LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN ENCUENTRA SU CULMINACIÓN EN CRISTO PERO TUVO SU ORIGEN EN ADÁN Y TIENE SU PROLONGACIÓN DE ADÁN Y DE CRISTO EN NOSOTROS
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA
12 de febrero de 1978
Génesis 2, 7-9; 3, 1-7Romanos 5, 12-19
Mateo 4, 1-11
Queridos hermanos:
INTRODUCCIÓN: LA GRAN PROCESIÓN CUARESMAL ROMANA
...desde el miércoles de esta semana nos encontramos en el año litúrgico, una temporada densa que se llama la Cuaresma. Para comprenderla, remontémonos un poco a aquellas celebraciones cuaresmales de la era de oro de la liturgia. Allá en Roma se organizaba la gran procesión cuaresmal compuesta por tres grandes grupos de cristianos, el principal era el de los catecúmenos, o sea, de los que se estaban presentado para recibir el bautismo en la solemne noche del Sábado Santo para resucitar con Cristo a la vida cristiana, y la Cuaresma se aprovechaba para intensificar esa preparación. El segundo grupo lo formaban los penitentes, gente que tomaba conciencia de su pecado público grave y buscaba el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia, y durante la Cuaresma estaban cumpliendo la penitencia para recibir en Semana Santa la absolución e incorporarse otra vez al pueblo santo de Dios. Y el tercer grupo, los fieles, los que gracias a Dios, a pesar de las deficiencias ordinarias humanas, no lamentaban ninguna traición a la ley de Dios en sentido grave y le pedían al señor la gracia de la perseverancia.
Y encabezando esta procesión de catecúmenos, de penitentes y de fieles, el Papa y el Clero que también forman parte de esa humanidad pecadora, vestidos de ceniza y de penitencia todos, recorrían los diversos lugares donde se inspiraba más esta renovación cristiana del pueblo de Dios. Por eso, el Concilio Vaticano II nos dice que aprovechemos este tiempo cuaresmal y explotemos esos ricos elementos de la liturgia de estos cuarenta días, sobre todo esos elementos bautismales y penitenciales. Sintámonos, pues, en esa procesión de quienes se preparan para el bautismo, aunque gracias a Dios ya somos bautizados, pero el Sábado Santo vamos a renovar en una nueva liturgia, nuestros compromisos bautismales. En la Cuaresma debemos aprovechar para estudiar e incorporamos más en este cristianismo al cual entramos por nuestro bautismo. Y si tenemos algo que lamentar de pecados, de desobediencias a la ley de Dios, de traiciones a nuestra moral cristiana, aprovechemos la cuaresma para purificamos y para ser miembros vivos de este pueblo de Dios que quiere ser un reflejo de la santidad infinita de Dios. De esto vamos a profundizar un poco más a través de las lecturas que nos ofrece hoy la Palabra de Dios.
HECHOS DE LA SEMANA
Pero antes, como de costumbre, quiero enmarcar en hechos concretos de la semana este momento precioso de la Cuaresma, del año litúrgico.
HECHOS DE LA VIDA CIVIL
En este sentido, hermanos, tengo que referirme a dos actos que sucedieron aquí en nuestra capital.
HUELGUISTAS DEL INGENIO IZALCO
El martes, al mediodía, un grupo de obreros y campesinos, familiares la mayor parte de huelguistas del Ingenio Izalco, entraron a la Catedral y la cerraron y la ocuparon. Al día siguiente, miércoles por la tarde, otro grupo con la misma motivación entró a la iglesia del Calvario y también la cerró para estar allí. Querían los dos grupos un diálogo también con el Arzobispo, a lo cual les di oportunidad, y conocí que los objetivos de esa acción era el apoyo a esa huelga y pedir libertad para sus parientes presos que, según ellos, también habían sido ultrajados por las autoridades.
En el diálogo expresé lo que ahora quiero expresarles a Uds. en público. Por una parte, critiqué la improvisación de estos actos y que no se jugara con acciones tan graves como es ir a ocupar una iglesia, que es un signo que en esta forma pierde mucha eficacia y que ellos se exponían a una frustración. De hecho, les insinué que más oportuno era dejar los templos ocupados y por mi parte me comprometía, como ya lo estoy haciendo, a ser solidario con los reclamos justos que nuestro pueblo hace a veces, en voces y en formas, en signos desproporcionados. Y así fue. Los dos grupos salieron pacíficamente. Soy testigo de la desocupación de los dos templos, y también del respeto que manifestaron a esos lugares.
