sábado, 27 de abril de 2019

AL CONTEMPLAR, SIEMPRE NOS ASOMBRAMOS (CONTEMPLACIÓN PERSONAL) (ACSNA)


AL CONTEMPLAR, SIEMPRE NOS ASOMBRAMOS  (ACSNA)

ACSNA/ CONTEMPLACIÓN  PERSONAL – nº 6

         Para facilitar nuestra contemplación, que  exige previamente nuestra serenidad interior, debemos situarnos mentalmente en esa ventana preferente de nuestro espectro de frecuencias cerebrales: en la ventana conocida como “zona de frecuencias alfa (α)”, que abarca aproximadamente desde los 14 a los 7 ciclos por segundo (c.p.s.); y que se corresponde con el espectro de frecuencias mentales conscientes, donde también se produce nuestra mayor creatividad personal: donde  producimos cada uno nuestra mejor aportación a la “recreación evolutiva humana”;  como labor delegada, que se hace posible mediante encarnación divina (Cristo- Dios en el Hombre), hasta el final de los tiempos.
         No debemos olvidar que, mediante la contemplación se puede transformar nuestro hacer diario a ras de suelo (comparando  simbólicamente nuestro hacer con el picoteo de cualquier gallinácea) en vuelo majestuoso de águila: pues esta sabe volar en todo momento, sin apenas desgaste y con máximo rendimiento, sobre las circunstancias del aire; y justo esto lo sabe hacer, con esa aparente serenidad de quien no está preocupado ni poco ni mucho por el paso del tiempo.  
Recordemos que cuando somos águilas serenas, durante nuestro planear sobre nuestras circunstancias, convertimos nuestro tiempo en “tardanza”: en un algo que está viniendo inexorablemente del futuro al presente y que termina siempre con final feliz.


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