San Juan el recluso, presbítero
fecha: 27 de junio
†: s. VI - país: Francia
otras formas del nombre: Juan de Chinon
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: s. VI - país: Francia
otras formas del nombre: Juan de Chinon
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Chinon, en la Galia Turonense, san
Juan, presbítero, nacido en Bretaña, que por el amor de Dios se escondía de la
mirada de los hombres, recluido en una pequeña celda construida junto a la
iglesia del lugar.
Cuando Clotario I era rey de Neustria,
vivía en las proximidades de Chinon un santo ermitaño, llamado Juan. Era un
extranjero, puesto que había nacido en Bretaña; y eso es todo lo que se sabe de
sus antecedentes. Frente a su celda había un jardincillo en el que solía
sentarse para leer o escribir, a la sombra de unos laureles que él mismo había
plantado. No obstante que llevaba una vida de retiro, recibía a innumerables
visitas y había adquirido una enorme reputación como curandero y vidente.
Cierto día, llegó hasta su celda un
mensajero de santa Radegunda,
con presentes, para preguntarle, de parte de la santa, sobre los rumores que
corrían de que Juan hacía penitencias extraordinarias, usaba camisa de cerdas y
se arrobaba en las oraciones. Santa Radegunda quería servirse de la santidad
del ermitaño, porque en aquellos momentos vivía angustiada al pensar que el rey
Clotario, su brutal marido, estaba a punto de arrastrarla fuera de su retiro.
El solitario veló durante toda la noche, en busca de las palabras que era
necesario decir a santa Radegunda para consolarla y, a la mañana siguiente,
pudo enviar un mensaje tranquilizador a la santa. En él decía que desterrara
las angustias de su corazón y de su espíritu, puesto que no tenía nada que
temer por parte de Clotario.
El ermitaño Juan murió santamente y fue
sepultado en su oratorio, cerca de la iglesia de San Máximo. Este solitario, a
quien se conoce también en Francia con los nombres de saint Jean de Moustier
(Monasterii) y san Juan de Tours, tiene fijada su conmemoración en este día, en
el Martirologio Romano, donde le insertó Baronio. Sin embargo, los bolandistas,
en Acta Sanctorum, sitúan su fiesta el 5 de mayo. Aparte de lo que dice
Gregorio de Tours en De Gloria Confessorum cap. XXIII, nada más sabemos sobre
este santo. N.ETF: siguiendo la noticia del texto de Gregorio el Martiorologio
actual lo considera presbítero («...quidam presbyter...»).
Imagen de Juan el Recluso en la «Chapelle
Sainte-Radegonde», en Chinon.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 613 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2155
Beato Bienvenido de Gubbio, religioso
fecha: 27 de junio
†: c. 1232 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Inocencio XII 1697
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: c. 1232 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Inocencio XII 1697
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Corneto, cerca de Bovino, en la
Apulia, beato Bienvenido de Gubbio, religioso de la Orden de los Hermanos
Menores, que se conformó con la vida de Cristo pobre por su humilde servicio a
los enfermos.
Bienvenido, natural de Gubbio, en Umbría,
era soldado de profesión y, como la mayoría de sus congéneres, un iletrado. En
cuanto quedó bajo la influencia de los franciscanos, se dejó llevar por la paz
y el bien y, en 1222, tomó el hábito de los frailes menores. Desde el momento
en que entró a la orden, modeló su vida enteramente sobre la de san Francisco.
Voluntariamente y por cuenta propia, se hizo cargo de los leprosos y los cuidó
con una abnegación sin límites e incluso los lavaba de la cabeza a los pies.
Más méritos tenía su entrega total, porque sus cuidados estaban inspirados en
un afecto sincero por los que sufrían: los trataba con una delicadeza exquisita
aun ante los casos más repugnantes y además, porque él mismo padecía diversas
enfermedades que soportaba sin quejarse jamás. Pasaba gran parte de la noche en
oración y a menudo, durante la misa, se le presentaba la visión de un Niño muy
hermoso; en esas ocasiones, los frailes veían a Bienvenido que extendía los
brazos como si quisiese alcanzar la aparición. Su comportamiento era tan
ejemplar, que nadie le hizo jamás un reproche o una reconvención. Sin embargo,
en la reclusión de la vida religiosa hubiese pasado inadvertida o ignorada por
el mundo su santidad, de no ser porque el cielo le había dotado con gracias
sobrenaturales rarísimas que extendieron su fama hasta muy lejos. Bienvenido
murió en la localidad de Corneto, en la Apulia, en 1232. Cuatro años después su
muerte, los obispos de Venecia y de Amalfi solicitaron a la Santa Sede que
sancionase su culto y, para apoyar su propuesta, presentaron una lista de
milagros. El Papa Gregorio IX aprobó ese culto en las dos diócesis, y el papa
Inocencio XII confirmó, en 1697 el culto «ab immemoriale».
No hay o no se conoce alguna biografía
particular del beato; véase el Acta Sanctorum, junio, vol. VII.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 559 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2157
No hay comentarios:
Publicar un comentario