Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo
fecha: 16 de julio
otras formas del nombre: Nuestra Señora del Carmen
hagiografía: Abel Della Costa
otras formas del nombre: Nuestra Señora del Carmen
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en
el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios
vivo y al que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer
vida eremítica, y dieron origen, con el correr de los tiempos, a una orden
religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre
de Dios.
Patronazgos: patrona de Chile
refieren a este santo: San Simón Stock
Oración: Te suplicamos, Señor, que la
poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo,
nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén (oración litúrgica).

Los orígenes de la Orden del Carmen se
remontan al siglo XII, época de cruzadas. Algunos penitentes y peregrinos se
asentaron en las laderas del monte Carmelo, en Palestina, de donde viene su
nombre: carmelitas. En este monte, según narra 1Reyes 18, el profeta Elías
luchó contra los 400 profetas de Baal en defensa de la pureza de la fe en
Yahvé, el Dios de Israel. Los peregrinos que hasta él llegaban trataban de
vivir de forma eremítica, en imitación del profeta Elías. Con el tiempo, la
situación en el lugar se hizo insostenible por la hostilidad de los sarracenos,
y la Orden y sus ideales se trasladaron a Inglaterra.
De esta primera mitad del siglo XIII
proviene la moción de dar a la Orden una Regla de vida, que tradicionalmente se
atribuye al Patriarca de Jerusalén, Alberto Avogadro, y que da como finalidad
de la Orden la de vivir en obsequio de la Virgen María, especialmente por su
bondad y en sus cuidados de Madre, convirtiéndose así en una Orden mariana. Por
esta misma época se une a la Orden san Simón Stock,
quien llegó a ser, una vez vuelto a Inglaterra, superior general elegido en el
capítulo de 1247.
En los primeros siglos, los carmelitas
celebraban como Patrona principal de la Orden a la Virgen bajo advocaciones
como la Anunciación o la Asunción, la fiesta principal de la Orden era el 15 de
agosto. Pero entre 1376 y 1386, se estableció la costumbre de celebrar una
fiesta especial de la Virgen para conmemorar la aprobación de la Regla por el
papa Honorio III en 1226. La fecha escogida fue el 16 de julio porque la
tradición de la Orden narraba que ese día del año 1256, a san Simón Stock se le
apareció en Cambridge, Inglaterra, la propia Virgen María con el famoso
«escapulario marrón», y le dijo «Toma amado hijo este escapulario de
vuestra orden como símbolo de mi confraternidad y especial signo de gracia para
vos y todos los Carmelitas; quienquiera que muera en este prenda, no sufrirá el
fuego eterno. Es el signo de salvación, defensor en los peligros, prenda de la
paz y de esta alianza».
Sin embargo, la tradición que narra el
milagro y las palabras de la Virgen es bastante tardía. El primer testimonio
explícito que se tiene sobre el escapulario es recién de final del siglo XVI,
de 1592. Los defensores de la autenticidad histórica de la escena aseguran que
la promesa se transmitió de manera exclusivamente oral desde Simón Stock hasta
los tres siglos posteriores en que la leemos por primera vez.
Se admita o no esa autenticidad histórica
de la escena, lo cierto es que el escapulario quedó incorporado a partir del
siglo XVII a la vida carmelita, y se difundió también enormemente entre los
laicos, no estando la «promesa» como tal excenta de debates teológicos, ya que
parece dar una «certeza de salvación» ligada al uso de un objeto, que
contradice la doctrina más elemental de nuestra fe que sólo pone su confianza
de salvación en la Pascua de Jesús. La Iglesia ha permitido de manera constante
el uso del escapulario, e incluso algunos papas lo han promovido, pero siempre
interpretando la promesa en terminos espirituales, es decir, no ligando la
salvación al objeto como tal, sino a que a través de él se manifiesta el amor a
la Madre, y en ella la fe en el Hijo, único salvador.
La Virgen del Carmen es patrona y
Generalísima de los ejércitos de Chile, y protege también, como Stella Maris, a
los trabajadores del mar.
El sólido artículo de la Enciclopedia
Católica sobre el escapulario, reconstruye históricamente
la «aparición» del escapulario, y da una interpretación teológicamente
aceptable de la promesa. Este texto, además del Butler-Guinea correspondiente
al 16 de julio, he tomado como base para el presente artículo.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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