Aprender a ser
Estamos ya en las puertas de
noviembre. Nos quedan dos meses con todos sus días para poner punto final a
este año 2021. El sol, la luna, la tierra saben de esta realidad inmensamente
más y mejor que cualquiera de los humanos. Nosotros somos sabiamente inteligentes
y hasta nos podemos creer con poder, con cualquier tipo de poder. A ver si
aprendemos. Sabios y poderosos, pero tan vulnerables que un volcán en activo
nos está poniendo en nuestro lugar de 'dependientes, vulnerables y hasta
mendigos'. La tierra es capaz de quemarse a sí misma y volverse a recuperar.
Los adentros de la tierra son lava, coladas, enfriamientos. Y no hay prisa por
llegar a ser de nuevo tierra con sus plataneras...
En este domingo y en su
semana siguiente disponemos de tiempo amplio para aprender a ser como Jesús, si
es que nos importa la persona y la vida de aquel judío del siglo primero y sus
treinta y tres años.
Junto al sol, la luna, la
tierra, como signos, está también Jesús de Nazaret como signo. Signo de que
permanecer es posible, siempre y cuando tengamos la locura de conocernos,
escucharnos, acogernos, amarnos... Tenemos toda una vida, la de cada uno, para
aprender a ser 'signos' como este mismo tipo de signos. Aprender a ser sol,
aprender a ser luna, aprender a ser tierra, aprender a ser Jesús.
Sigo mi contemplación, creo
que el método para ser 'un signo como el sol, la luna, la tierra o Jesús' es
respirar. Tan sencillo. Ser consciente de respirar. Y así, llegar a ser aire
como el aire. Es decir, estar y dejarse respirar. ¿No será éste el mandamiento
único por el que preguntaba aquel entendido en las Leyes de Israel? Estar como
el aire y dejarse respirar. Tú y yo, nos lo estamos empezando a creer,
somos aire y nos dejamos respirar.
A continuación puedes
encontrar los comentarios del 7 de noviembre.
Domingo XXXII TO
Ciclo B (07.11.2021): Marcos 12,38-44. ¿Cuál
es el Tesoro de un Templo? Me lo comento y lo escribo CONTIGO,
Estamos en el tercer domingo antes del final del
año de la Iglesia en este Ciclo B de su liturgia eucarística. También en esta
ocasión, la autoridad poco competente se ha dejado en el tintero del olvido el
breve texto de Mc 12,35-37. Me sigo diciendo que esta decisión no es un olvido.
Jesús de Nazaret está enseñando en el Templo, la Casa del Dios-Yavé en el que
creen quienes ya le han condenado y en quien cree el laico de Galilea. ¿Será
verdad que comparten la misma fe? No, las diferencias son notables. El
versículo final de esta escandalosa omisión constata: “La muchedumbre
escuchaba [a Jesús] con agrado” (Mc 12,37). Estaba hablando
precisamente de ‘el mesías’.
Tengo
que expresar mi agradecimiento por haber permitido que la Asamblea de la
celebración pueda escuchar, podamos escuchar y saborear, el relato de Mc 12,38-44.
Con él se completa la narración de la última presencia de Jesús de Nazaret en
el Templo de Jerusalén. Le están acompañando todas aquellas personas que han
llegado con él desde Galilea, desde las mujeres de la primera hora (como se nos
dice en Mc 15,39-47) hasta el último, Bartimeo, el ciego y mendigo de Jericó
(Mc 10,46-52).
El
mensaje último de este Jesús de María Magdalena-Marcos se nos sirve en la doble
bandeja de la palabra y de la acción. Jesús se sentó frente al arca del Tesoro
del Templo y paseaba su mirada por entre los asistentes. Su mirada, eso sí es
mirar contemplativo, parece no perder pormenor alguno.
Me
admira la descripción del proceder de ‘los escribas’. Si me obligo a leer siete
veces Marcos 12,38-40 acabaré viendo plasmada en el texto de ayer la realidad
de multitud de acontecimientos semejantes no sólo de nuestra actualidad, sino
lo que nos cuenta la historia de siglos de la Iglesia. Después de una
meditación sosegada de estas expresiones uno acaba sonrojado y sin alientos.
¡Cuánta presencia real y verdadera se enraíza en las palabras de esta
evangelización! ¿Pensó Jesús así de los Maestros de la Ley?
La
mirada de este Jesús, el laico, es la que me acaba por fascinar. ¿Por qué se
sienta frente al Tesoro del Templo? Frente a él se sitúa el poder del dinero
que parece estar blanqueadamente bendecido. Seguramente que el llamado ‘Óbolo’
de tal o cual santidad patrimonial del lugar equis no tiene nada que ver con
esta realidad que leemos en el mirar de este Jesús del Evangelista. O, quizá,
sí. Aquel Tesoro del Templo judío ‘sangraba’, hasta la última gota de la sangre
de la vida de los más desamparados, como las viudas sin un marido protector.
