sábado, 3 de febrero de 2024

De sueños, realidades y otras cosas - Domingo 5º del Tiempo Ordinario B (04.02.2024): Marcos 1,29-39 (Todos te buscan, Jesús) y CINCO MINUTOS semanales con el Evangelio de Marcos - Semana 10ª (04.02.2024): Marcos 2,18-22 Jesús de Nazaret enseñaba con parábolas, no con dogmas.

 

De sueños, realidades y otras cosas

Durante varias noches del largo mes de enero me han asaltado sueños muy diversos, pero hubo uno que me dejó especialmente sorprendido. Pude contemplar con serenidad a María Magdalena, al menos eso creí comprender de cuanto vi y escuché. O me imaginé. Ya no lo sabría precisar o asegurar. 

Lo que importa es que en el sueño, visión, aparición o como se le desee considerar, mi señora la Evangelista del Relato llamado de san Marcos me inspiró la proclamación de todas aquellas advocaciones, letanías, títulos, denominaciones, veneraciones o misterios atribuidos y atribuidas a la madre de Jesús de Nazaret y esposa de su marido José, también de Nazaret. Me manifestó en el sueño de su 'Aparecida presencia' que llevara a cabo la tarea de recoger todos y cada uno de los másteres de aquella mujer, porque en su relato de 'la biografía de su Jesús de Nazaret' no le había otorgado la mención y presencia que, tal vez, había merecido y me dejaba entre manos el trabajo de llenar ese vacío, olvido, omisión o ausencia tan notoria.  

Así es como he decidido, semana a semana, hasta completar el presente año, bisiesto por la gracia de las contabilidades del tiempo por los humanos, los 366 días con su correspondiente 'advocación' confirmada o en proceso de constatación, real o imaginada, de mi tierra y de aquellas otras que conozco y de aquellas otras muchas más que desconozco, pero que tengo referencias suficientes para afirmar cuanto afirmaré a partir de esta semana de siete días, siete letanías, siete títulos marianos.

Con esta encomienda de María Magdalena no pretendo llegar a poner al mismo nivel la Buena Noticia del Evangelio de Marcos y las 366 letanías marianas con sus correspondientes jaculatorias. Más bien, pretendo sólo con estas siete advocaciones y jaculatorias despertar el apetito lector de quienes están interesados en la comprensión del relato de María Magdalena llamado Evangelio de Marcos, el propio del Ciclo B en el que se encuentra la Asamblea de la Liturgia dominical y vaticana. 

Dejo ya constancia de las primeras siete advocaciones marianas y su jaculatoria.      

001. Santa María Virgen de Inodejo

002. Santa María Virgen de la Calle

003. Santa María Virgen de las Candelas

004. Santa María Virgen de la Ciudad o de la Almudena

005. Santa María Virgen de la Granada

006. Santa María Virgen de Atocha o del Esparto

007. Santa María Virgen de Valvanera o de Vall-Vanera

Mi jaculatoria: Que me devuelvan a la Señora María.

 

A continuación se encuentran los dos comentarios del Evangelio para el domingo día 4 de febrero

Carmelo Bueno Heras

 

Domingo 5º del Tiempo Ordinario B (04.02.2024): Marcos 1,29-39. Respiro, vivo y sigo escribiendo CONTIGO:

Todos te buscan, Jesús. Leo, medito y escribo.

Para el primer domingo del mes de febrero se nos propone a los leyentes y audientes del Evangelio el texto de Marcos 1,29-39. En este relato se agrupan tres breves, en apariencia, acontecimientos: la curación de la suegra de Pedro (1,29-31), la curación de los enfermos de Cafarnaúm durante el atardecer de aquel día (1,32-34) y el éxodo o salida de Jesús de la ciudad de Cafarnaúm durante la madrugada del día siguiente para recorrer toda la Galilea (1,35-39).

 

Sería apasionante pararnos en cada uno de estos tres acontecimientos para contemplar e imaginar a aquel Jesús de Nazaret en los días de su vida allá por los años 10 a 30 del siglo primero. Y, a la vez, hacerse a la idea de las andanzas de aquellas tres mujeres del sepulcro (16,1-8) por estos mismos lugares, y ya bien entrada la década de los treinta, ‘buscando el encuentro con aquel Jesús ya muerto, pero viviente en los adentros de su memoria de creyentes’. Buscaban y, al parecer, encontraron a su Jesús resucitado, el portador del Evangelio. Y lo escribieron aquí...

 

Al leer el acontecimiento de la suegra de Pedro, me digo que me hubiera gustado poder leer algunas palabras en este Evangelio sobre la esposa de este Pedro pescador y de su familia. Y mi curiosidad sobre los silencios me lleva a preguntarme por la cantidad de todos los enfermos y endemoniados agolpada en la puerta de la ciudad y quiénes fueron curados y quiénes no, porque ‘todos’ fueron llevados (1,32) y sólo ‘muchos’ fueron curados (1,34). Investigar estos interrogantes da pie para más de una tesis doctoral en teología bíblica. Seguramente.

 

Para esta ocasión y comentario, me voy a detener en una expresión muy ‘atractiva’ del tercero de los acontecimientos: “Todos te buscan” (1,37). La expresión está colocada en boca de Simón, Pedro, y de sus compañeros. Y la expresión está directamente dirigida a Jesús de Nazaret al que acaban de encontrar en el despertar de aquel día fuera de la ciudad a donde se había retirado para ‘orar’. ¿Cómo supieron aquellos buscadores que estaba en oración? Y si era cierto que estaba así, orando, ¿Cómo se atreven a interrumpir tan sagrada acción? ¿Recordarían todos y cada uno de estos pormenores de la historia y de su Jesús aquellas tres mujeres del sepulcro cuando regresaron a estos lugares para ‘ver’ a su Jesús resucitado al que van buscando?

