domingo, 30 de agosto de 2020

Imitación de Cristo (Felicidad Espiritual)

PARTE TERCERA
FELICIDAD ESPIRITUAL.


Capítulo XI
LOS DESEOS DEL CORAZÓN
 SE DEBEN EXAMINAR Y MODERAR.


Jesucristo:
1. Hijo, todavía te conviene saber muchas cosas que no aprendiste bien.

Discípulo:
¿Cuáles son, Señor?.

Jesucristo:
Que sometas todo a mi voluntad y no seas amador de ti mismo sino afectuoso cumplidor de lo que me agrada. Los deseos te encienden e impulsan con vehemencia pero considera si actúas por mi honor o más bien por tu propio interés. Si Yo soy la causa, estarás contento de lo que disponga. En cambio, si algo tienes escondido de deseo personal eso mismo te impedirá y te pesará. Ten cuidado, no confies demasiado en el deseo preconcebido que no consultaste conmigo; no sea que después te apene o desagrade lo que primero te gustó y quisiste con ahínco por parecerte mejor. No debe seguirse inmediatamente toda inclinación que nos parece buena ni huir en el acto de las que nos contrarían. Conviene refrenarse aglunas veces incluso en los buenos esfuerzos y deseos no vayas a incurrir en la irreflexión, por inoportuno, o por la contradicción ajena de pronto te sientes turbado y caigas.

3. A veces conviene contrariar los deseos con violencia y valor y no considerar lo que la naturaleza quiere o no quiere sino andar muy cuidadoso para someterla al espíritu aunque le pese. Y debe ser disciplinada y sometida a servir hasta que esté dispuesta a todo, que aprenda a contentarse con lo necesario y gozar con lo sencillo y a no murmurar contra las dificultades.


Capítulo XII
SIGNIFICADO DE LA PACIENCIA
 Y DE LA LUCHA CONTRA LAS MALAS INCLINACIONES.

Discípulo:
1. Señor Dios, según veo necesito mucho la paciencia porque en esta vida hay multitud de contrariedades. De cualquier manera que organice mi paz no podrá subsistir mi vida sin lucha y dolor.

Jesucristo:
2. Así es, hijo. Pero quiero que no pretendas una paz que carezca de tentaciones o no sienta dificultades sino más bien estima que has encontrado la paz cuando te ejercites en varias tribulaciones y seas puesto a prueba en muchas contrariedades. Si afirmas que no te es posible sufrir mucho, ¿cómo entonces soportarás el fuego del purgatorio?. Entre dos males, siempre hay que elegir el menor. Por lo tanto, para que puedas escapar en el futuro de los eternos padecimientos, procura sufrir con paciencia, por Dios, los males presentes. ¿O piensas que las personas del mundo nada sufren, o sufren poco?. No encontrarás uno solo que no sufra, incluso entre los más afortunados.

3. Pero tienen, según dices, muchos placeres, siguen su propia voluntad y le dan poca importancia a las dificultades.

4. Y si fuera así, que tengan lo que quieran, ¿cuánto tiempo les durará?. Los favoritos del mundo desaparecerán como humo (Sal 37,20) y no existirá recuerdo de los placeres pasados. Pero mientras están vivos no gozan de los placeres sin amargura, fastidio y temor. Porque lo mismo que les produce satisfacción, frecuentemente les causa el sufrimiento del dolor. Justamente se procede así con ellos porque al buscar y seguir los placeres descontroladamente los disfrutan luego con vergüenza y amargura. ¡Qué limitados, que falsos, que desordenados y torpes son!. Realmente por la ebriedad y ceguera no entienden y como si fueran irracionales, por un pequeño gusto en esta vida transitoria caen en la muerte del alma. Tú, hijo, en cambio, no te dejes llevar por los deseos, y apártate de tus caprichos (Eclo 18,20). Goza en el Señor y te dará lo que pide tu corazón (Sal 37,4).

5. Por lo tanto, si quieres deleitarte verdaderamente y recibir mis consuelos con abundancia, tu bendición estará en despreciar todo lo mundano y en rechazar todos los deleites perversos; así recibirás abundante alegría espiritual y mientras más te apartes de todo consuelo creado tanto más agradables y hondas satisfacciones encontrarás en Mí. Pero no las alcanzarás sin antes padecer algunas tristezas, y el cansancio de la pelea. La costumbre te contrariará pero la vencerás con otra costumbre mejor. Se rebelará tu naturaleza pero la fuerza del espíritu la frenará. Te instigará y te exasperará la serpiente maligna pero huirá por la oración y con el trabajo provechoso le impedirás la entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario