San Aarón, santo del AT
fecha: 1 de julio
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: Conmemoración de san Aarón, de la
tribu de Leví, a quien su hermano Moisés ungió sacerdote del Antiguo Testamento
con óleo sagrado. A su muerte fue sepultado en el monte Hor.
Lo que podemos saber de la vida de Aarón
proviene todo de la Biblia. Su aparición en la historia es súbita, casi se
diría que el relato da por sabida la existencia del personaje. En efecto, si
vamos en Exodo 4, cuando ya tenemos suficientemente presentado al personaje
principal de esta historia y de la historia entera de Israel, Moisés, cuando ya
se le ha revelado el Sagrado Nombre de Dios (3,14), y le ha sido encomendada la
misión, liberar a Israel del yugo egipcio, se lamentará vehementemente Moisés
de carecer de la competencia necesaria para todo ello, ya que, según él mismo declara,
«soy torpe de boca y de lengua». A la repetida objeción de Moisés le responderá
Yahvé: «Entonces se encendió la ira de Yahveh contra Moisés, y le dijo:
"¿No tienes a tu hermano Aarón el levita? Sé que él habla bien; he aquí
que justamente ahora sale a tu encuentro, y al verte se alegrará su corazón»
(4,14). Y así, imprevistamente, echando mano de un recurso de obra teatral
amateur («justamente ahora sale a tu encuentro», ¡qué casualidad!) se nos
nombra por primera vez al personaje que, si bien nunca llega a la altura de
Moisés, tiene el suficiente peso como para moldear toda una imagen del
sacerdocio, y de Israel como «pueblo sacerdotal». Sólo un poco más tarde, y en
un contexto de recapitulación de las gestas de Yahvé para con su pueblo
(hermoso capítulo, Éxodo 6), se da al pasar la genealogía de Aarón, que es el
modo habitual de presentar a los personajes en la Biblia.
Posiblemente este armado inverso, en el
que primero se «pone a funcionar» al personaje, como si todos lo conociéramos,
y recién después, y de manera puramente ocasional, se lo presenta, no sea nada
casual, sino que tenga que ver con el deliberado interés del texto bíblico de
que la figura de Aarón nunca eclipse a la de Moisés, a pesar de que la función
por él desempeñada, la de sacerdote, tuvo una importancia creciente en la vida
de Israel, y era una de las piezas claves del universo religioso de la Biblia en
los tiempos en que se puso por escrito y se dio forma final a los libros del
Pentateuco, es decir, en los tiempos posteriores al Exilio.
Aarón cumple dos funciones en el relato de
la historia de Israel, no necesariamente vinculadas entre sí. Su función primigenia
no es la de sacerdote, sino la de «profeta de Moisés»: «Dijo Yahveh a Moisés:
"Mira que te he constituido como dios para Faraón y Aarón, tu hermano,
será tu profeta;..."» (Ex 7,1). Curiosa expresión, que nos puede
descolocar completamente si conservamos aun la noción de profeta meramente como
un vate o futurólogo. En el universo bíblico, el profeta, aunque a veces puede
decir cosas que encontrarán realización recién en el futuro, no tiene como
principal función anunciar el futuro, sino traer una palabra «en nombre de»
Dios. En el texto hebreo se dice «tu hermano será tu 'nabí'», una expresión de
muchos sentidos, compleja y rica en el horizonte de la Biblia, a la que los
traductores griegos le buscaron el equivalente que consideraron más exacto, «pro-fétes»,
«el que habla por delante», ya sea hacia un futuro, ya sea en nombre de otro, o
como intérprete de otro. Aarón tiene como función interpretar a Moisés, ya sea
ante el pueblo, por la torpeza de Moisés, ya sea en el mundo que no es de Dios
-el del Faraón-, porque con ese mundo Dios no quiere ni tener trato, así que
manda a Moisés, «como un dios ante Faraón», y por tanto requiere -como
cualquier dios que se precie- de un intérprete.
