Evangelio del día: Dios revela que Él es un Dios con nosotros,
que nos ama
Evangelio del día 🎧 AUDIO. Juan 16,12-15 - Fiesta de la
Santísima Trinidad: Los cristianos no estamos solos, el Espíritu Santo nos
acompaña
Evangelio del día: Juan 16,12-15
Evangelio del día
(Fiesta de la Santísima Trinidad, un solo Dios): En aquel tiempo, Jesús dijo a
sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero no están
capacitados para entenderlas por ahora. Cuando venga él, el Espíritu de la
verdad, les guiará en todos los caminos a la verdad completa. El no viene con
un mensaje propio, sino que les dirá lo que escuchó y les anunciará lo que ha
de venir. El tomará de lo mío para revelárselo a ustedes, y yo seré glorificado
por Él. Todo lo que el Padre tiene es mío; por eso les he dicho que recibirá de
lo mío y se los revelará a ustedes". Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
Dios no quiere revelarnos tanto que Él existe, sino que es el
Dios con nosotros, que nos ama, está interesado en nuestra historia personal y
se preocupa por cada persona, desde el más pequeño hasta el más grande.
Aunque Dios está en el Cielo, también está en la tierra, que
debido a esto, no creemos en una entidad distante e indiferente. Al contrario,
en el amor que creó el universo y generó un pueblo, se hizo carne, murió y
resucitó por nosotros, y así como el Espíritu Santo, Él lo transforma todo y lo
lleva a la plenitud.
La fiesta
de la Santísima Trinidad, no solo es una invitación a
contemplar y alabar a Jesucristo, sino que también es una oportunidad para
celebrar, con una maravilla cada vez mayor, al Dios de amor, que nos ofrece su
vida libremente y nos pide que lo hagamos para difundirlo en el mundo.
San Pablo experimentó de primera mano la profunda transformación
del Dios de amor, que nos permite no solo llamarlo "Padre", sino más
personalmente, "Papá", y que nos da la capacidad de invocarlo a Él con
la total confianza de un niño que se abandona en los brazos de quien les dio la
vida"
A través de su acción en cada persona, el Espíritu Santo hace
que Jesucristo no sea reducido a una persona del pasado, sino que nos sintamos
cerca de él, nuestro contemporáneo, y que experimentemos el gozo de ser hijos
amados de Dios.
Los cristianos no estamos solos, porque el Espíritu Santo fue
enviado para guiarnos y acompañarnos. Y gracias
a la presencia del Espíritu Santo y la fuerza que ofrece,
podemos realizar con serenidad la misión que nos ha confiado: anunciar y dar
testimonio de su Evangelio a todos y dilatar así la comunión con Él y la
alegría que viene de eso.
La fiesta
de la Santísima Trinidad nos hace contemplar el misterio de un
Dios que crea, redime y santifica incesantemente, siempre con amor y por amor,
y a cada criatura que lo recibe, le da el don de reflexionar. Un rayo de su
belleza, bondad y verdad.
Que María ayude a cada persona a cumplir con alegría la misión
de dar testimonio del mundo, sedienta de amor, que el sentido de la vida es
precisamente el amor infinito, el amor concreto del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. (Reflexión en la Fiesta de la Santísima Trinidad, 27 de mayo de
2018)
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