martes, 6 de octubre de 2015

Beato Isidoro de San José de Loor - Magno de Oderzo, Santo 06102015

Beato Isidoro de San José de Loor

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Beato Isidoro de San José de Loor, religioso
En Courtrai, en Bélgica, beato Isidoro de San José de Loor, religioso de la Congregación de la Pasión, que cumplió con fidelidad las funciones que se le encomendaron y, habiendo enfermado, fue ejemplo para sus hermanos al soportar terribles dolores.
Los santos pueden parecer todos iguales, pero al final vemos que no existe uno igual a otro. También Isidoro ofrece su vida al Señor en sacrificio y escribe a los suyos: «Los he dejado para vivir solo para el Señor y trabajar mucho por la salvación de mi alma, de la de ustedes y de las de muchos otros». Se le puede definir como un campesino santo. Nace en Vrasene (Bélgica) el 8 de abril de 1881 de una familia de campesinos. Es doblemente afortunado, primero porque sus padres se distinguen por la piedad, la rectitud moral y una conducta irreprensible. En segundo lugar porque «La agricultura ha sido creada por el Altísimo» (Sir. 7,15) y el trabajo de los campos es agradable a Dios. También en el convento se dedicará con pasión al trabajo del campo y escribirá: «Trabajar y plantar en el huerto me hace maravillosamente bien».

Es un joven robusto, activo y sociable; ayuda a la familia trabajando en el campo y el invierno con el tico como obrero de la empresa de pavimentación de las calles; canta en el coro de la parroquia y también es catequista. Participa asiduamente en la vida de la parroquia, se inscribe a la «Pía unión por el Vía Crucis semanal» y ama meditar la pasión de Jesús. Mientras va madurando la idea de ser religioso. Un sacerdote redentorista lo encamina hacia los pasionistas, por su amor a Jesús Crucificado. En abril de 1907, a los 26 años de edad, entra en el noviciado pasionista de Ere como religioso hermano.

Sufre mucho por la separación de su familia y padece un malestar. Él, que habla flamenco, debe hablar en francés, la lengua oficial en el convento. El 8 de septiembre de 1907 toma el hábito pasionista y un año después emite la profesión religiosa. Está feliz por su vocación. Escribe a sus padres: «Aquí todos somos iguales, del superior al más pequeño; todos en una misma mesa, en una misma oración, en un mismo reposo, en una misma recreación. Todos juntos trabajamos, según la condición de cada uno. Nos damos un servicio recíproco».

Su vida no cambia mucho; habituado desde su familia a ser un apóstol continúa a serlo también en el convento. «Cumpliendo todo por la gloria de Dios -escribe-, colaboro en la conversión de los pecadores y a difundir la devoción a la Pasión de Jesús y a los dolores de María. Mientras los sacerdotes van a predicar, nosotros los hermanos trabajamos para la comunidad; también el trabajo más insignificante se convierte en mérito para Dios y nuestra salvación. No anhelo, ni deseo otra cosa que sacrificarme enteramente por la salvación de las almas».

Humildad y paciencia son sus virtudes. «El trabajo, dice bromeando, me hace bien. Así cuando viene el diablo y me encuentra ocupado, se convence que no tiene nada que esperar de mí... y no le queda más que irse». Su vida es una continua búsqueda de la voluntad de Dios; sobre ella extiende su jornada y en ella encuentra paz y serenidad, en una continua acción de gracias. En la víspera de sus votos escribe: «Estoy por hacer mi profesión, únicamente para hacer la voluntad de Dios». Lo llaman «el hermano bueno, el hermano de la voluntad de Dios, la encarnación de la regla pasionista». Vive una rígida pobreza y escribe: «No poseo muchas cosas; solo tengo un crucifijo, una navaja de afeitar, un sacapuntas, un lápiz, pero no se como hacerles comprender la grande alegría que me llena viéndome libre de todo, para que mi corazón no ame sino a Jesús».

