En Nicomedia, de Bitinia, pasión de san Evecio, que en tiempo del emperador Diocleciano, al ver expuesto en la plaza el edicto contra los adoradores de Dios, ardiente de fe rasgó el documento ante todo el pueblo, y por ello fue sometido a crueles suplicios.
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Modesto, obispo.
En Canterbury, en Inglaterra, san Etelberto, rey de Kent, que fue el primero de los príncipes de los anglos convertido a la fe de Cristo por el obispo san Agustín.
En Ascoli Piceno, en Italia, beato Constancio Sérvoli de Fabriano, presbítero de la Orden de Predicadores, que se distinguió por su austeridad de vida y su celo en promover la paz.
En Mantua, en Lombardía, beato Marcos de Marconi, religioso de la Orden de Ermitaños de San Jerónimo.
En Nocera Inferiore, en la región de Campania, en Italia, beato Tomás María Fusco, presbítero, que manifestó un amor extraordinario hacia los pobres y los necesitados, y fundó el Instituto de Hijas de la Caridad de la Preciosísima Sangre, para trabajar sobre todo entre los jóvenes y los enfermos.
En la ciudad de Algemesí, en la región de Valencia, beata Josefa Naval Girbés, virgen, que se consagró a Dios dentro de la vida ciudadana, entregada a catequizar a los niños.
En Pamplona, España, beata Ascensión del Corazón de Jesús (Florentina) Nicol Goñi, virgen, cofundadora de las Misioneras Dominicas Hermanas del Rosario.
En Shelqet, Albania, beato Luigj Prendushi, presbítero de la diócesis de Sapë y mártir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario