San Silvestre I, papa, que piadosamente rigió la Iglesia durante muchos años, período en el cual el emperador Constantino Augusto construyó basílicas venerables, y el Concilio de Nicea aclamó a Cristo como Hijo de Dios. En este día su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Priscila.
También en Roma, en el cementerio de los Jordanos, en la vía Salaria Nueva, santas Donata, Paulina, Rogata, Dominanda, Serótina, Saturnina e Hilaria, mártires.
En Sens, de la Galia Lugdunense, santa Columba, virgen y mártir.
En Constantinopla, san Zótico, presbítero, que se preocupó de alimentar a los huérfanos.
En Jerusalén, santa Melania la Joven, que con su marido san Piniano dejó Roma, dirigiéndose ambos a la Ciudad Santa, en la cual llevaron una vida religiosa, ella entre las mujeres consagradas a Dios y él entre los monjes, y donde ambos murieron santamente.
En Ravena, de la región de la Flaminia, san Barbaciano, presbítero.
En Lausanne, entre los helvecios, san Mario, obispo, que trasladó allí la sede de Aventicum, edificó muchas iglesias y fue defensor de los pobres.
En el territorio de La Louvesc, en los montes cercanos a Puy-en-Vélay, en Francia, san Juan Francisco Regis, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, el cual, peregrinando por montes y aldeas, procuró sin descanso la renovación de la fe católica en las almas de los habitantes, mediante la predicación y la celebración del sacramento de la penitencia.
En la fortaleza de Mercués, cerca de Cahors, en la Francia meridional, tránsito del beato Alano de Solminihac, obispo de Cahors, que con visitas pastorales trabajó por enderezar las costumbres del pueblo, y se empeñó con apostólica insistencia en renovar la Iglesia que tenía encomendada.
En París, también en Francia, santa Catalina Labouré, virgen de las Hijas de la Caridad, que de manera singular honró a la Inmaculada y brilló por su sencillez, caridad y paciencia.
En Cagliari, Italia, beata Josefina Nicoli, virgen, religiosa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
En Santander, en el monasterio trapense de Viaceli, beato Leandro Gómez Gil, hermano lego, mártir de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
En la cuesta de La Elipa, Madrid, beato Luis Vidaurrázaga González, sacerdote profeso benedictino del priorato de Montserrat, dependiente de la abadía de Santo Domingo de Silos.
En Durrës, Albania, beato Anton Zogaj, presbítero de la arquidiócesis de Tiranë-Durrës y mártir.