Santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13. Viernes II de Adviento
Por: H. Álvaro García, LC | Fuente: www.somosrc.mx
Por: H. Álvaro García, LC | Fuente: www.somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia de descubrir el regalo del carisma que ha puesto en mí, y que no tenga miedo de compartirlo. Quiero descubrirte en mi corazón y que renazcas en él en esta Navidad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13
En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?".
Él les respondió: "Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos".
Entonces entendieron los discípulos que se les hablaba de Juan el Bautista.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Tiene que venir Elías antes que el Salvador» dicen los escribas. ¡Qué paciencia la de Jesús! Constantemente los sabios le rechazaban como Mesías, no creían que Jesús fuera el Salvador.
Imaginémonos como un escriba que está de pie delante de Jesús y le repetimos esas palabras: Yo, escriba pecador, veo mucho desorden en mi vida: pasiones, miedos, rencores… «Alguien debe venir a poner orden antes de que llegue el Salvador.» Yo, como los pobres escribas, no me doy cuenta de que tengo a mi Salvador delante de mí. ¿Realmente Dios vive en mi corazón, en medio de esta porquería de mi alma? ¿De verdad que Jesús puede amar a través de mi corazón sucio?
«Elías ya ha venido» responde el Señor, «y han hecho con él lo que les vino en gana.» ¡Cuántos padres y padrecitos, cuántos amigos no han venido antes que Jesús para anunciármelo! Y yo, ¿qué hice con ellos? ¿Ignoré estos Elías que el Señor envió? Pero no importa, el caso es que Jesús ya vino a mi alma, estuviera como estuviera. Jesús no tuvo miedo del desorden y ahora está en mí. Jesús no dudó en subir las montañas que yo no aplané, no temió cruzar los bosques obscuros de las perezas y orgullos que debía talar. Jesús me quiere tanto que está ahora delante de mí. Él quiere empezar a amar a través de mí y, al mismo tiempo, poner orden.
«Vivir más “dentro” que “fuera” de nosotros mismos, y a ir hacia “el más profundo centro” como dice San Juan de la Cruz, porque Dios vive allí, y allí nos invita a buscarlo. El verdadero profeta en la Iglesia es el y la que viene del “desierto”, como Elías, rico de Espíritu Santo, y con la autoridad que tienen los que han escuchado en silencio la sutil voz de Dios. Os animo a que acompañéis a las personas a “hacer amistad” con Dios. Santa Teresa decía: “Casi nunca me cansaba de hablar o escuchar de Dios”. Nuestro mundo tiene sed de Dios».
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2019).
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia de descubrir el regalo del carisma que ha puesto en mí, y que no tenga miedo de compartirlo. Quiero descubrirte en mi corazón y que renazcas en él en esta Navidad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13
En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?".
Él les respondió: "Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos".
Entonces entendieron los discípulos que se les hablaba de Juan el Bautista.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Tiene que venir Elías antes que el Salvador» dicen los escribas. ¡Qué paciencia la de Jesús! Constantemente los sabios le rechazaban como Mesías, no creían que Jesús fuera el Salvador.
Imaginémonos como un escriba que está de pie delante de Jesús y le repetimos esas palabras: Yo, escriba pecador, veo mucho desorden en mi vida: pasiones, miedos, rencores… «Alguien debe venir a poner orden antes de que llegue el Salvador.» Yo, como los pobres escribas, no me doy cuenta de que tengo a mi Salvador delante de mí. ¿Realmente Dios vive en mi corazón, en medio de esta porquería de mi alma? ¿De verdad que Jesús puede amar a través de mi corazón sucio?
«Elías ya ha venido» responde el Señor, «y han hecho con él lo que les vino en gana.» ¡Cuántos padres y padrecitos, cuántos amigos no han venido antes que Jesús para anunciármelo! Y yo, ¿qué hice con ellos? ¿Ignoré estos Elías que el Señor envió? Pero no importa, el caso es que Jesús ya vino a mi alma, estuviera como estuviera. Jesús no tuvo miedo del desorden y ahora está en mí. Jesús no dudó en subir las montañas que yo no aplané, no temió cruzar los bosques obscuros de las perezas y orgullos que debía talar. Jesús me quiere tanto que está ahora delante de mí. Él quiere empezar a amar a través de mí y, al mismo tiempo, poner orden.
«Vivir más “dentro” que “fuera” de nosotros mismos, y a ir hacia “el más profundo centro” como dice San Juan de la Cruz, porque Dios vive allí, y allí nos invita a buscarlo. El verdadero profeta en la Iglesia es el y la que viene del “desierto”, como Elías, rico de Espíritu Santo, y con la autoridad que tienen los que han escuchado en silencio la sutil voz de Dios. Os animo a que acompañéis a las personas a “hacer amistad” con Dios. Santa Teresa decía: “Casi nunca me cansaba de hablar o escuchar de Dios”. Nuestro mundo tiene sed de Dios».
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
No esperaré a ser perfecto para amar: hoy diré unas palabras agradables y convincentes a aquella persona con la que no me llevo bien.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
No esperaré a ser perfecto para amar: hoy diré unas palabras agradables y convincentes a aquella persona con la que no me llevo bien.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Reflexión de Mons. Enrique Díaz en audio:
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