San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia
fecha: 30 de julio
fecha en el calendario anterior: 4 de diciembre
n.: c. 380 - †: c. 450 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: J. Quasten: Patrología
fecha en el calendario anterior: 4 de diciembre
n.: c. 380 - †: c. 450 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: J. Quasten: Patrología
Elogio: San Pedro, «Crisólogo» de sobrenombre, obispo de Rávena y doctor de
la Iglesia, que, habiendo recibido el nombre del santo apóstol , desempeñó su
ministerio tan perfectamente que consiguió captar a multitudes en la red de su
celestial doctrina y las sació con la dulzura de su palabra. Su tránsito tuvo
lugar el día treinta y uno de este mes en Imola, en la región de Emilia
Romagna.
Patronazgos: protector contra la fiebre y la rabia.
refieren a este santo: San Apolinar de
Rávena
Oración: Señor Dios, que hiciste de tu obispo
san Pedro Crisólogo un insigne predicador de la Palabra encarnada, concédenos,
por su intercesión, guardar y meditar en nuestros corazones los misterios de la
salvación y vivirlos en la práctica con fidelidad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
La vida de Pedro, arzobispo de Rávena,
llamado «Crisólogo» (es decir: de palabra áurea, de excelente predicación)
desde el siglo IX, es mal conocida. De él habla el Liber Pontificalis y una
biografía poco de fiar, obra de Agnello de Ravena (siglo IX). Por estas fuentes
y por lo que de su obra se deduce, sabemos que Pedro nació en Imola hacia el
380, fue nombrado metropolita de Rávena entre el 425 y el 429 (ciertamente,
antes del 431, fecha de una carta que le escribe Teodoreto), estuvo presente el
445 al fallecimiento de san Germán de
Auxerre y tres o cuatro años después escribió a Eutiques,
presbítero de Constantinopla, que había recurrido a él después de su
condenación por obra de Flaviano, invitándolo a someterse a las decisiones de
León, obispo de Roma, «quoniam beatus Petrus, qui in propia sede et vivit et
praesidet, praestat quarentibus fidei vertiatem» (Ep ad Eutychen: PL 54,743:
«Porque el bienaventurado Pedro, que en su sede vive y preside, otorga la
verdad de la fe a los que buscan.»). Falleció entre el 449 y el 458 (fecha de
una carta de León a su sucesor Neón), probablemente, el 3 de diciembre del 450,
quizás en Imola [aunque en al actualidad se tiende a considerar como fecha más
probable el 31 de julio].
Gracias a las pacientes investigaciones de
A. Olivar, hoy es posible conocer con exactitud la producción auténtica de
Pedro Crisólogo, que comprende una carta (ya mencionada), 168 sermones de la Collectio
Feliciana (siglo VIII) y 15 «extravagantes» (escritos no clasificados). Otros
escritos, como el célebre Rollo de Rávena, colección de oraciones de
preparación a la Navidad (s. VII), no pueden ser tenidos por auténticos. Los
sermones, a los que Pedro debe su celebridad, se distinguen por la esmerada
preparación de un orador dotado de una cultura discreta y por el calor humano y
el fervor divino de un santo varón. La condición peculiar de Rávena, sede de la
corte imperial y ciudad marinera, explica la frecuencia de ejemplos tomados de
la vida de la corte y de la vida militar y marinera, aunque no faltan ejemplos
de la vida rural. «Entre los escritores del siglo V, pocos superan a Pedro
Crisólogo en elegancia», en sus sermones nos ha legado «páginas de genuina
elocuencia, enérgica y eficaz» (Moricca).
El contenido de los sermones es variado,
muchos son homilías sobre textos evangélicos, otros, sobre San Pablo, los
Salmos, el símbolo bautismal, el padrenuestro o en conmemoración de santos y
exhortaciones a la penitencia. Pedro Crisólogo, comentando la Biblia o
exponiendo los temas que le sugerían las celebraciones litúrgicas, documenta
ampliamente las inquietudes teológicas de su época. Su predicación, en efecto,
no refleja sólo la doctrina latina sobre la encarnación como se profesaba entre
Éfeso y Calcedonia, sino que es, asimismo, testimonio de la postura católica en
las cuestiones sobre la gracia y la vida cristiana. Cuando reconoce claramente
el primado del obispo de Roma (además de la carta a Eutiques, cf Serm 78),
Pedro es, sin duda, portavoz del sentir común de los obispos de Italia. Su
considerable actividad como predicador nos ha legado una documentación
inestimable sobre la liturgia de Rávena y sobre la cultura de esa ciudad, etapa
obligada entre Roma y el norte de Italia. Ningún obispo de su tiempo nos ha
facilitado un cuadro tan completo de la celebración del año litúrgico. Por su
actitud contra la resistencia que aún oponía el paganismo en su agonía y por su
polémica contra la comunidad judia de su ciudad, Pedro Crisólogo representa la
actitud pastoral del episcopado de la Iglesia imperial de su tiempo. Fue
declarado Doctro de la Iglesia por SS. Benedicto XIII en 1729.
Artículo, con muy pocos cambios, tomado
del tomo III del Curso de Patrología de Quasten-Di Berardino, BAC, 1981, pág
701-2; ver amplia bibliografía allí mismo. En el Oficio de Lecturas, a lo largo
del año, se utilizan muchos textos del santo, sirvan estos tres como muestra de
su pensamiento y estilo: Martes de la IV
de Pascua, Sábado, XXIX
semana del Tiempo Ordinario, en la
celebración de su memoria.
fuente: J. Quasten: Patrología
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
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