miércoles, 2 de enero de 2019

Allanad el camino del Señor (Evangelio meditado) 02012019

Allanad el camino del Señor
Santo Evangelio según San Juan 1, 19-28. Feria del tiempo de Navidad


Por: H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C. | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor, por el don de la fe, de la esperanza y la caridad que me diste en el bautismo. Ayúdame a crecer en estas virtudes para que aprenda a descubrirte en todo momento y sepa darte, en mi vida, el lugar que te corresponde.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 1, 19-28

Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".

Él reconoció y no negó quien era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el Profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías".

Los enviados que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias".

Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Comenzamos a caminar en este nuevo año. Tenemos nuevas oportunidades para revisar nuestra vida y proyectos, de tomar decisiones y de crecer en amistad con el Señor. Podemos mirar al pasado y agradecer por todo lo bueno que nos ha sucedido, o reconocer los errores que hemos cometido. Podemos mirar al futuro y soñar dónde queremos estar en esta fecha el próximo año. Podemos contemplar nuestro presente y ver las herramientas con que contamos para realizar nuestros sueños. Miremos donde miremos, si prestamos atención, podremos descubrir la mano amorosa de Dios, que se preocupa por nosotros, incluso más que nosotros mismos.

Si queremos vivir en su compañía durante este año, necesitamos preparar el camino que le permitirá salirnos al encuentro. Necesitamos examinar nuestra vida, y especialmente el año que acabamos de terminar. ¿Cuáles fueron mis alegrías y cuáles mis penas? ¿Permití que Jesús tomara alguna parte en esos momentos?

Contemplemos nuestros errores y éxitos, y hablemos con el Señor sobre cómo podemos mejorar. No lo olvidemos en ningún momento, pues Él quiere acompañarnos durante todo este nuevo año. ¿Dejarás que el Señor entre en tu vida?

«La fe cristiana nos impulsa a retomar la iniciativa, rechazando cualquier concesión a la nostalgia y al lamento. La Iglesia, por otra parte, tiene una amplia tradición de mentes generosas e iluminadas, que han allanado el camino para la ciencia y la conciencia de su época. El mundo necesita creyentes que, con seriedad y alegría, sean creativos y proactivos, humildes y valientes, decididos a recomponer la fractura entre las generaciones
(Homilía de S.S. Francisco, 5 de diciembre de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Haré una visita al Santísimo Sacramento, de diez minutos y ofreceré a Jesús el año que acaba de comenzar.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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