Sin embargo poco después sobreviene una
nueva función para Aarón, la que lo especifica a nuestros ojos y lo hace más
famoso en la historia: primer sacerdote de Israel y cabeza del linaje
sacerdotal. Los orígenes del sacerdocio en Israel son oscuros, muy difíciles de
trazar. Tenemos que tener presente que para la mentalidad bíblica todo lo que
ocurre en la historia está ya presente en el origen (semejante a como todos
estamos presentes ya en el inicio en Adán, como formando parte de él); la
historia es más bien el despliegue, como si se fuera desenrollando un tapiz, de
un conjunto de potencialidades concentradas en el origen; muy distinto a como
la sentimos nosotros, sobre todo en Occidente, que hacemos más hincapié en la
novedad y en la creación de respuestas originales a estímulos imprevisibles.
Acorde con esto, puesto que Aarón es el primer sacerdote, contiene ya todo el
desarrollo del sacerdocio posterior, hasta la época del postexilio.
Aunque la ceremonia de unción sacerdotal
de Aarón está narrada con una solemnidad particular, si uno sigue realmente la
secuencia de lo que dice, no puede menos que sorprenderse: «Mandarás que Aarón
y sus hijos se acerquen a la entrada de la Tienda del Encuentro, donde los
bañarás con agua. Tomarás las vestiduras y vestirás a Aarón con la túnica, el
manto del efod, el efod y el pectoral, que ceñirás con la cinta del efod.
Pondrás la tiara sobre su cabeza, y sobre la tiara colocarás la diadema
sagrada. Entonces tomarás el óleo de la unción, lo derramarás sobre su cabeza y
así le ungirás.» (Ex 29,4-7) Es un poco extraño que derrame el óleo sobre la
cabeza habiéndola ya tapado con la tiara, cuando la lógica secuencia sería que
fuera ungido primero y coronado con la tiara después. La alteración del orden
no se trata de ningún descuido, sino de que en la escritura de estos textos
«históricos» (históricos, sí, sin comillas, pero no en nuestro sentido de esa
palabra) se han acumulado en el personaje, en este caso Aarón, desarrollos
posteriores del sacerdocio, hasta llegar a la institución post exílica del Sumo
sacerdocio, que incluía un rito de unción, que posiblemente no se usara en la
primera época de Israel, ya que era un gesto más bien ligado al reconocimiento
del gobernante, no del sacerdote. Dicho sin menoscabo de que desconocemos
muchísimos aspectos de las primitivas instituciones y costumbres de Israel,
como puede ser el múltiple uso de las unciones.
Aarón pasa así al universo de imágenes
bíblicas más como sacerdote que como «profeta de Moisés», habiendo sido las dos
cosas, y lo segundo, en realidad, como primera tarea. Finalmente el lenguaje
religioso se encargó de conjugar de nuevo las dos, al poner en primer plano,
dentro de las múltiples tareas del sacerdote, la de intercesor ante Dios, así
que Aarón volvió a ser «quien habla en nombre de», pero en vez de ser de
Moisés, lo fue para siempre del pueblo de Israel:
«Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,
Samuel entre aquellos que su nombre invocaban,
invocaban a Yahveh y él les respondía...» (Sal 99,6)
«Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,
Samuel entre aquellos que su nombre invocaban,
invocaban a Yahveh y él les respondía...» (Sal 99,6)
Ya en el Nuevo Testamento, Aarón es
mencionado sólo en la Carta a los Hebreos, no para negar la legitimidad de su
sumo sacerdocio, pero sí para declarar su caducidad, al mismo tiempo que hablar
de un nuevo tipo de sacerdocio, no un sacerdocio aarónico remozado en Cristo,
sino un sacerdocio de una nueva especie, preanunciado misteriosamente en la
figura de Melquisedec, figura de Cristo sacerdote (Hebr 5 y 7).
En cualquier historia de Israel de los
tiempos bíblicos se hallará lo que puede reconstruirse de los tiempos del Éxodo
con base en la fuente bíblica; sugiero (entre muchas otras posibles) la que se
encuentra en el tomo V del «Comentario bíblico San Jerónimo» (Cristiandad,
1970). Las «Instituciones del Antiguo Testamento» de R. de Vaux (Herder, 1976,
especialmente pág 446ss) sirven como muy completa introducción a la cuestión
del sacerdocio en Israel; en Vanhoye, «Sacerdotes antiguos, sacerdote nuevo»
(Sígueme) se encontrará una excelente contraposición entre lo que la Carta a
los Hebreos desarrolla como modelo del sacerdocio en Aarón y en Melquisedec.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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