Memoria de la sepultura de santa Escolástica, virgen, hermana de san Benito, la cual, consagrada desde su infancia a Dios, mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano, al que visitaba una vez al año en Montecasino, en la Campania, para pasar juntos una jornada de santas conversaciones y alabanza a Dios.
En Magnesia, en la provincia romana de Asia, santos Calarampo, Porfirio y Daucto, que, junto con tres mujeres, sufrieron el martirio en tiempo del emperador Septimio Severo.
En Roma, en el décimo miliario de la vía Labicana, santos Zótico y Amancio, mártires.
Cerca de Terracina, en la Campania, san Silvano, obispo.
En la ciudad de Saintes, en Aquitania, san Troyano, obispo.
En Vesoncio (hoy Besançon), en Burgundia, san Protadio, obispo.
En la región de Rouen, en Neustria, santa Austreberta, virgen y abadesa, que rigió el monasterio de Pavilly, fundado piadosamente por el obispo san Audeno.
En la gruta de Stabulum Rhodis, cerca de Grossetto, en la Toscana, san Guillermo, eremita de Malavalle, cuya vida inspiró y dio origen a numerosas congregaciones de eremitas.
En el monasterio premonstratense de Fosses, cerca de Namur, en Lotaringia, beato Hugo, abad, a quien su maestro san Norberto, al ser elegido arzobispo de Magdeburgo, le encomendó la organización de la nueva Orden, que rigió sabiamente durante treinta y cinco años.
En Rimini, en la Romagna, beata Clara, viuda, que por medio de la penitencia, mortificación y ayunos expió la vida disoluta que había llevado antes y, después de reunir un grupo de compañeras en un monasterio, sirvió a Dios con humildad de espíritu.
En Avrillé, en las cercanías de Angers, en Francia, beato Pedro Fremond, junto con cinco compañeras, mártires, que durante la Revolución Francesa fueron fusilados por su fidelidad a la Iglesia católica. Sus nombres son: beatas Catalina y María Luisa du Verdier de la Sorinière, hermanas; Luisa Bessay de la Voûte; Maria Ana Hacher du Bois; y Luisa Poirier, esposa.
En Guadalajara, México, san José Sánchez del Río, de catorce años, mártir, que murió apuñalado dando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, durante la Guerra Cristera.
En Valverde del Camino, cerca de Huelva, en la región española de Andalucía, beata Eusebia Palomino Yenes, virgen del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que, dando un egregio ejemplo de humildad y evitando toda ostentación, mostró su espíritu de abnegación en las tareas más sencillas y mereció los dones de la gracia.
En la aldea de Krasic, cerca de Zagreb, en Croacia, beato Luis Stepinac, obispo de Zagreb, que rechazó con firmeza las doctrinas que se oponían a la fe y a la dignidad humana, y por su fidelidad a la Iglesia, después de prolongada prisión, víctima de la enfermedad y la miseria, terminó egregiamente su episcopado.
En Shkodrë, Albania, beato Mikel Beltoja, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir.
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