MANIFESTACIÓN DEL BLOQUE POPULAR REVOLUCIONARIO
Pero yo hago también esta otra reflexión, y es también a propósito de otro acontecimiento que les quiero anunciar. Ayer, cuando fui a Arcatao a dejar a las religiosas Guadalupanas que va a tener esta pastoral de aquella población sin sacerdote, hubo al final, mejor dicho, después de nuestra ceremonia religiosa, una manifestación de parte del Bloque Popular Revolucionario. A propósito de estos acontecimientos yo quiero simplemente repetir lo que ya he dicho muchas veces: que la Iglesia es independiente de cualquier grupo humano político, que se asocia para fines a veces muy bíblicos y que la Iglesia puede apoyar no haciéndose solidaria con los objetivos e ideales de esas agrupaciones sino porque es justo lo que allí a veces se reclama.
Quiero decirles que esas agrupaciones que toman iniciativas, no son propiamente la Iglesia y que la Iglesia exhorta a los cristianos que se incorporan a esos grupos a ser fieles a lo que la Iglesia enseña. La Iglesia enseña que el legítimo deseo de liberación de los pueblos trae muchas veces consigo la tentación de la violencia, la desesperación, pero que la Iglesia no puede aprobar ni justificar mucho menos los actos violentos, aunque tampoco la Iglesia puede condenarlos sin hacer un análisis muy serio de las causas que provocan esas acciones. Y es aquí donde el mismo Papa Pablo VI cuando vino a Bogotá, dijo esta frase que inspira la acción de la Iglesia: "Que muchas crisis de la historia pudieran haber sido superadas si las reformas necesarias hubiesen prevenido oportunamente con sacrificios valientes, las revoluciones explosivas de la desesperación." Es lo que siempre hemos dicho, queridos hermanos, que la Iglesia cuando denuncia las violencias revolucionarias, no puede olvidar que existe una violencia institucionalizada, y que la violencia desesperada de los hombres oprimidos no se reprime con leyes parciales, con armas ni con la prepotencia; solamente hay que prevenirlas, como dice el Papa, con sacrificios valientes, renunciando a muchas comodidades y que mientras no haya entre nosotros más justicia siempre habrá brotes de revolución. Aunque la Iglesia no aprueba ni justifica las revoluciones sangrientas, los gritos de odios, sin embargo, tampoco los puede condenar mientras no vea un esfuerzo por quitar las causas que producen ese malestar en nuestra sociedad. Esta es la postura de la Iglesia, por lo cual tiene que sufrir tremendos conflictos pero por lo cual se siente fiel a la justicia de Dios, al evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
PROPAGACION DE UNA FALSA ESPECIE DEL ARZOBISPO
También, hermanos, quiero hacer una aclaración muy necesaria; el Señor Embajador de El Salvador ante la Santa Sede me ha autorizado para decirles que en la Cancillería se ha propagado una falsa especie del Arzobispo, como si hubiera puesto como condición para dialogar con el Señor Presidente el ir a hacer este diálogo afuera del país. Yo quiero decir, hermanos, que es completamente falso. Sería una estupidez para mí, sabiendo que aquí podría tener acceso a platicar directamente con el Señor Presidente, poner como condición salir los dos del país. ¿Qué objeto tiene? y ¿qué intentan con esta falsa especie?. Ya se ven las intenciones de calumniar, de distorsionar las actitudes de la Iglesia. Lo que la Iglesia espera es un ambiente de confianza garantizado por hechos en servicio, en respeto de nuestro querido pueblo.
