sábado, 23 de septiembre de 2017

Santos del día 24 de septiembre

Santos del día 24 de septiembre
Octavo Kalendas octobris
En Milán, ciudad de la región Transpadana, san Anatolio, considerado primer obispo de esta ciudad.
En Seaulieu, en la región de Autún, en la Galia, santos Andoquio, Tirso y Félix, mártires.
En Auvernia, de Aquitania, san Rústico, obispo, que, siendo presbítero en la misma ciudad, asumió el obispado con gran aplauso del pueblo.
En Lyon, en la Galia, san Lupo, obispo, que antes había vivido como anacoreta.
En Marsella, en Provenza, san Isarno, abad, renovador de la vida regular en el monasterio de San Víctor, austero consigo y comprensivo y pacífico con los demás.
En Panonia, san Gerardo Sagredo, obispo de la sede de Morisena (Csanad) y mártir, que fue preceptor de san Emerico, príncipe adolescente hijo del rey san Esteban, y en una sedición de húngaros paganos murió apedreado cerca del río Danubio.
En Girona, ciudad de Cataluña, en España, beato Dalmacio Moner, presbítero de la Orden de Predicadores, conocido por su amor a la soledad y al silencio.
En York, en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Spenser, presbítero, y Roberto Hardesty, condenados ambos a la pena capital y ahorcados, reinando Isabel I, el primero por ser sacerdote, y el segundo por haberle dado hospitalidad.
En Nagasaki, ciudad del Japón, pasión de san Antonio González, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, enviado a la nación nipona con otros cinco compañeros, poco después, en tiempo del emperador Tokugawa Yemitsu, fue encarcelado y martirizado con el tormento del agua, hasta que, enfebrecido, precedió en la muerte a los demás.
En San Severino, lugar del Piceno, san Pacífico, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, preclaro por sus penitencias, amor a la soledad y oración ante el Santísimo Sacramento.
En Maribor, localidad de Eslovenia, beato Antonio Martín Slomsek, obispo, que tuvo gran dedicación al cultivo de la vida cristiana de las familias, al de la institución del clero y a la defensa de la unidad de la Iglesia.
En Roma, beata Columba (Juana) Gabriel, abadesa del monasterio de Lviv, en Ucrania, que, injustamente calumniada, viajó a Roma, donde, viviendo pobre y alegre, fundó la Congregación de Hermanas Benedictinas de la Caridad, además de la obra social llamada Casa de la Familia, para jóvenes obreras pobres o alejadas de su familia.
En la población de Abalat de la Ribera, en la provincia de Valencia, en España, beato José Raimundo Pascual Ferrer Botella, presbítero y mártir de la fe en días de persecución religiosa durante la contienda española.
En Rotglá y Corbera, también en Valencia, beato José María Ferrándiz Hernández, presbítero y mártir, que coronó el combate de la fe en la misma persecución religiosa.
En Ollería, de nuevo en Valencia, beata Encarnación Gil Valls, virgen y mártir, que, portando la lámpara encendida, caminó vencedora hacia Cristo Esposo.
En Alcira, en la misma provincia española, beato José Raimundo Ferragud Girbés, padre de familia y mártir, víctima por Cristo en la persecución contra la fe cristiana.

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