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Medicina: Avanzan en el tratamiento de las lesiones de médula espinal
Observatorio de Bioética – Universidad de Valencia
Las lesiones de la médula espinal es una de las patologías que mayores problemas médicos plantean, por lo que su posible tratamiento con células troncales ha significado, y significa, uno de los mayores desafíos para la medicina regenerativa y reparadora.
Pero el progreso de este campo médico ha sido lento e incluso frustrante, aunque nuevas esperanzas parecen vislumbrarse. En efecto, a mediados del pasado mes de enero, la compañía californiana Asterias Biotherapeutics ha dado a conocer los prometedores resultados de los primeros 12 meses de un ensayo clínico en el que se han convertido células troncales embrionarias en oligodentritos (células del sistema nervioso central que dan soporte a las neuronas y pueden estimular su crecimiento), que inyectadas en el sitio preciso de pacientes con una lesión de médula espinal han mostrado que, de 22 pacientes tratados, 21 mejorarán en su capacidad de moverse.
Pero estos resultados aún son prematuros para lanzar las campanas al vuelo, pues no está claro si la mejoría conseguida es debida a las células troncales inyectadas o a alguna otra razón. De todas formas, la compañía californiana ha solicitado los correspondientes permisos para iniciar un ensayo de fase 2 debidamente programado.
Al mismo tiempo, en Japón, se está planteando una propuesta más preocupante, pues investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sapporo, han dado un paso hacia adelante en el tratamiento de las lesiones de la médula espinal con respecto a todos los tratamientos que hasta ahora se han llevado a cabo, incluido el de Asterias, y han recibido la autorización para ponerlo en marcha. Su propuesta es tratar estas lesiones con células troncales mesenquimales. Pero a juicio de diversos expertos hay razones científicas para ser escépticos, pues hay fundadas dudas de que estas células puedan transformarse en neuronas, como sugiere el equipo japonés, pues hasta ahora solo se han evaluado en un grupo de 13 pacientes, sin utilizar grupo control y sin que sus resultados se hayan publicado en una revista científica de garantía.
Desde nuestro punto de vista no nos parece éticamente justificado iniciar experiencias en pacientes humanos sin las necesarias garantías de seguridad que estas prácticas merecen, pero además hay que añadirles las dificultades éticas que presupone utilizar células madre embrionarias. Habrá que plantear utilizar otro tipo de células troncales, como por ejemplo las células adultas reprogramadas o células iPS.
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