Hasta
aquí, el gesto. Sentarse y mirar. Despacio. Ser y hacer pretendidamente con
curiosidad. Y luego hablar. Las palabras que salen ahora de la boca de aquel
Jesús son espadas afiladas. Parece que ni acarician ni hieren, pero
desestabilizan a quienes las acogen y se las creen, como nos sucede a ti y a
mí. Así es. Carmelo Bueno Heras.
CINCO
MINUTOS con la Biblia entre las manos.Domingo 50º: 07.11.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y
Hechos ¡completos!...
¿DÓNDE SE FABRICA LA POBREZA?
1. Reconozco que el título de estos minutos está inspirado en un librito apasionante,
lúcido, sagaz, utópico, evangélico, ameno, inquietante, sencillamente
pedagógico y me atrevería a recomendarlo como texto de escuela para uno de los
ejes transversales. Uno de esos ejes que tuviera que ver con las matemáticas,
el medio ambiente, la lengua y literatura, la ética, los valores (eternamente
reivindicados), la religión... ¿Existen libros así? Al menos, yo lo digo de uno
que lleva por título "Norte-Sur, la fábrica de la pobreza".
2. Estoy, en todo, de acuerdo con el libro y por eso dejo escrito lo anterior.
Pero estoy en bastante desacuerdo con la tesis de fondo que no es otra que la
respuesta a la pregunta ¿dónde tiene su fábrica la pobreza?
3. En nuestro mundo todo se fabrica. Cierto que los creyentes confesamos
abiertamente que Dios es creador. Pero el "crear de Dios" dista mucho
del "fabricar humano". Una atenta mirada a la primera página del
Génesis es suficiente para sostener esto que acabo de apuntar. Este
"fabricar humano" es lo que ahora nos retiene. Somos personas con una
inmensa capacidad creativa. Y ya puestos a crear, hemos levantado una planta
industrial para generar-explotar-producir "la pobreza", como muy bien
se describe en la publicación sugerida. Creo que el tema no es ocioso. Creo que
el asunto de la pobreza es el asunto primero de nuestro mundo y para un
seguidor de Jesús, después del asunto-Dios, estará siempre en primer lugar el
asunto-pobreza.
4. Después de esto y antes de otras reflexiones, leamos estas sabias palabras
del Eclesiástico: "¿Por qué juntar cántaro con caldero? Éste le chocará
y aquél se romperá. El rico agravia y encima se envalentona, el pobre es
agraviado y encima ha de excusarse. Si le eres útil se servirá de ti, si eres
torpe te abandonará. Si tienes algo vivirá contigo, y te despojará sin
fatigarse él. Te avergonzará en sus festines hasta despojarte dos, tres veces,
y para terminar se burlará de ti. Después, si te he visto no me acuerdo, y
meneará la cabeza ante ti. El rico que vacila es sostenido por sus amigos, al
humilde que cae sus amigos le rechazan. Cuando el rico resbala, muchos le toman
en sus brazos, dice estupideces y le justifican; resbala el humilde y se le
hacen reproches, dice cosas sensatas y no se le hace caso. Habla el rico y
todos se callan y exaltan su palabra hasta las nubes. Habla el pobre y dicen:
¿quién es éste? y si se equivoca, se le echa por tierra. ¿Qué paz puede tener
la hiena con el perro? ¿Qué paz el rico con el indigente? Cuando te llame un
poderoso quédate a distancia, que tanto más te llamará. No te presentes por ti
mismo, no sea que te rechace, ni te quedes muy lejos para no pasar inadvertido.
No pretendas hablar con él de tú a tú, ni te fíes de sus muchas palabras".
5. La meditación del texto bíblico nos descubre la actualidad de un mensaje tan
antiguo, un mensaje de primera mano para el tercer milenio de la fe en Jesús. Y
en este mensaje nos sentimos reconocidos todos, porque nos está apuntando una
verdad que no queremos oír: la fábrica de la pobreza está en el corazón, allí
donde se decide "hacer esto o lo otro", "hacerlo así o
asá", "hacerlo con éste o con el otro"... Las otras fábricas de
la pobreza, desgraciadamente, existen (ideologías neoliberales, estructuras
injustas, sistemas opresores, multinacionales vendidas al mercado y al capital,
bancas insaciables de dividendos...) y son casi omnipotentes, pero no llegan a
ser otra cosa que "las excusas de nuestros corazones".
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