HECHO DE LA VIDA ECLESIAL. REUNIÓN CON EL CLERO
Ahora hermanos, refiriéndome a esta Cuaresma a hechos eclesiales, quiero agradecer al Señor, con ustedes, la reunión del Clero que tuvimos el martes, en la cual se analizó el trabajo de Comunidades Eclesiales de Base. Son grupos cristianos que se reúnen a reflexionar en torno de la Biblia y que van haciendo entre nosotros una Iglesia más consciente, más humana, más de diálogo íntimo con el pueblo. Y hemos propuesto, los sacerdotes, celebrar este año, si Dios quiere, al final, un congreso de Comunidades de Base. Desde ahora, pues, felicito a todos los que están trabajando en esta forma. y hay muchas... del evangelio para crear en nosotros una cultura de inspiración... donde esta tarde a las 6 le daremos posesión. (Esta homilía fue interferida por medios ilegales haciendo ininteligible esta parte de la transmisión radial).
NOTICIAS DE LA VIDA RELIGIOSA
Tuve también el gusto de saludar al Padre Superior General de los Josefinos que administran la Parroquia de la Sagrada Familia en la Colonia Centro América. Quiero aprovechar para agradecer y felicitar a los PP. Josefinos que tanto bien están haciendo en nuestra Arquidiócesis.
Las religiosas de la Asunción cumplieron 15 años esta semana de estar dirigiendo la Escuela del Barrio de Lourdes. Participé en su Eucaristía para darle gracias al Señor y ver el cambio enorme que esta presencia de la Iglesia, a través de las Hermanas de la Asunción y de sus colaboradores, maestros y bienhechores han hecho en ese importante sector de nuestro pueblo.
Como ya les dije, ayer fuimos a dejar a las Hermanas Guadalupanas a Arcatao. Y quiero dejar constancia a través de la radio, mi saludo cariñoso y mi agradecimiento por aquella acogida. Hermanos, yo hubiera querido que todos fueran testigos de un verdadero domingo de ramos; era todo el pueblo y gente campesina venida de hasta tres horas de camino para estar con nosotros en un momento tan bello de Arcatao. La pintoresca población que expresó su pensamiento de adhesión al obispo y a la presencia de la Iglesia allá a través de un valiente discurso de un intérprete del pueblo don Ernesto, (no recuerdo el apellido). También quiero felicitar y saludar a las Madres que allá están haciendo acto de presencia ya en nombre de la Iglesia.
Ha habido cambio de Superiora en la comunidad de la obra del Buen Pastor. Ayer las Carmelitas Misioneras celebraron el acto con que se adhieren a la celebración del 75 aniversario de su fundación que va a ser el 8 de marzo. Con la participación de sus ex - alumnas del Colegio de la Gruta y de otros colaboradores, se tuvo una procesión en honor de la Virgen de Lourdes y hubo una ceremonia preciosa al terminar la procesión: una concentración de enfermos que recibieron la santa unción y el mensaje del cristianismo, de lo que vale el dolor de un enfermo. Al terminar la ceremonia oía personas que no eran enfermas, agradecer esa voz de esperanza que la Iglesia tiene para el que sufre y le sabe decir al enfermo, al que parece un inútil para la sociedad: que su dolor y su sufrimiento ofrecido con Cristo en la cruz, es precisamente la salvación del mundo.
A los laicos quiero felicitarlos por su participación que tuvieron en la reunión laical de Costa Rica para preparar la participación de los laicos en la Tercera Reunión del Episcopado Latinoamericano que va a ser en octubre, en Puebla de México.
También anuncio al departamento de Cuscatlán, que allá está trabajando, autorizada por el Arzobispo, la Comisión Departamental de Laicos, para promover la vida laical en todas las parroquias de aquella Vicaría.
Y en este ambiente también laical, me he alegrado mucho al pasar por Chalatenango ayer, de la floreciente vida de las comunidades que se está impulsando principalmente a través de nuestros queridos laicos. Precisamente del 15 de febrero al 15 de marzo, van a tener un curso más de catequesis para preparar laicos a llevar el mensaje cristiano a todas las comunidades.
Y ahora para terminar estos avisos, quiero referirme a algo muy importante que es la Jornada del Sacrificio Voluntario. Aquí junto al altar mayor están unos carteles que van a usarse durante toda esta semana para llamar a nuestro pueblo a acuerpar la campaña contra el hambre en el mundo, privándose voluntariamente de algo. Aportemos aunque sea de nuestras pobrezas, algo al hambre de nuestros hermanos. El hambre, queridos hermanos, es una tremenda realidad aún en nuestro ambiente. Y ya que el amor a Cristo nos debe de hacer sentir a nuestros miembros sufrientes como propias las necesidades de ellos, el próximo domingo se hará una colecta especial para pedir en socorro de tanta gente que sufre hambre en el mundo.
