jueves, 6 de agosto de 2020

Imitación de Cristo (Consejos útiles para la vida espiritual)

PARTE PRIMERA
CONSEJOS ÚTILES PARA LA VIDA ESPIRITUAL.


Capítulo XV
OBRAS HECHAS
 POR AMOR.


1. Por ninguna cosa del mundo ni por deferencia a alguna persona debe hacerse algo malo, pero por utilidad de un necesitado debe interrumpirse la buena obra, o cambiarla por otra mejor. Esto no significa que la buena obra quede destruida sino que se ha convertido en más buena. Sin amor, las actividades exteriores de nada sirven; pero lo que se hace por amor así sea muy pequeño y despreciable llega a ser muy fructífero. Más considera Dios a la persona que realiza la acción que a la acción realizada.

2. Mucho hace el que mucho ama. Mucho hace quien hace las cosas bien. Hace bien quien sigue el parecer de su Comunidad en vez de su propia voluntad. A veces parece ser amor y es más bien sensualidad porque las tendencias de la naturaleza, la propia voluntariedad, la esperanza de la retribución y la atracción de las comodidades muy rara vez nos abandonan.

3. El que tiene verdadero y perfecto amor, en nada busca su propia gratificación, sino desea únicamente que Dios sea reconocido y recibido por todos. A nadie otorga la propiedad de ningún bien sino que los atribuye íntegramente a Dios ya que de Él todos brotan como de una fuente y finalmente todos los santos gozarán descansando en Él. Si alguien tuviera una pequeña chispa de verdadero amor, de inmediato sentiría que las cosas materiales están todas vacías.


Capítulo XVI
SOPORTAR LOS DEFECTOS 
AJENOS.


1. Lo que no somos capaces de corregir en nosotros mismos o en los demás, debemos soportarlo pacientemente hasta que Dios disponga de otro modo. Considera que es mejor así para tu calificación y tu paciencia sin la que no tienen mayor valor nuestros esfuerzos. Debes, sin embargo, suplicar a Dios para que se digne ayudarte en esas dificultades y puedas sobrellevarlas con buen ánimo.

2. Si alguno no se controla después de dos o tres amonestaciones, no te pongas a pelear con él, sino encomiéndaselo a Dios para que se cumpla su voluntad y todos sus servidores le honren, ya que sabe muy bien convertir los males a bienes. Aprende a ser paciente en tolerar los defectos ajenos y cualquier debilidad porque tú mismo tienes defectos que los otros deben soportar. Si no eres capaz de hacerte a ti mismo como quieres ¿cómo lograrás que los otros se conduzcan según tus deseos? Con gusto queremos perfectos a los demás y sin embargo no corregimos los propios defectos.

3. Queremos que a otros se corrija estrictamente y no deseamos que nos corrijan a nosotros. Nos disgusta que se otorgue a los demás ciertas facilidades y no aceptamos se nos niegue lo que pedimos. Queremos que otros cumplan las disposiciones más exigentes y no soportamos que a nosotros nos limiten algo. En todo esto se hace patente qué raro es que consideremos al prójimo como a nosotros mismos.

4. De esta manera, pues, Dios ha dispuesto que aprendamos a ayudarnos unos a otros a llevar las cargas (Ga 6, 2) porque no hay nadie sin defecto, nadie sin carga, nadie para sí es suficiente, nadie, lo bastante sabio sino que es necesario llevarnos unos a otros, consolarnos, ayudarnos igualmente,instruirnos y aconsejarnos. En los sucesos adversos se nota mejor cuánta virtud posee cada uno. Las ocasiones no hacen frágil al hombre sino más bien ponen de manifiesto lo que es.

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