El verdadero progreso
21 febrero, 2017 por Deja un comentario
Muchas voces se alzan en nuestros días pidiendo a la Iglesia que relaje su conducta. Se le acusa de involucionista y de ir contra el progreso de nuestra sociedad. Hay cosas que cambian, es verdad. Se descubren nuevas tecnologías, nos admiramos ante el arte en todas sus formas. También, transcurren los días, envejecemos. Todas estas situaciones, de una manera u otra, son cambios.
Sin embargo, a veces olvidamos que el verdadero progreso está al servicio del ser humano y que hay cosas que permanecen para que la dignidad del hombre, pase lo que pase, sea considerada como lo que es: la manera de recordarnos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. ¿Puede la Iglesia cambiar eso que garantiza lo más sagrado del hombre? La Iglesia nunca actuará por consensos, o por lo más conveniente para intereses o ideologías temporales. Es depositaria de un tesoro que, además, está inscrito en el corazón de cada hombre y mujer en el mundo. Pero, ese tesoro no es temporal sino que es lo que nos garantiza que el Reino de los Cielos que inauguró Cristo en la tierra siga el “progreso” de la gracia…
¡Sí! Cuanta más gracia obtengamos, más “permaneceremos” en el amor de Dios… y nadie tiene el derecho (por muy progresista que sea) de cambiar en la Iglesia el objeto de su fidelidad para alcanzar la verdadera felicidad del ser humano.
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