No compliquemos las cosas
Muchas veces, complicamos innecesariamente nuestro comportamiento cuando en realidad, las cosas pueden ser más sencillas. Observa cada hora del reloj que aparece a la izquierda y, sin atender a la posición que ocupa, intenta averiguar a cuál corresponde...
Seguro que piensas que una representación tradicional con los números del 1 al 12 es más sencillo y práctico. Análogamente, así debe de ser nuestro carácter y nuestro comportamiento.
Sería una locura... odiar a todas las rosas porque una te pinchó...
Sería una locura... renunciar a todos tus sueños porque uno no se realizó...
Sería una locura... desistir de todos tus esfuerzos porque uno de ellos fracasó...
Sería una locura... no creer en el amor porque uno de ellos te fue infiel...
Sería una locura... alejar de ti todas las ocasiones de ser feliz porque uno de los intentos no fue correcto...
Espero que en tu camino no cometas esta locuras...
Recuerda siempre que... habrá otra ocasion, otra amistad, otro amor. Sólo hay que pedirle a Dios ser más perseverantes, procurar ser más felices cada día y no perder el tiempo en nuestras vidas. ¿Y cómo podemos gestionar bien nuestro tiempo?
Reservando tiempo para REIR: es la música del alma.
Reservando tiempo para LEER: es la base de la sabiduría.
Reservando tiempo para PENSAR: es la fuente del poder.
Reservando tiempo para TRABAJAR: es el precio del éxito.
Reservando tiempo para DIVERTIRTE: es el secreto de la juventud eterna.
Reservando tiempo para SER AMIGO: es el camino de la felicidad.
Reservando tiempo para SOÑAR: es el medio de encontrar tus objetivos.
Reservando tiempo para AMAR Y SER AMADO: es el privilegio de los hijos de Dios.
Reservando tiempo para SER ÚTIL A LOS OTROS, esta vida es demasiado corta para que seamos egoístas.
Nosotros no perdemos tiempo en la vida; lo que se pierde es la vida, al perder el tiempo.
Web católico de Javier
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