San Eduardo, rey
fecha: 18 de marzo
n.: c. 963 - †: 978 - país: Reino Unido (UK)
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 963 - †: 978 - país: Reino Unido (UK)
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: Cerca de la localidad de Wareham, en Inglaterra, san Eduardo, rey,
que, todavía adolescente, fue asesinado dolosamente por los criados de su
madrastra.
Patronazgos: protector contra enfermedades glandulares.
refieren a este santo: Santa Edita, San Eduardo III, «el
Confesor»
San Eduardo era el hijo del Rey Edgar,
soberano de todos los ingleses, de su primer esposa, Ethelfleda, que no vivió
mucho después del nacimiento de su hijo. Fue bautizado por san Dunstano,
el arzobispo de Canterbury. Después de la muerte de Edgar, un partido trató de
apartar a Eduardo en favor de Ethelredo, un niño de apenas diez años de edad,
que era hijo de Edgar por su segunda esposa, la reina Elfrida. Eduardo mismo no
era sino un joven cuando accedió al trono y su reinado duró unos escasos tres
años. La guía de san Dunstano fue incapaz de contener a los súbditos
descontentos, de lo que el temple violento del joven rey fue tal vez en parte
responsable. Los cronistas, quienes están de acuerdo en que fue asesinado, no
están de acuerdo en cuanto al autor material del hecho, pero William de
Malmesbury pretende describir el crimen en detalle.
Él nos dice que, desde el momento del
acceso de Edward al trono, su hermanastro había buscado una oportunidad para
matarlo. Un día, después de cazar en Dorsetshire, el rey, que estaba cansado y
deseaba ver a su hermanastro pequeño, a quien era afecto, decidido a visitar el
Castillo de Corfe, residencia de Elfrida, que estaba cerca. Informado de su
llegada, la reina salió a su encuentro y se dio cuenta de que estaba solo,
puesto que había dejado atrás a sus compañeros y asistentes. Ella fingió placer
al verlo y pidió una taza para el rey, para calmar su sed.
En cuanto la tomó, Elfrida hizo una seña a
uno de sus sirvientes, quien atravesó al joven rey con una daga. Aunque el rey
inmediatamente clavó las espuelas a su caballo y trató de recuperar su escolta,
se deslizó de la silla, su pie quedó atrapado en el estribo, y fue arrastrado
hasta su muerte. «Este año -dice la Crónica Anglosajona bajo 979- fue asesinado
el rey Eduardo al atardecer en Corfe-gate, y fue enterrado en Wareham sin
ningún tipo de honores regios».
Guillermo de Malmesbury dice que Elfrida
quiso arrojar su cuerpo a un pantano, para deshacerse de él, pero un haz de luz
lo descubrió, fue rescatado y enterrado en la iglesia de Wareham. Sus reliquias
fueron retiradas después a Shaftesbury. Elfrida fue finalmente presa del
remordimiento por su crimen y, retirándose del mundo, construyó los monasterios
de Amesbury y Wherwell, en el último de los cuales murió.
El primer relato del asesinato lo atribuye
a los partidarios de Erhelred, no hay buena evidencia de la presunta
participación de la reina Elfrida en el mismo, que no se menciona hasta más de
cien años después del hecho. Eduardo fue considerado mártir, pero sólo podría
serlo en el sentido amplio del que sufre una muerte injusta; en la actualidad
no está inscripto como tal. Su culto fue considerable, alentado por los
milagros reportados desde su tumba en Shaftesbury, y su fiesta se siguen
observando en la diócesis de Plymouth.
Nuestras principales autoridades son
William de Malmesbury, Florence de Worcester, la Crónica Anglosajona, Osbern el
hagiógrafo y, antes que nada, el autor de la Vida de San Osvaldo, en las
Historias de la Iglesia de York (Rolls Series), vol. I, pp. 448-452. Ver
también F.M. Stenton, Anglo-Saxon England (1943), pp. 366-369; y
particularmente R. M. Wilson, Lost Literature of Medieval England (1952), pp.
111-112. Artículo tradcido para ETF del Butler ingles.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: 17-3-2013
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