domingo, 24 de febrero de 2019

‘Hay dioses que ya no existen’.(Domingo 7º del TO Ciclo C (24.02.2019): Lucas 6,27-38) y “Todo cuanto deseas que te hagan, házselo a los demás” (Mateo 7,12) (Domingo 13º de Mateo (24.02.2019): Mateo 8,1-22) 24022019


En esta tierra ya se han puesto en marcha 'los objetivos' de todo tipo. Hay un día señalado del mes de abril. Y a ese día hay que llegar no sólo el primero, no sólo el más votado, sino el único... Los demás podrán haber llegado, pero no importa demasiado... ¡O sí! En ese día todo importará... Mira que quedan días hasta entonces... Pues todo será hablar de ese día y 'del día después'. 

Tenemos dos meses largos para el arreglo de las calles, mejoras de los dineros, nuevos jardines buenos... Y más. ¡Que se vea que estamos en el buen camino! Qué de cosas vamos a ver, qué de cosas... Esto sucederá aquí en España, ojalá pudiera suceder en otras naciones... Elecciones. Elecciones. Elecciones... Poder votar en libertad...

Para ese día 28 de abril ya estaremos en Pascua, plena primavera, estallido de la vida, los sueños están florecidos y cuajados y hay que dejarlos crecer y madurar. Pronto serán los nuevos frutos... Y me acuerdo de aquello que no sé dónde se dice exactamente... 'Los árboles buenos dan frutos buenos', porque las uvas no se vendimian de las hortigas... Me tendré que volver a repasar las 'Confesiones de un corrupto'. 

Me han puesto ya sobre la mesa mil tareas... Apasionantes. Elecciones. Elecciones. Elecciones.
Y cuando abro las primeras palabras del Evangelio de Lucas en este día del domingo 24 de febrero me quedo sin voz, sin palabras, sin ánimos y hasta sin sangre en las venas, porque lo que leo es una imposibilidad, una utopía: Amad a vuestros enemigos... No es posible. Con este sueño entre mis neuronas lo mejor es quedarse dormido. Que no...

Serán palabras de quien sean, pero eso no. ¿Amad a vuestros enemigos?
Ni en el deporte, ni en las oposiciones ni en el juego de las canicas... ¡antes muerto que sencillo! Al enemigo ni agua...

Tengo la impresión de que esta página de más de uno de los evangelios habría que arrancarla para no caer en la tentación de hacer las cosas al modo de Jesús y acabar crucificado... 

Alguien se andará preguntando qué podría votar Jesús de Nazaret el día de las elecciones (de aquí o de las de donde sean). Ese Jesús está en ti, tú le andas resucitando. Yo también. Ese Jesús vota lo que tú votes. Ese Jesús vota lo que yo vote. El otro Jesús... no sé lo que hará, porque tampoco se sabe quién es o dónde está...

Amad a vuestros enemigos... No deseo ya más cuñas publicitarias de pasquines, vídeos o guasaps... Voy a ver si encuentro a ese 'Lucas, el del toro' para que me explique despacio lo que escribió... 

Buena lectura de los textos y de los comentarios, pero ya he avisado de qué van. Que nadie se sienta engañado. Esos comentarios están a continuación. También los encuentras en el archivo adjunto...

Hasta el 28 de abril hay mucho tiempo. En las elecciones, ante todo, votar. Y en el día después... ¿amad a vuestros enemigos?

Domingo 7º del TO Ciclo C (24.02.2019): Lucas  6,27-38
‘Hay dioses que ya no existen’. Lo medito y escribo CONTIGO,

Este día 24 de febrero será el penúltimo domingo antes de la Cuaresma.  Cuando ésta llegue se nos invitará a leer cada semana un relato evangélico seleccionado por las autoridades de la liturgia según sus indescifrables criterios. ¿Por qué no se nos sigue leyendo de forma ordenada y seguida la narración del Evangelista Lucas en la que, según la invitación de esas mismas autoridades, nos hemos embarcado todos? Está bien claro: Ellas dicen, pero no lo hacen.

Ya anticipé la semana pasada que en estos días me leeré despacio y cuantas veces sean precisas el relato del capítulo sexto completo de este tercer Evangelio, el de Lucas. Como ya habrá descubierto más de un leyente consciente se trata de una narración precisa y preciosamente elaborada por su autor. En ningún otro de los Evangelios encontramos una narración semejante en su forma de entretejer los mensajes.

Resumo lo ya adelantado en el comentario anterior. Después de lo sucedido en un sábado (6,1-5) y en otro posterior (6,6-11) encontramos en la lectura un tercer ‘sucedió por aquellos días’ (6,12). Arranca aquí un relato que sólo se comprenderá en tu totalidad si nos lo leemos completo, desde este inicio hasta su final en Lucas 7,1: “Cuando hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaún”. Nunca se nos va a leer en la liturgia esta narración completa (desde Lc 6,12 hasta Lc 7,1). El pasado domingo ya comenté Lucas 6,12-26.

Y ahora leo contigo la continuación en Lucas 6,27: “Ahora os digo a quienes me escucháis”, hasta Lucas 6,38: “Dad y se os dará”. Creo que se trata de la segunda parte del llamado ‘discurso de las bienaventuranzas’.

