lunes, 29 de julio de 2019

Santos del día 30 de julio

Santos del día 30 de julio
Tertio Kalendas augusti
   San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia (2 coms.) - Memoria litúrgica   
San Pedro, «Crisólogo» de sobrenombre, obispo de Rávena y doctor de la Iglesia, que, habiendo recibido el nombre del santo apóstol , desempeñó su ministerio tan perfectamente que consiguió captar a multitudes en la red de su celestial doctrina y las sació con la dulzura de su palabra. Su tránsito tuvo lugar el día treinta y uno de este mes en Imola, en la región de Emilia Romagna.
En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, santos Abdón y Senén, mártires.
   Santa Julita, mártir (3 coms.)   
En Cesarea de Capadocia, santa Julita, mártir, que por haberse negado con firmeza a ofrecer incienso a los ídolos, como se lo mandaba el juez, fue arrojada al fuego.
En Tuburbo Lucernaria, ciudad de África, santas Máxima, Donatila y Segunda, vírgenes y mártires. Las dos primeras, durante la persecución llevada a cabo bajo el emperador Diocleciano, rechazaron sin amedrentarse la orden imperial que mandaba sacrificar a los ídolos, por lo que, en cumplimiento de la sentencia dictada por el procónsul Anulino, junto con la joven Segunda fueron arrojadas primero a las fieras y después decapitadas.
En la ciudad de Auxerre, en la Galia Lugdunense, san Urso, obispo.
En Ghistelles, en Flandes, santa Godeleva, mártir, la cual, casada con el señor del lugar, tuvo que sufrir mucho por parte de su esposo y de su suegra, y finalmente fue estrangulada por dos criados.
En Caleruega, en la región de Castilla, en España, conmemoración del beato Manés de Guzmán, presbítero, hermano de santo Domingo y colaborador suyo en la propagación de la Orden de Predicadores, prudente consejero de religiosas.
En Londres, en Inglaterra, beatos Eduardo Powell, Ricardo Featherstone y Tomás Abel, presbíteros y mártires, doctores en sagrada teología, que por oponerse con firmeza al divorcio del rey Enrique VIII y por permanecer fieles al Sumo Pontífice, después de pasar un tiempo encarcelados en la Torre de la ciudad, fueron ahorcados en Smithfield.
En Daying, pueblo cercano a la ciudad de Zaoqiang, en la provincia china de Hebei, san José Yuan Gengyin, mártir, comerciante en el mercado de su localidad, que, por ser cristiano, fue asesinado durante la persecución religiosa llevada a cabo por los secuaces del movimiento Yihetuan.
En Calafell, pueblo cercano a Tarragona, en la costa de España, beatos mártires Braulio María (Pablo) Corres Díaz de Cerio, presbítero, y catorce compañeros, miembros todos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que, detenidos durante la persecución desencadenada en tiempo de guerra contra los religiosos, perdonaron a sus enemigos y merecieron la felicísima corona del martirio. Sus nombres son: beatos Julián (Miguel) Carrasquer Fos, Eusebio (Antonio) Forcades Ferraté, Constans (Saturnino) Roca Huguet, Benito José Labre (Arsenio) Mañoso González, Vicente de Paul Canelles Vives, religiosos; Tomás Urdánoz Aldaz, Rafael Flamarique Salinas, Antonio Llauradó Parisi, Manuel López Orbara, Ignacio Tejero Molina, Enrique Beltrán Llorca, Domingo Pitarch Gurrea, Antonio Sanchís Silvestre y Manuel Jiménez Salado, novicios.
En el lugar de Castelserás, cerca de Teruel, también en España, beatos mártires José María Muro Sanmiguel, presbítero, Joaquín Prats Baltueña, religioso, ambos de la Orden de Predicadores, y Zósimo Izquierdo Gil, presbítero, que consiguieron la corona de la gloria al morir por Cristo durante la misma persecución.
En la ciudad de Barcelona, igualmente en España, beato Sergio Cid Pazo, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, víctima en la citada persecución por haber dado, sin temor alguno, testimonio de su fe cristiana.
En Pavia, ciudad de Italia, san Leopoldo (Bogdan) de Castelnuovo Mandic, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que ardió de celo por la unidad de los cristianos y dedicó toda su vida al ministerio de la reconciliación.
En la ciudad de Guadalajara, en México, beata María Vicenta de Santa Dorotea Chávez Orozco, virgen, fundadora del Instituto de Siervas de los Pobres, que, confiando sólo en Dios y en la ayuda de la Providencia, dio pruebas elocuentes de humanidad y diligencia para con los desamparados y los pobres.
En la misma ciudad mexicana, santa María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, virgen, que pasó cincuenta y cuatro años curando enfermos pobres en una pequeña enfermería, en la cual fundó la Congregación de Hijas del Sagrado Corazón de Jesús.

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