Enséñanos,
María a aceptar sin preguntar
Meditaciones del Rosario. Quinto Misterio de Gozo. Jesús perdido y hallado en el templo. María sabía que su hijo sería cada vez menos de Ella y más del Padre y de todos.
Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Meditaciones del Rosario. Quinto Misterio de Gozo. Jesús perdido y hallado en el templo. María sabía que su hijo sería cada vez menos de Ella y más del Padre y de todos.
Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Durante el mes de Octubre, Mes del Rosario, en esta sección,
meditaremos cada día un misterio, y así poder "guardar y meditar en
nuestro corazón" la Vida de Jesús.
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¡Qué
prueba tan dolorosa! Prepárate, Madre, para la hora del Calvario. Ahí lo
perdiste por tres días terribles; pero lo recuperaste entero. Allí te lo
matarán a mordiscos todos los pecados de los hombres, como rabiosos lobos. Al
final, cuando pudiste recoger lo que quedaba de tu Hijo; era un muerto y un
cadáver destruido desde la cabeza a los pies; la cabeza rota por las hondas
espinas; la cara desfigurada por las bofetadas; el pecho y la espalada aradas
por los latigazos; las manos y pies horadados por los clavos: el corazón
partido por una lanza.
Perdido y hallado. Perdido y no encontrado en el callejón lóbrego de la muerte. Perdido y hallado vivo. Perdido y hallado muerto, destinado solo para el sepulcro. Y ahí terminó la muerte; en un sepulcro pétreo que impedirá acercarse a los restos del amado hijo,
Prepararnos a las separaciones. Vivir un cierto tiempo es separarse de algunas personas. Vivir un trecho más es separarse de más seres. Durar más tiempo es separarse uno de los que me sobreviven. Cada separación es un desgarrón. Uno muere al final desgarrado y desgarrando a alguien más.
¿Por qué me buscabais? La pregunta que toca la herida abierta, haciéndola sangrar. María sangraba por aquella herida de su corazón. El doloroso por qué de María quedó acallado con el misterioso por qué del Hijo. María sabía que aquel hijo sería cada vez menos de Ella y más del Padre y de todos. María aceptó del desgarrón del hijo que se va de la casa, por ley de la vida, en este caso por ley divina. Pero aceptó sangrando.
María conservaba todas estas cosas en su corazón.
Su corazón sangraba. Con oración y obediencia la curaba pero al mismo tiempo la abría,, porque esa herida nunca se cerró. Y de pronto un día, en el Calvario se abrió completamente y sangró a torrentes. Sólo en el cielo se ha cerrado del todo aquella herida, María ya no pregunta más; ha recibido todas las respuestas y una corona eterna por no haber preguntado indiscretamente sobre los misterios que le rodeaban.
Enséñanos, María a aceptar sin preguntar, hasta que Dios quiera ofrecernos su respuesta. Al final, todos diremos que Dios tuvo la razón, para que nuestra fe fuera meritoria.
Preguntas o comentarios al autor P. Mariano de Blas LC
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Para que reces muy bien el rosario, consulta
El Santo Rosario Qué es el rosario, cómo se reza, historia,
oraciones, promesas, bendiciones y beneficios.Perdido y hallado. Perdido y no encontrado en el callejón lóbrego de la muerte. Perdido y hallado vivo. Perdido y hallado muerto, destinado solo para el sepulcro. Y ahí terminó la muerte; en un sepulcro pétreo que impedirá acercarse a los restos del amado hijo,
Prepararnos a las separaciones. Vivir un cierto tiempo es separarse de algunas personas. Vivir un trecho más es separarse de más seres. Durar más tiempo es separarse uno de los que me sobreviven. Cada separación es un desgarrón. Uno muere al final desgarrado y desgarrando a alguien más.
¿Por qué me buscabais? La pregunta que toca la herida abierta, haciéndola sangrar. María sangraba por aquella herida de su corazón. El doloroso por qué de María quedó acallado con el misterioso por qué del Hijo. María sabía que aquel hijo sería cada vez menos de Ella y más del Padre y de todos. María aceptó del desgarrón del hijo que se va de la casa, por ley de la vida, en este caso por ley divina. Pero aceptó sangrando.
María conservaba todas estas cosas en su corazón.
Su corazón sangraba. Con oración y obediencia la curaba pero al mismo tiempo la abría,, porque esa herida nunca se cerró. Y de pronto un día, en el Calvario se abrió completamente y sangró a torrentes. Sólo en el cielo se ha cerrado del todo aquella herida, María ya no pregunta más; ha recibido todas las respuestas y una corona eterna por no haber preguntado indiscretamente sobre los misterios que le rodeaban.
Enséñanos, María a aceptar sin preguntar, hasta que Dios quiera ofrecernos su respuesta. Al final, todos diremos que Dios tuvo la razón, para que nuestra fe fuera meritoria.
Preguntas o comentarios al autor P. Mariano de Blas LC
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Para que reces muy bien el rosario, consulta
Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario. Y también las palabras del Salve Regina
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