domingo, 19 de septiembre de 2021

Domingo XXV TO Ciclo B (19.09.2021): Marcos 9,30-37. Servir sí, servirse es otra religión y CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos.Domingo 43º: 19.09.2021. -¿QUÉ HAY EN EL CORAZÓN HUMANO? Ecle 3,11

 

SERVIR

Leer el relato del Evangelio de Marcos 9,30-37 unos veinte siglos después de que fuera escrito deja en muy mal lugar a esa institución que siempre hemos llamado 'Iglesia'. En el camino de estos veinte siglos, quienes nos hemos considerado los seguidores del sacramento del orden en todos los grados de su jerarquía.

El asunto del mando llamado también poder se nos ha pegado a los creyentes en Jesús como si una segunda piel se nos hubiera amalgamado hasta hacerse el hábito de nuestra identidad.

En la sociología popular 'hacerse cura era una carrera', así se lo contó mi tía a mi padre que estaba dispuesta a 'pagar' la totalidad de los estudios eclesiásticos de quien esto está escribiendo en el seminario de la capitalidad de su diócesis. No sé bien qué andarán pensando ahora que ambos habitan en el mismo 'huerto de los callados'. 

Las tres palabras que acabo de presentar y relacionar -autoridad, jerarquía, obediencia- dibujan el contexto exacto de aquello que aconteció en aquel camino que compartían Jesús de Nazaret y sus seguidoras y seguidores mientras vivieron en sus tierras de Galilea. Desde aquel siglo primero comenzó a dibujarse el contexto real que no se acaba ni de transformar ni de transfigurar ni de transustanciar. Este contexto no es otra realidad que la clerecía y el laicado. Y así se atrevió a bautizarlo y confirmarlo san Pío X, el papa del Catecismo: La iglesia es una sociedad de desiguales. Unos son los que mandan y otros son los que obedecen. Y en estas estamos.

Si algún lector, crítico y pensante, cree que no es de esto de lo que nos habla el texto de Marcos, que se proclama el domingo 19 de septiembre de 2021, le agradecería que me lo escribiera en cien palabras a modo de respuesta.

Deseo recordar también que este relato de Marcos nos dice que quienes seguían a aquel Jesús permanecieron mudos o callados cuando se trató de compartir con transparencia qué significa ser como y estar con Jesús. 

Frente a la tal trinidad de la autoridad, la jerarquía y la obediencia, el proyecto de este Jesús de los Evangelistas Marcos y María Magdalena se centra y culmina en una sola acción: SERVIR.

Pero hablar de este verbo nos supondría escribir otra presentación no breve de estos comentarios. Será para otra ocasión.

A continuación se encuentran estos comentarios de los relatos evangélicos que comparto CONTIGO.


Domingo XXV TO Ciclo B (19.09.2021): Marcos 9,30-37. Servir sí, servirse es otra religión. Lo comento y escribo CONTIGO,

 El domingo pasado contemplábamos a Jesús y sus seguidores en Cesarea de Filipo, en el comienzo del camino que acabará, después de tres etapas, en Jerusalén. En este nuevo domingo, día 19 de septiembre, comenzaremos escuchando estas palabras en la proclamación del Evangelio: “Y saliendo de allí [Jesús y cuantos le seguían] iban caminando por Galilea. Él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus discípulos...” (Marcos 9,30).

Diré que la primera etapa de este ‘camino’ está contada por su narradora en Marcos, desde 8,27 hasta 9,29. Vuelvo a lamentar que las gentes de la asamblea nos quedemos ‘en blanco’ e ignorantes de buena parte de las enseñanzas y aprendizajes realizados en esa primera etapa del camino de Jesús con quienes le acompañan por la Galilea de Cesarea donde nace el río Jordán.

La segunda etapa de este camino diseñada así muy probablemente por su narradora comienza en Marcos 9,30-37. ¿Qué se enseña y qué se aprende en estas sesiones del acompañamiento-seguimiento de Jesús de Nazaret? Algo muy elemental y natural en toda relación de unos con los otros. Se aprende a convivir, a estar a gusto en la realidad diaria de la vida. Aprender y enseñar.

¿Se aprende la igualdad? No precisamente la igualdad, sino el servicio. Al parecer, en ese camino, los seguidores han discutido muy acaloradamente sobre el asunto de las relaciones entre ellos. ¿Estaban comenzando a organizarse como grupo instituido? ¿Se estaban asentando los cimientos de una nueva institución que terminaría llamándose ‘la iglesia’? Tal vez, no.

Nada de todo esto se encuentra en el mensaje del texto que nos reúne alrededor del pan y del vino que es Jesús de Nazaret en este nuevo domingo del mes de septiembre. La mano narradora se atreve a situar los acontecimientos en plena tierra de Galilea cuando se ha iniciado la segunda etapa del camino que nos va a llevar hasta Jerusalén. Escuchamos la noticia que nos relata María Magdalena y, luego, nos atrevemos a imaginar:

“Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntaba: ¿de qué discutíais por el camino? Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor” (Mc 9,33-34).

Esta ‘buena noticia’ que es el Evangelio también está contada por Mateo (18,1-5) y por Lucas (9,46-48). Para el narrador Juan este acontecimiento parece que no tuvo lugar. También conviene recordar que fue en este mismo lugar donde quisieron proclamar mesías-liberador a Jesús de Nazaret, como se describe en Marcos 1,21-39. ¡Todos te buscan! ¿Quién es el más grande?