No falta el sufrimiento físico. En Junio de 1911, por un cáncer, le es extirpado el ojo derecho. Soporta todo con grande fuerza, tanto que el médico que lo opera exclama: «Este hombre deber ser un santo». Él escribe: «Me he confesado y en la comunión he ofrecido a Dios mi ojo por la expiación de mis pecados, por el bien espiritual y material de ustedes y por otras muchas otras intenciones. Me he abandonado cómodamente a la voluntad de Dios, sin entristecerme». El mal continúa su curso. Padece cáncer en el intestino y el médico advierte al superior las consecuencias fatales de la enfermedad. El superior hace conciente a Isidoro, el cual acoge la noticia con la habitual serenidad. Padece dolorosas operaciones. Exclama: «Debemos aceptar nuestros sufrimientos en unión con Jesús, que es para nosotros el modelo de abandono a la voluntad del Padre». Los familiares no podrán estar siempre con él para asistirlo, porque lo impiden los alemanes, que han ocupado Bélgica. Estamos en plena 1ª guerra mundial. Muere en octubre de 1916, a los 35 años.

El humilde y silencioso hermano pasionista se convertirá en una de las figuras más amadas y populares de Bélgica. Juan Pablo II lo ha declarado beato el 30 de septiembre de 1984.
fuente: Web Pasionista



Magno de Oderzo, Santo
Magno de Oderzo, Santo

Obispo, 6 de octubre


Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04 



Obispo

Martirologio Romano: En Venecia, conmemoración de san Magno, obispo, que, al tomar los lombardos su sede episcopal de Oderzo (Opitergium en latín), con la mayor parte de su grey se trasladó junto a la laguna véneta, fundando la nueva ciudad de Heraclia o Eraclea, así como varias iglesias en el lugar donde más tarde se levantó la ciudad de Venecia (c. 670). 

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Según la tradición, Magno nació en Altino en una familia noble, probablemente en el último cuarto del siglo VI. Después de realizar estudios humanísticos en su ciudad natal, se retiró para hacer vida eremítica a una isla de una laguna cercana, donde se preparó para el sacerdocio. Fue ordenado en la ciudad de Oderzo, donde ejerció su sacerdocio combatiendo a los últimos propagadores del paganismo y a la infiltración arriana proveniente de la diócesis (Ceneda), ocupada por los Lombardos.

En 630 sucede a San Tiziano en la sede episcopal de Oderzo. La Ciudad y parte de la diócesis todavía está sujeta a Bizancio, de la que constituía el último contrafuerte de resistencia en tierra firme contra el reino lombardo. No es extraño que Rotari, aprovechando la circunstancia de que las fuerzas bizantinas estaban comprometidas en Oriente, en 638-39 asaltó y ocupó la ciudad. La mayor parte de los habitantes, bajo la guía de su jefe político y especialmente del obispo, se refugió en la isla vecina de la laguna véneta, que formaba parte de la diócesis de Oderzo. Magno obtiene del Papa Severino (28 maggio - 2 agosto 640) y de Primigenio, patriarca de Grado, la transferencia de la sede episcopal, aunque conservando el nombre de Oderzo. Allí construye la catedral dedicada al apóstol San Pedro, de modo que la tradición también lo hace fudador, por divina inspiración, de otras ocho iglesias en la zona en donde surgirá Venecia. En 665-667, Oderzo fue reocupada y casi destruida por los Lonbardos. El santo sobrevive pocos años a este triste evento: muerenonagenario alrededor de 670 y fue sepultado en su catedral. 

Cuando debido al hundimiento de la laguna circundante, Eraclea fue abandonada por sus habitantes, Pietro Ziani (1205-29), el 6 de octubre de 1206, hizo trasportar los restos de San Magno Venecia, a la iglesia de San Jeremías. El 21 de dicembre de 1459 el senado veneciano decretó que ese día fuera festivo para toda la ciudad; el 28 de septiembre de 1563, un nuevo decreto del senado permite que un brazo del santo sea llevado a la basílica de San Marcos y que todos los años, el día 6 de octubre sea expuesto a la veneración de los fieles dentro de un rico relicario.

En Venecia se sigue venerando a San Magno a pesar de que después de el 22 de abril de 1956 sus restos volvieron a la nueva Eraclea para ser conservados en la iglesia parroquial de Santa María Inmaculada. 



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