En Alejandría de Egipto, conmemoración de san Serapión, mártir, que en tiempo del emperador Decio fue víctima de atroces tormentos y, después de descoyuntarle todos los miembros, acabó siendo precipitado desde lo alto de su propia casa.
Conmemoración de cinco santos mártires que perecieron en la ciudad de Tiro, en tiempo del emperador Diocleciano, los cuales, azotados primero y luego expuestos desnudos a las fieras, mostraron su firme e inamovible constancia a pesar de su juventud. Uno de ellos, de apenas veinte años, oraba con los brazos extendidos en forma de cruz, y todos, finalmente, fueron degollados.
En Antioquía, en Siria, conmemoración de san Tiranión, obispo de Tiro y mártir, que educado en la fe cristiana desde su más tierna edad, alcanzó la corona de la gloria al ser desgarrado con garfios de hierro, junto con el presbítero Zenobio.
En Tournai, en la Galia Bélgica, san Eleuterio, obispo.
En el cenobio de Saint-Truiden, en el territorio de Brabante, en Austrasia, tránsito de san Euquerio, obispo de Orleans, que desterrado por Carlos Martel a causa de las calumnias de algunos envidiosos, encontró piadoso refugio entre aquellos monjes.
En Catania, de Sicilia, san León, obispo, que se ocupó sobre todo del cuidado de los pobres.
En Aljustrel, lugar cercano a Fátima, en Portugal, beata Jacinta Marto, la cual, siendo aún niña de tierna edad, aceptó con toda paciencia la grave enfermedad que le aquejaba y demostró siempre una gran devoción a la Santísima Virgen María.
En Stutthof, cerca de Gdynia, en Polonia, beata Julia Rodzinska, virgen de la Congregación de Hermanas Santo Domingo y mártir, que durante la ocupación militar de su patria en tiempo de guerra, fue confinada en un campo de concentración, donde, después de haber contraído una grave enfermedad, pasó a la gloria.
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