INVITACIÓN A LA INVESTIDURA DEL DOCTORADO HONORIS CAUSA DE LA UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN.
Y finalmente, hermanos, quiero hacer una atenta y cariñosa invitación a todos ustedes que considero mis hermanos, mis amigos, para acompañarme el martes próximo a las 7 de la noche, aquí en Catedral, donde voy a recibir el honor del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Georgetown, pero que como he manifestado no lo quiero recibir solo, quiero sentir en ese honor, el estímulo, la felicitación, no a un hombre, sino a una Iglesia Particular que son todos mis queridos sacerdotes, religiosas y fieles que comparten la preocupación del magisterio actual de la Iglesia, un evangelio que como se me dijo ayer en Arcatao, quiere estar bien encarnado viviendo en las necesidades del pueblo. Así es como la condecoración que me van a honrar, quiero decir que es de todos ustedes y que es el estímulo a todos los que trabajan por un orden más justo en el mundo.
Y este es, hermanos, ya el pensamiento de nuestra homilía de hoy. La Cuaresma ha cambiado el rostro del año litúrgico, interrumpe el tiempo Ordinario para invitar como en una gran universidad, a todo el pueblo de Dios a hacer un curso de historia de la salvación, pero no en teoría sino vivencial, que lo participemos.
Esta historia de la salvación encuentra su culminación en Cristo pero tuvo su origen en Adán y tiene su prolongación de Adán y de Cristo en nosotros. Estos son los tres pensamientos de la homilía de hoy.
Dos protagonistas de la historia de la salvación: Adán, Cristo.
Y un objetivo, el pueblo, nosotros, toda la humanidad.
lº. ADAN, PROTAGONISTA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.
PRIMER CAPÍTULO DE LA HISTORIA DE SALVACION: LA CREACIÓN, LA NATURALEZA.
La primera lectura de hoy nos remonta a los orígenes de la historia, el primer hombre, la primera mujer, de donde procede todo el género humano. Es interesante ver aquí cómo la creación, la naturaleza, es el primer capítulo de la historia de la salvación: es decir, la redención que después va a hacer Cristo es un segundo capítulo y nosotros somos la materia de toda esa historia. En el Génesis se ha leído hoy el amor con que Dios creó el mundo para entregarlo al hombre, el hombre es la razón de ser de la creación. El hombre hecho a imagen de Dios, es dueño de la creación; todas las cosas creadas son para el hombre. Este es el origen primigenio del proyecto de Dios; el hombre llamado a ser colaborador con Dios. En una forma gráfica nos presenta la Biblia a un Dios que sopla el espíritu de vida en el hombre que brota del barro, es un ser creado pero con un soplo de Dios, es imagen de Dios porque lo ha hecho inteligente, capaz de amar y le ha dicho extendiendo su mano creadora sobre todas las cosas: "todo es vuestro". No hay que olvidar este gesto de la creación, toda la creación ha sido para el hombre y el hombre es creado por amor de Dios para ser dueño, príncipe, de todas las cosas que existen.
LA RESPUESTA DEL HOMBRE
Lástima que la segunda parte de la lectura del Génesis nos cuenta la triste respuesta del hombre. Eva quiso encontrar el camino de la felicidad no por la obediencia a Dios y sedujo a Adán en ese camino de desobediencia. Y entonces comienza la historia de la humanidad bajo otro aspecto: la humanidad caída, el género humano caído, pecador. Pero Adán con su desobediencia ha sido el padre de una familia, es protagonista de toda una humanidad. No hemos de olvidar este origen para comprender luego lo que vamos a decir. Pero antes, fijémonos en el otro protagonista, es el segundo pensamiento de esta homilía.
2º. CRISTO, OTRO PROTAGONISTA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.
CRISTO, EL SEGUNDO ADÁN, REDENTOR DE LOS HOMBRES.
