ello Anno encabezó un golpe de estado junto a Otón, duque de Baviera y Ecbert, conde de Brunswick. Comenzó una guerra civil, que terminó en 1062, cuando Anno capturó al pequeño Enrique IV en Kaiserwerth y le llevó triunfalmente a Colonia, donde le coronó, y al mismo tiempo se proclamó regente, asumiendo el gobierno del Imperio. Ese mismo año elevó las reliquias de San Agilulfo de Colonia (31 de marzo), trasladándolas a la iglesia de Santa Maria "ad Gradus". Fue preceptor del joven Enrique, y bajo su gobierno (ambos, terrenal y espiritual), su diócesis se hizo una de las más fuertes y ricas de Alemania. Fue gran defensor del papa Alejandro II frente al obispo Cadalo, que se autoproclamó papa, e hizo que todos los obispos alemanes le secundaran en el Sínodo de Augsburgo, en 1062. Y en 1064 repitió su adhesión al legítimo papa en el Sínodo de Parma.
En 1066 abandonó la regencia, luego que designase a su sobrino Conrad como obispo de Tréveris. Resultó que el conde Teodorico reclamó su derecho a investir al obispo, como conde legítimo que era. Anno se enzarzó en un litigio (de nuevo el problema de las investiduras) que terminó cuando su joven sobrino fue asesinado. Aunque nunca se pudo probar, todos sospecharon del obispo elegido por Teodorico. Afectado por esta muerte, Anno se volcó en el gobierno espiritual de su sede, aunque en 1072 hubo de mediar para hacer la paz entre el emperador Enrique IV y los príncipes sajones.
En su sede comenzó a reformar la vida del clero mediante sínodos, catequizó al pueblo, reorganizó la caridad y fundó los monasterios de Siegburg, Saalfeld y Grafschaft. Fue un gran aliado de los papas Gregorio VII y Esteban IX en la reforma de la Iglesia, principalmente en la lucha contra el amancebamiento de los presbíteros, imponiendo la estricta observancia del celibato. Persiguió la simonía, denunció la vida inmoral del pueblo y de muchos clérigos y reformó monasterios masculinos y femeninos. Toda su ansia de reforma y vida cristiana le valió el rencor de los renuentes a reformarse y de los nobles impenitentes por lo que le echaron de la ciudad en 1074, calumniado y vejado. En este contexto, algunas sedes sufragáneas buscaron su independencia de Colonia, promoviendo una nueva organización eclesiástica, pero no les duró mucho, pues en 1075 una revuelta de campesinos colocó a Anno de nuevo en su sede.
Pero el viejo obispo ya estaba harto del mundo y de sus intrigas, incluso las eclesiásticas, por ello renunció a la sede y se retiró en su amado monasterio de Siegburg, dedicado a la oración y la penitencia. Allí falleció el 4 de diciembre del mismo año y allí se veneran sus reliquias. El papa Lucio III le canonizó en 1183.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 4 de diciembre además se celebra a Santa Bárbara de Nicomedia, virgen y mártir.
En 1056 fue elegido para arzobispo de Colonia, y ese mismo año murió el rey, dejando al pequeño Enrique IV como heredero, mientras su viuda, Inés de Aquitania, ocupaba el cargo de regente. La reina era inestable, débil ante algunos consejeros y ponía en peligro la estabilidad del reino y la sucesión. Por ello Anno encabezó un golpe de estado junto a Otón, duque de Baviera y Ecbert, conde de Brunswick. Comenzó una guerra civil, que terminó en 1062, cuando Anno capturó al pequeño Enrique IV en Kaiserwerth y le llevó triunfalmente a Colonia, donde le coronó, y al mismo tiempo se proclamó regente, asumiendo el gobierno del Imperio. Ese mismo año elevó las reliquias de San Agilulfo de Colonia (31 de marzo), trasladándolas a la iglesia de Santa Maria "ad Gradus". Fue preceptor del joven Enrique, y bajo su gobierno (ambos, terrenal y espiritual), su diócesis se hizo una de las más fuertes y ricas de Alemania. Fue gran defensor del papa Alejandro II frente al obispo Cadalo, que se autoproclamó papa, e hizo que todos los obispos alemanes le secundaran en el Sínodo de Augsburgo, en 1062. Y en 1064 repitió su adhesión al legítimo papa en el Sínodo de Parma.
En 1066 abandonó la regencia, luego que designase a su sobrino Conrad como obispo de Tréveris. Resultó que el conde Teodorico reclamó su derecho a investir al obispo, como conde legítimo que era. Anno se enzarzó en un litigio (de nuevo el problema de las investiduras) que terminó cuando su joven sobrino fue asesinado. Aunque nunca se pudo probar, todos sospecharon del obispo elegido por Teodorico. Afectado por esta muerte, Anno se volcó en el gobierno espiritual de su sede, aunque en 1072 hubo de mediar para hacer la paz entre el emperador Enrique IV y los príncipes sajones.
En su sede comenzó a reformar la vida del clero mediante sínodos, catequizó al pueblo, reorganizó la caridad y fundó los monasterios de Siegburg, Saalfeld y Grafschaft. Fue un gran aliado de los papas Gregorio VII y Esteban IX en la reforma de la Iglesia, principalmente en la lucha contra el amancebamiento de los presbíteros, imponiendo la estricta observancia del celibato. Persiguió la simonía, denunció la vida inmoral del pueblo y de muchos clérigos y reformó monasterios masculinos y femeninos. Toda su ansia de reforma y vida cristiana le valió el rencor de los renuentes a reformarse y de los nobles impenitentes por lo que le echaron de la ciudad en 1074, calumniado y vejado. En este contexto, algunas sedes sufragáneas buscaron su independencia de Colonia, promoviendo una nueva organización eclesiástica, pero no les duró mucho, pues en 1075 una revuelta de campesinos colocó a Anno de nuevo en su sede.
Pero el viejo obispo ya estaba harto del mundo y de sus intrigas, incluso las eclesiásticas, por ello renunció a la sede y se retiró en su amado monasterio de Siegburg, dedicado a la oración y la penitencia. Allí falleció el 4 de diciembre del mismo año y allí se veneran sus reliquias. El papa Lucio III le canonizó en 1183.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 4 de diciembre además se celebra a Santa Bárbara de Nicomedia, virgen y mártir.
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