Reflexión Espiritual
APACENTARÉ A MIS OVEJAS EN RICOS
PASTIZALESDel sermón de san Agustín, obispo, sobre los pastores
(Sermón 46, 24-25. 27: CCL 41, 551-553)
Y las apacentaré como es debido. Es el único que las apacienta, y que las
apacienta como es debido. ¿Qué hombre puede juzgar debidamente a otro hombre?
No hay por todas partes más que juicios temerarios. Aquel del que
desesperábamos cambia de repente y se convierte en el mejor. Aquel, por el
contrario, del que tanto esperábamos falla súbitamente y se vuelve el peor. Ni
nuestro temor ni nuestro amor son siempre acertados.
Lo que hoy es cada uno, apenas si uno mismo lo sabe. Aunque, en definitiva, puede llegar a saberlo. Pero, lo que va a ser mañana, ni uno mismo lo sabe. Aquél, en cambio, apacienta a sus ovejas como es debido, dándoles a cada una lo suyo; esto a éstas, aquello a aquéllas, pero siempre a cada una lo que es debido, pues sabe lo que hace. Apacienta como es debido a los que redimió después de haberlos juzgado. Eso es lo que quiere decir que los apacienta como es debido.
Lo que hoy es cada uno, apenas si uno mismo lo sabe. Aunque, en definitiva, puede llegar a saberlo. Pero, lo que va a ser mañana, ni uno mismo lo sabe. Aquél, en cambio, apacienta a sus ovejas como es debido, dándoles a cada una lo suyo; esto a éstas, aquello a aquéllas, pero siempre a cada una lo que es debido, pues sabe lo que hace. Apacienta como es debido a los que redimió después de haberlos juzgado. Eso es lo que quiere decir que los apacienta como es debido.
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