Cristo, segundo Adán, hijo de Dios encarnado en las entrañas de María, quiere asumir toda la responsabilidad del género humano, desobediencia a Dios, comenzando por la desobediencia del paraíso; y la redención que Cristo viene a hacer no será otra cosa que un acto heroico, divino, de obediencia. Por obediencia se encarna, por obediencia va a tomar su cruz y por obediencia lo vemos hoy en el desierto. Al principio de la Cuaresma los ojos de un cristiano deben de clavarse en ese Cristo, ayunando 40 días con sus 40 noches. Llevado por el Espíritu, nos ha dicho el evangelio, el Espíritu de una obediencia. El Hijo del Hombre, el representante de toda la humanidad sabe que los hombres están en un estado de naturaleza caída y que es necesario levantarla. Viene como un gran reparador. Cristo es el gran reparador; eso quiere decir redentor, salvador. Y para salvar al mundo, para reparar, para redimir a esta raza caída, es necesario que se cumpla la voluntad del Señor.
CRISTO TENTADO POR EL DEMONIO
Por eso nos presenta el evangelio de hoy, a Cristo tentado por el demonio, ya que la tentación fue la causa por la cual los hombres primero cayeron para dejar en la desgracia a toda la humanidad. La tentación es necesaria para que el Hijo del Hombre nos de ejemplo, que no siguiendo las voces engañosas del demonio es como vamos a ser felices sino siguiendo la obediencia a la voluntad del Señor.
LA PRIMERA TENTACIÓN
¡Qué fácil era el poder de Cristo: convertir las piedras en pan!. El que tenía hambre, era fácil llenar el estómago, haciendo que esas piedras se convirtieran en pan. Pero sabe Jesús que su papel, su mesianismo, no es abusar del poder de hacer milagros para satisfacer una necesidad suya. Fijémonos bien en esto, que las tres tentaciones del desierto son como las tentaciones del poder contra la voluntad de Dios. Y el poder de Cristo se somete cuando dice: "Está escrito que no sólo de pan vive el hombre." Que es preferible morirse de hambre antes que despreciar el alimento que viene de Dios, la palabra del Señor.
Esta es la verdadera alimentación del pueblo cristiano: la palabra de Dios. He aquí, pues, ya en el desierto y al principio del ministerio de Cristo, un homenaje a la palabra de Dios, un aplauso del mismo Cristo para ustedes y para mí que en este momento estamos reflexionando la palabra de Dios. De esto vive el hombre, principalmente de esto, no que se descuide del pan sino que no prefiera el pan a la palabra de Dios; que no sea idólatra de su estómago, que no vaya a traicionar por un puesto en la sociedad o en la política, sus convicciones de fe, que no las traicione. ¡Esto nos enseña el Señor!.
LA SEGUNDA TENTACIÓN
Y el diablo lo lleva a una segunda seducción. Fijémonos que es Adán reparando a la humanidad, no buscando el camino fácil, espectacular, sino el camino de la humildad, de la reparación. Lo coloca en el pináculo del templo. Desde allá se mira hormiguear el atrio del templo magnífico de Jerusalén y le dice el diablo con una tentación de vanidad: "!Mira, tírate de aquí y está escrito que mandará sus ángeles para que tu pie no tropiece y te van a aclamar por Hijo de Dios!. !Mira esa muchedumbre que ya se mira aplaudiéndote cuando hagas ese gesto!." Y Cristo, con la serenidad de quien es más obediente a Dios que al diablo, le dice: "También está escrito en el Deuteronomio: no tentarás al Señor tu Dios".
Hermanos, los engañados por los mesianismos fáciles, los devotos de revoluciones que quieren ya establecer un orden nuevo violentando las cosas, los que tienen afanes de aplausos y espectacularidades, traicionan a Dios; miren aquí a Jesucristo en su gran respuesta: "¡No hay que tentar a Dios. Más vale el camino humilde, sencillo, del deber, del amor, de la justicia! ¡El camino de la oración, el camino de la esperanza, el camino del Evangelio, no la espectacularidad!". Y aquí Cristo denuncia y vence otra tentación del poder. El poder que quiere aprovecharse para las grandes espectacularidades: ganar votos, ganar aplausos aunque sea engañando. No es así como se redime a un pueblo, se redime no tentando a Dios, no provocando a Dios que está presente a veces en el pueblo, muchas veces y siempre.