Ser reconocido, admirado y proclamado es una realidad existencial que nos pertenece a todos los humanos. Sin embargo, en ‘el camino’ de Jesús de Nazaret los últimos son los primeros. Los últimos son siempre los que están por debajo de uno mismo. No suele ser complicado reconocer la presencia de estas gentes. Lo complicado suele ser colocarse a su altura y sentarse en la misma mesa o compartir aquello que se es y que se tiene.

A esta tarea se le debe llamar SERVIR. Y nunca se deberá confundir con esa otra tarea que se le parece mucho, pero que sólo es apariencia y que se le llama SERVIRSE. Por esta razón, y entre otras cosas, voy comprendiendo mejor que a este Jesús de Nazaret no se le debe llamar ‘SEÑOR’, ni MESIAS. Y, ¿tampoco CRISTO? Tampoco, porque es lo mismo que decir Mesías. El lenguaje no es inocente. Carmelo Bueno Heras

 

CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos.Domingo 43º: 19.09.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...

¿QUÉ HAY EN EL CORAZÓN HUMANO? Ecle 3,11

En estos minutos se invita al lector a tratar una muy delicada cuestión. Un asunto del corazón que, de entrada, poco o nada tiene que ver con los sentimientos del amor. Antes de seguir leemos Eclesiastés 3,11. En la Biblia de Jerusalén se dice: "Él [Dios] ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto en sus corazones [de los hombres] el mundo, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que Dios ha hecho de principio a fin".

 

Decía que la cuestión se centra en el corazón. ¿Qué ha puesto Dios en el corazón humano? Respuesta: el mundo. Dicho de otra manera sonaría así: cuando la persona busca en su corazón, en él encuentra el mundo. Sorprendente, ¿no? Tal vez para evitar esta extraña sorpresa, el maestro de traductores que es Alonso Schökel transcribe en su Biblia del Peregrino: "... (Dios) dio al hombre el mundo para que pensara". Así, el mundo está fuera del hombre y sólo entra en su corazón cuando le da qué pensar. Y de esto sí que todos tenemos experiencia.

 

Sin embargo, otras ediciones como la de la "Casa de la Biblia", de Verbo Divino, traduce: "Le hizo reflexionar al hombre sobre la eternidad". Y la Santa Biblia, de las Paulinas, dice: "les puso el deseo de infinito". Si el lector lo desea, puede seguir consultando curiosas variantes en otras traducciones que estén a su alcance. Seguirá encontrando otras extrañas sorpresas.

 

En mi modesto entender, el mundo, la eternidad o el deseo de infinito tienen entre sí alguna que otra semejanza, pero son realidades muy dispares y hasta contrapuestas en ocasiones, sobre todo, el mundo y la eternidad. La cuestión, pues, se sitúa en una sola palabra o "palabreja" del texto original hebreo, que es un nombre o sustantivo, que posee en sí variados sentidos según se la vocalice, como sucedería en español o castellano con "musa-mesa-misa-masa".

 

El sentido radical, es decir "de raíz", de la palabra hebrea en cuestión es "esconder, encubrir, ocultar, ocultarse, estar en secreto...". Guiado por la luz de este sentido y sus diversas vocalizaciones y sostenido por algún que otro investigador, me atrevo a traducir el sustantivo hebreo por el nombre español "la ignorancia". Entonces el texto sería: "... Dios ha puesto en el corazón del hombre la ignorancia...". Creo que la extrañeza continúa, pero le invito al lector a "saborear la frase" y meditar en su mensaje después de haber dialogado amplia y serenamente con su propio corazón. ¿Entiendes siempre y claramente lo que tu corazón habla, piensa o desea?

 

Y, un paso más. Conviene situar esta palabra en su contexto literario, que ahí es donde la colocó su sabio autor judío, Qohelet. "Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el sol". Con esta sentencia, que pretende ser universal, abre el autor el capítulo tercero de su escrito. Luego, ejemplifica largamente este hacer creador de Dios. Y termina su reflexión el sabio con una conclusión más bien desilusionada: ¿qué gana el que trabaja con fatiga? Por eso, ¿para qué afanarse en el pensar o en el hacer, en el decidir o proyectar, en el inventar o restaurar? ¿Podrá, alguna vez, el ser humano alterar el ritmo del tiempo o de las cosas que en él suceden? Tal vez sólo podría hacerlo si conociera el porqué profundo del actuar de Dios. Pero, ¿quién tiene acceso a su voluntad y a su misterio? Probablemente nadie. De ahí que la persona experimente constantemente la ignorancia, aunque muy pocos puedan acercarse al proceder de Dios mientras se ocupan en la obra que él ha puesto entre sus manos. Y en este ocuparse de la creación, ¡cuántos cambios de interpretación de los sabios nos toca escuchar y asumir a los ignorantes! En fin, en esta ignorancia mía al investigar mi corazón, a veces y según momentos, me encontraré, confundidos, el mundo o el deseo de infinito o quizá la misma eternidad... Pero, desde la fe en Jesús lo que sí sé es que Dios me encontrará a mí en su corazón. Carmelo B. H., Educar hoy 70 (diciembre.1999).

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