 

Todos te buscan, Jesús de Nazaret. Sucedió entonces, en tu vida. Y sigue sucediendo en cada uno de los tiempos, siglos o milenios después de tu muerte. Todos te ‘buscamos’, podría añadir ahora que leo, medito, valoro y escribo. Me atrevería, incluso y siguiendo el criterio del texto, a precisar: TODOS te buscamos Jesús de Nazaret y, ¿MUCHOS acertarán a encontrarte? Y, ¿el resto? Esto mismo volveré a tener ante mis ojos cuando escuche un poco más delante de tus propios labios, Jesús de Nazaret, aquel interrogante que nos dejaste en el aire de Cesarea de Felipe, y ahí sigue, para quien desee atraparlo, comprenderlo y hacerlo carne de su carne de ser humano: ¿Y vosotros quién decís que soy yo? (Mc 8,27-30).

 

Todos te buscamos, Jesús de Nazaret. Desde aquellos años tuyos por Galilea y Samaría y Jerusalén… Desde aquellos años tuyos de la presencia del imperio romano por esas mismas tierras… Desde aquellos años tuyos de la todavía ostentosa belleza del Templo de la Jerusalén que se creía Morada divina del Yavé Dios de Sión… ¿Deseaste ser Cristo como el Emperador? ¿Deseaste ser Rey de todos los Reyes conocidos y por conocer? ¿Deseaste ser Sacerdote Sumo, Máximo y Omnipotente de la Religión de la Ley de Moisés? ¿Deseaste ser 'servido o servidor'?

 

No dejaré de hacerme preguntas así mientras sigo ‘en oración’ y ‘escribo’. Carmelo Bueno Heras

 

CINCO MINUTOS semanales

con el Evangelio de Marcos entre las manos para leerlo y meditarlo completo y de forma ordenada, de principio a fin.

Semana 10ª (04.02.2024): Marcos 2,18-22

Jesús de Nazaret enseñaba con parábolas, no con dogmas. Recuerdo y cito el comienzo del capítulo segundo del Evangelio de Marcos: “Después de algunos días… corrió la voz de que [Jesús] estaba en casa” (2,1). Según el texto, estamos en el capítulo de ‘la casa’ de Jesús en Cafarnaún. En esta casa tan especial los paralíticos dejan de serlo (2,1-12), los recaudadores de impuestos para Roma abandonan su negocio (2,13-15) y todos ellos en compañía de pecadores, maestros de la ley y escribas comparten mesa, comida y bebida con Jesús de Nazaret y sus seguidorxs -x de ‘a’ o de ‘e’- (2,15-17).

Es curioso también que esta casa alarga sus paredes de acogida hasta la orilla del Lago-Mar de Galilea en donde Jesús ‘enseña’ (2,13) como lo hizo en la sinagoga (1,21). En síntesis, en esta ‘su casa de Cafarnaún’, Jesús llama, cura, enseña, come y bebe con todos en una única mesa. Releo y medito sereno y contemplativo: esta casa es la alternativa de Jesús a toda religión con su templo, sacerdocio y sacramentos… Ignoro si esto lo meditaba así quien nos lo escribió.

La lectura del texto sobre ’esta casa’ (2,18-22) también me invita a continuar la contemplación meditativa de la ‘enseñanza’. Desde aquel ‘enseñaba en la sinagoga’ (del versículo 1,21), por fin llegamos a ‘la enseñanza’ explícita que la narradora María de Magdala pone en labios de Jesús como respuesta a la pregunta de quienes piensan que las cosas de la Religión del Yavé Dios siempre fueron de una y única manera: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y en cambio los tuyos no?”  (2,18).

La respuesta de Jesús, tan sencilla y clara, se expresa en tres parábolas que son una y la misma. Las tres parábolas pertenecen al ámbito de la casa. Ninguna tiede referencias con templo o dios alguno. La primera parábola: ¿Se puede y debe ayunar en una boda? Sólo el sinsentido dice que sí. El sentido común dice que hay que comer, beber, alegrarse y amar (2,19-20).

La segunda parábola: los jirones del vestido viejo se arreglan con remiendos viejos. Con la tela nueva se cosen vestidos nuevos. ¿No es ésta la sabiduría de los hombres y mujeres de su casa? Hacer lo contrario es provocar que la ignorancia le deje a uno al aire y sin tela ni vestido (2,21).

Y la tercera parábola, sencilla y preciosa, está dedicada a las gentes del ámbito mediterráneo en cuyas tierras de sabor y de saber se plantan y se cuidan viñas preñadas de uvas, de vino y de sueños. Aquella sabiduría enológica se arraigaba y acuñaba, entre otras expresiones, en el sentido común de una sentencia: a vino nuevo, odres nuevos (2,22).

La evangelizadora María Magdalena (según Marcos 15,40-47) aprendió de su Jesús de Nazaret a anunciar el mensaje de la buena noticia del galileo en forma de parábolas y no en formulaciones dogmáticas. Toda parábola es una evocación provocativa en la que no existen límites como puede comprenderse al leer, por ejemplo, en el segundo libro de Samuel 12,1-7.

En cambio, las declaraciones de los dogmas religiosos tratan de ser precisas, cerradas, seguras e inamovibles. La parábola es la palabra siempre nueva y fresca para compartir la experiencia de la fe de unos con los otros. En cambio, el dogma y la ley son las expresiones que, a modo de moldes inflexibles, usa toda Religión para proclamar sus verdades. Carmelo Bueno Heras. En Burgos, 29 de enero de 2017.

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