LA TERCERA TENTACIÓN
Y finalmente, la tercera tentación de este segundo Adán, no en un paraíso sino en el ambiente austero de un desierto, donde debe de pagar los libertinajes, las licencias que los hombres nos damos ofendiendo a Dios. Dice el evangelio, la tercera tentación lo hace ver en un momento como una visión cinematográfica, pasar ante él los reinos del mundo; y el diablo, le dice: " ¡Mira, todo eso es mío, todo eso te lo puedo dar con tal que te hinques y me adores!".
¡Que tremenda tentación en que han caído aquellos que dicen que hacen pacto con el diablo!. La tentación del poder, la tentación de ver brillar los desfiles con cañones y armas, la tentación de ver las grandes muchedumbres no por convicciones sino por conveniencias, por llenar de pan el estómago muchas veces; los aplausos baratos. Cristo los desprecia y le dice al demonio: " ¡Apártate que también está escrito : sólo a Dios tendrás que servir y a El has de adorar!". Esta es la gran respuesta para un cristiano que quiere ser redimido contra las tentaciones fáciles del mundo: adorar al Señor. Sólo tenemos un Señor, nuestro Señor, nuestro Dios, y a él sólo tenemos que servir y adorar; su ley es la pauta de mi vida, su voluntad es el designio de mi existencia. Yo no puedo correr por otros caminos que no sean la voluntad, el servicio del Señor.
EL SENTIDO SIMBÓLICO DE LAS TENTACIONES.
Este es el segundo protagonista y el principal de la historia de la salvación. Los comentaristas dicen que San Mateo escribió esta página mirando sobre todo el sentido simbólico para su Iglesia de Cristo a lo largo de los siglos. No es propiamente la persona divina de Cristo que va a ser tentada en esa forma tan descarada por el demonio, pero si va a ser la prolongación de Cristo en la historia que es la Iglesia; ella sí va a sufrir estas tentaciones; y obispos, sacerdotes, religiosos, instituciones católicas, vamos a tener que sufrir estas tremendas tentaciones del poder; vamos a querer convertir nuestra misión mesiánica salvadora en la humildad, en la austeridad, en el sacrificio y quererla apoyar en el poder, en el dinero, en el bienestar. ¡Cuántas veces ha caído la pobre Iglesia en estas tentaciones!.
De esa queremos salvar a la Iglesia auténtica, que no haga consistir su prestigio en ser aplaudida, en ser apoyada por los triunfos fáciles. Queremos un cristianismo que de veras se apoye como el de Cristo, en la palabra de Dios; que no traicione por más que le ofrezcan ventajas, la verdad de la palabra divina; que sepa apoyar su propia hambre, su propia debilidad, su propio ocultamiento; no lo considere como un fracaso, como estar esperando días mejores. Ya los tenemos esos días, son los que se apoyan en Cristo en la medida en que hacemos nuestra fe consistir en la palabra de Dios, y nuestro poder no en hacer milagros ni en apoyarnos en triunfalismos y espectacularidad, sino en el sencillo cumplimiento del deber, en la fe sencilla a la palabra de Dios. ¡Esa es la redención que Cristo nos ofrece!
3º. EL PUEBLO, NOSOTROS, TODA LA HUMANIDAD, OBJETIVOS DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.
EL HOMBRE ES UNA SOLIDARIDAD CON CRISTO.
Y por eso, hermanos, el último pensamiento, la tercera idea de esta homilía: entre estos dos protagonistas, Adán y Cristo, todos nosotros. San Pablo nos ha dicho en la segunda lectura, la solidaridad, que es todo hombre, cada hombre es una doble solidaridad. Todos los que estamos aquí, capaces de entender lo que estamos reflexionando, inteligentes, libres, capaces de amar, con muchas capacidades humanas para organizar una empresa, para ser profesionales, para ser hombres de la política o del comercio, de la empresa, todos somos hombres y estas capacidades de inteligencia, de organización, de prestigio a lo mundano, nos vienen de Adán. El hombre es descendiente de Adán y sus cualidades humanas son una herencia de aquel soplo de Dios que es la vida del hombre.