Sin lugar a dudas, estas palabras las ha puesto el Evangelista en boca de su Jesús de Nazaret. ¿No las dijo así aquel hombre de Galilea? No. No las dijo así, ni tampoco las pronunció como nos las escribió Mateo en 5,1-7,29. Tanto uno como otro de los Evangelistas han tratado de presentarnos su visión de aquel Jesús profeta, al estilo de los profetas de Israel. Leyendo a estos profetas y enseñando al pueblo a leerlos fue como inició Jesús su misión evangelizadora por toda su tierra de Galilea Y así seguirá hasta llegar a Jerusalén.

¿A qué lector no le suena en sus memorias el comienzo de esta parte del discurso de Jesús que proclama alto y claro en 6,27 “Amad a vuestros enemigos?” Este es, explícitamente, ‘el amor al prójimo’ del que hablará este mismo Jesús con aquel maestro de la Ley en Lc 10,25-37. Puedo equivocarme, pero tanto Jesús como su Evangelista Lucas aprendieron esta tarea humanizadora de la lectura y meditación de la vida y misión evangelizadora del nunca olvidado profeta Jonás. La noticia de este amor ¡engendra el Reino, la sana convivencia humanizadora!      

En boca de este Jesús coloca Lucas una confesión escandalosa del Dios en quien sí creía: “Él es bueno con los ingratos y los perversos... Vuestro Yavé Dios es compasivo... No juzga... No condena... Perdona... Se da... Se regala sin medida...” (Lucas 6,35-38). ¿Dónde está aquel Yavé nacionalista que aniquilaba a los primogénitos de Egipto para liberar a su pueblo, que mataba en sábado a los pecadores y extranjeros como recuerda Isaías 66,23-24? Este Dios no existe ya.
Carmelo Bueno Heras

Domingo 13º de Mateo (24.02.2019): Mateo 8,1-22
“Todo cuanto deseas que te hagan, házselo a los demás” (Mateo 7,12)

El Evangelista Mateo acaba de contarnos, en el primer discurso de su Jesús,  ‘lo que dijo’ como buena noticia este hombre de Nazaret de Galilea (capítulos quinto a séptimo de su Evangelio).  Todo ello sucedió “en el monte” (Mt 5,1). Ahora, como bien puntualiza el narrador: “Cuando bajó del monte le fue siguiendo gran cantidad de gente” (Mt, 8,1), comenzará a contar a sus lectores ‘lo que hizo’ aquel hombre llamado Jesús de Nazaret.

¿Qué es ‘lo que hizo’ Jesús?: ‘Lo que hizo’ cuando se le acercó un leproso (8,2); ‘lo que hizo’ cuando se le acercó un centurión (8,5) y ‘lo que hizo’ cuando llegó a la casa de Pedro (8,14). Se trata de los tres primeros hechos explícitos realizados por Jesús. Luego se contarán más, hasta diez. Unos los han llamado ‘milagros de Jesús’. Otros los han llamado ‘signos, señales o prodigios de Jesús’. ¿Por qué no me lees tres veces el verso 8,17, me dice Mateo susurrando?

Nunca se acabarán las discusiones e interpretaciones tan dispares como se han escrito y proclamado por los comentaristas. Seguramente que todos tiene razón, al menos en una partecita. Hay personas a quienes les encanta divinizar a Jesús y no pierden la oportunidad de llenarle de capacidades como si se tratara de  un dios todopoderoso. ¿Por qué no imaginarnos a un Jesús tan poderoso o tan vulnerable como tú, como el otro y el otro y yo mismo?

Según el Evangelista Mateo, la primera persona que se acerca a Jesús de Nazaret es un leproso (Mt 8,2-4). Sugiero leer el mensaje de Levítico 13,45-46. Si se desea ampliar información puede leerse el capítulo completo y el siguiente: “El leproso...irá gritando: impuro, impuro... Tendrá su morada fuera del campamento”. Ante la inmensa cantidad de gente que acompaña a Jesús, un leproso se le acerca y Jesús “le tendió los brazos”. Así de sencillo es el ‘milagro de la acogida, la comprensión, la escucha y el cariño. ¿Dónde habitan hoy los leprosos de entonces?

Según el Evangelista Mateo, la segunda persona que se acerca a Jesús de Nazaret es un centurión (Mt 8,7-13), agente de Roma con el encargo de asegurar la serenidad de las gentes y la paz en los territorios de la provincia siropalestinense. Siendo esto así, lo primero y más importante para aquel Jesús de Mateo es que ‘este centurión’ es una persona y cuantos le acompañan son también personas. Cuando leo despacio aquí este encuentro del centurión y de Jesús recuerdo el mensaje central del cercano discurso de Jesús en 7,12: “Que te suceda como has creído”.

Según este Evangelista Mateo, la tercera persona cercana a Jesús es una mujer, la suegra de Pedro (Mt 8,14-18). Dice el relato que esta mujer estaba enferma, como también estaban enfermas otras personas en los alrededores de la casa de Pedro. ¿Cuánto me gustaría saber de qué enfermedad se trataba? ¿Puedo pensar para mis adentros que se trataba de la enfermedad del poder? Tal enfermedad sólo se cura cuando el que manda aprende a servir y no a ser servido. Por lo que uno ve, una conversión como ésta, ¿no suele ser ‘milagrosa’?

El Jesús de estos milagros que cuenta Mateo, ¿tiene una manera de ser y de obrar humana?, ¿divina?, ¿humana y poderosa?, ¿divina y encarnada? ¡Tiene tu misma y mi misma naturaleza!
Carmelo Bueno Heras

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