viernes, 3 de julio de 2020

Santos del día 2 de julio

Santos del día 2 de julio
Sexto Nonas iulii
En Roma, en el cementerio de Dámaso, en el segundo miliario de la vía Aurelia, santos Proceso y Martiniano, mártires.
Conmemoración de los santos mártires Liberato, abad, Bonifacio, diácono, Servo y Rústico, subdiáconos, Rogato y Septimio, monjes, y el niño Máximo, quienes en Cartago, durante la persecución desencadenada por los vándalos bajo el rey arriano Hunerico, por confesar la verdadera fe católica y un solo bautismo fueron sometidos a crueles tormentos y muertos a golpes de remo en la cabeza mientras estaban tendidos sobre los leños donde los iban a quemar, y así concluyeron el curso de su admirable combate, recibiendo del Señor la corona del martirio.
En Tours, ciudad de Neustria, santa Monegunda, consagrada a Dios, que, habiendo dejado patria y progenitores, se entregó únicamente a la oración.
En Winchester, en Inglaterra, san Swithun, obispo, que fue insigne por su austeridad y por su amor a los pobres, y por instituir muchas iglesias, que visitaba siempre caminando.
En Sezze, en el Lacio, san Lídano, abad, fundador del monasterio de este lugar, que con sus monjes procuró el saneamiento de las tierras circundantes, para librarlas de la malsana fiebre palúdica.
En Villeneuve, cerca de Aviñón, en Francia, tránsito del beato Pedro de Luxemburgo, obispo de Metz, siempre entregado a la penitencia y a la oración.
En Fabriano, del Piceno, conmemoración de los beatos Juan y Pedro Becchetti, presbíteros de la Orden de Ermitaños de San Agustín, unidos más por la conducta de vida que por los vínculos de la sangre.
En Lecce, en la región de Apulia, san Bernardino Realino, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, ilustre por su caridad y su benignidad, el cual, despreciando los honores del mundo, se entregó al cuidado pastoral de los presos y de los enfermos, así como al ministerio de la palabra y de la penitencia.
En Lieja, en Bélgica, beata Eugenia Joubert, virgen de la Congregación de la Sagrada Familia del Corazón de Jesús, que consagró su vida a enseñar la doctrina cristiana a las niñas y, atacada por la tisis, siguió con amor a Cristo sufriente.

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