Por eso, hermanos, en este sentido muchas veces el hombre se siente demasiado orgulloso para estar solamente satisfecho de su solidaridad con Adán, con el soplo natural de Dios. Pero hay una segunda solidaridad que pocos la comprenden: el hombre es una solidaridad con Cristo. Pablo nos ha dicho hoy: la solidaridad con Adán nos hace a todos pecadores, raza caída, raza fracasada, aunque no nos quitó la chispa de inteligencia y la capacidad de nuestros dones naturales, pero somos una naturaleza caída si no es por Cristo que se constituye cabeza de la redención. Y solamente los descendientes de Adán que se hagan también solidarios con Cristo, realizan la humanidad que hoy quiere Dios: el cristianismo. Cristo es el segundo Adán y nadie puede pertenecer a la raza de Dios si no es incorporándose con este segundo Adán.
LA CUARESMA ES ANTE TODO UNA TEOLOGÍA
Ahora comprendemos el sentido de la Cuaresma de la Iglesia. La Cuaresma de la Iglesia más que una rectificación de costumbres, más que una ascética, es ante todo, una teología. Es la teología del hombre que quiere descubrir qué significa mi bautismo, y la Cuaresma me va a servir para que mi bautismo sea la solidaridad de mi vida con aquel que en el bautismo me participó su muerte y su resurrección. Por eso queremos que el bautismo se confiera con un poco más de conciencia. Ya no es tiempo, hermanos, de hacer del bautismo un acontecimiento social: que lo bautice el Padre tal, el Obispo tal, que sean sus padrinos don fulano de tal. Eso es social y está bueno, pero lo principal es que antes de esa ceremonia asista al humilde párroco que le explicará qué significa ser bautizado. Ese niño no vale por su padrino ni por su descendencia de Adán, vale porque el bautismo lo va a incorporar a ese Cristo que murió y el bautismo es participación con esa muerte; y resucitó, y mi bautismo es participación de vida eterna con esa resurrección.
La Cuaresma debe servir para recordar esta gran dignidad del cristiano, del bautizado, que llevo en mi vida desde que era niño gracias a mis padres que me bautizaron niño. No lo comprendí, pero ahora que cada año la Iglesia va celebrando una Cuaresma para que yo tome conciencia de mi bautismo, ya no soy un niño, ya soy un hombre en la alta política, ya soy un empresario. ¿Qué significa para mí ese bautismo? ¡Ah!, que no puedo vivir únicamente con mis cualidades que me solidarizan con Adán sino que debo de vivir con las exigencias de pertenecer a Cristo v si no, no me salvo, por más brillante que aparezca en el mundo.
Esta es la Cuaresma, el recuerdo teológico de esa realidad que me incorpora, me solidariza con el Redentor, con Cristo, con el Hijo de Dios que trajo vida de Dios para que todo el que crea en Él sea salvo. No basta, pues, ser descendiente de Adán aunque sintamos muy fuerte el soplo de la vida natural. Es necesario que ese soplo se solidarice, se haga una sola cosa con Cristo por el bautismo. Y si por desgracia nos hemos desprendido de esa solidaridad con Cristo, allí está la segunda realidad de la Cuaresma: la Penitencia. En el grupo de los peregrinos de la Cuaresma estamos no los que nos vamos a preparar para ser bautizados, estamos los que ya bautizados no hemos sido fieles a esta incorporación con Cristo y queremos lavar esta traición con penitencia, con arrepentimiento, con ayunos, con demostraciones de que no es la felicidad, la de Adán y Eva o los caminos que no son los de Dios, sino los de Cristo venciendo las tentaciones del mundo.
Celebremos entonces, queridos hermanos, esta Eucaristía del Primer Domingo de Cuaresma con toda nuestra buena voluntad de revivir en nuestra vida, la vida que Cristo nos ha dado y, que en la próxima Pascua, la Semana Santa, muerte y resurrección de Cristo, vamos a revivir con todo nuestro entusiasmo cristiano. Nos ponemos de pie y proclamamos nuestra fe. "Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso...".
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