DEJEN EN PAZ LA GRACIA
O SUELTEN LA JAULA
Cuando descubrimos que Dios es amor y la fe para
nosotros es el amor a los demás, se puede formular de esta manera que hizo San
Agustín:
La fe es el sustantivo del verbo creer y creer puede
ser credere deum que decía San Agustín, credere deo y credere in deum. Las tres
cosas son la fe, creer, y ahora veremos por donde nace todo este mundo que
llamamos
LA GRACIA
Espero que esta gracia, cuando la vean por aquí
revolotear, no la metan en la jaula de la jerarquía y la hagan prisionera. De
ésta, no hablo ni sé nada ni quiero nada. De esa no habló Jesús ni Dios tiene
nada que ver con ella, osea que si han venido con la jaula, dejen en paz la
gracia o suelten la jaula. La gracia no es enjaulada, es un océano sin playa,
no tiene límites, es Dios mismo. La gracia de todas las gracias, es
DIOS EN PERSONA
Gracia, que es gratis, es lo que gratuitamente SE
DA.
Dios que como el mar, se da a la playa
interminablemente, ola tras ola, este es Dios, y Dios dándose, es la
gracia,
LA GRACIA INCREADA.
Hay una gracia fundamental, el origen de toda gracia, Dios mismo
San Agustín dice que la fe primero es credere deum o
lo que es lo mismo, creer que Dios existe. Aquí el problema no es creer que
dios existe sino en creer en un dios determinado, el problema está, no en que
exista o no dios sino de qué dios se habla, es la esencia de dios no la
existencia el problema. El problema está en la idea del dios que se habla.
Bien, pues San Agustín dice credere deum, creer que hay una divinidad pero
automáticamente hay que cargar el peso en lo siguiente:
supongamos, que Dios existe, supongamos. Yo acepto la
posibilidad de Dios, credere deo. Si Dios existe, es un ser del cual yo me fío,
creer, confiar en Dios. Credere deo, credere es confiarse en latín, confiarse a Dios. Si Dios existe para mí tiene que ser un ser en el cual yo pueda confiar,
fiarse de Dios. Bueno pues la fe dice que Dios existe y que si existe, es un
ser que yo me puedo fiar, ponerme en sus manos y dejarme llevar y por último,
credere in deum, este in, es importante, in deum acusativo de lugar a dónde,
credere in deum, significa que acepto que Dios existe, segundo, sé que ese Dios
que existe me acoge en sus brazos al cuál me puedo confiar, y tercer punto, sé
que es un Dios hacia el cuál yo camino. Por tanto el objeto de nuestra fe, es
un lugar a dónde.
A Dios se camina siempre, se camina hacia él, así
empieza el credo, credo in deum, creo hacia Dios, me dirijo hacia Dios, el in,
es hacia. Dios es un lugar hacia el cual yo camino. Aquello hacia lo cual yo
oriento toda mi vida, a eso le llamo Dios. Se trata de ver quien es Dios, sí
que admitimos que Dios existe, pero para mí existe Dios si Dios es
AQUEL AL CUAL YO ME PUEDO ENTREGAR
Y HACIA EL CUAL YO ARDIENTEMENTE CAMINO
Pero además, y esto es lo más importante, ES UNA
PERSONA
Por tanto la fe, creer, no es un acto fundamentalmente
intelectual sino es existencial, también es intelectual pero sobre todo es
existencial. Yo topo con Dios y me le entrego, credere deo, yo topo con Dios y
al verlo digo:
Toma!! esto es justamente el anhelo de mi vida!!
(Credere in deu)
He aquí, el descubrimiento de Dios.
LA RELACIÓN CON UNA PERSONA!!
NUNCA LA FE, ES LA RELACIÓN CON COSAS
Creer en Dios, es creer en una persona, sólo Dios es
objeto de fe, es una relación interpersonal.
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