Haz al otro todo
lo que deseas que el otro te haga
Último domingo del mes de
octubre. Por los lares en los que vivo habremos tenido una hora más en la noche
para el sueño y el descanso. Y, también, será hoy el último día de este mes
sinodal en el Vaticano de Roma. Nos despedimos hasta dentro de un año, 2024, en
que definitivamente tendrá su acabamiento este Sínodo de la Sinodalidad. A
veces imagino que ya no llamaremos Iglesia a esta institución, sino que la
llamaremos, al menos, durante los próximos cien años, SINODALIDAD: el camino de
los iguales.
Y en esta SINODALIDAD sólo
existirá un dogma: Haz al otro todo lo que deseas que el otro te haga.
No habrá ya más documentos,
ni más dicasterios, ni más ministerios, ni más magisterios, ni más
mandamientos, ni más sacramentos, ni más deberes, ni más derechos. Haz al otro
todo lo que deseas que el otro te haga.
Después de haber pasado
domingo a domingo en este año eclesial (sinodal) del Ciclo A dedicado a la
lectura del Evangelio de o según Mateo esto es lo que se me ha quedado como
levadura y fermento de la buena noticia de Jesús de Nazaret: Haz al otro lo que
deseas que el otro te haga.
Se recordará que este
Evangelista coloca en labios de su Jesús de Nazaret estas palabras como
síntesis del primero de los cinco discursos de este judío y laico de Nazaret de
Galilea. Por esta razón, me invito a leer en este domingo en algún momento
los capítulos quinto, sexto y séptimo de este Evangelio llamado 'de Mateo'.
Tú y yo nos recordaremos con
alguna frecuencia este único mantra, dogma, mandamiento, liturgia o religión:
Haz al otro todo lo que deseas que el otro te haga.
Seguro que vamos a tener una
semana muy peculiarmente buena. Por estos lares del hemisferio del norte será
una semana típica del tiempo de otoño. Y para cuando vuelva a escribir aquí, ya
se habrá celebrado la fiesta de todos nosotros, vosotros y ellos, los santos; y
también la fiesta de todos los habitantes del inmenso y único Huerto de los
Callados. ¡Cuanta realidad humana, cósmica y mundial!
Hasta noviembre, en su
domingo día 5.
A continuación puedes encontrar
los dos comentarios para este domingo 29 de octubre.
Carmelo Bueno Heras
Domingo XXX T. O. Ciclo
A (29.10.2023): Mateo 22,34-40. Así lo comento y comparto CONTIGO:
El único mandamiento de Jesús es Mt 7,12.
“Los
fariseos, al enterarse de que Jesús de Nazaret había tapado la boca a los
saduceos, se reunieron y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerlo a
prueba: Maestro, ¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley? (Mateo
22,34-36).
Con
estas palabras se inicia el relato del Evangelio que se nos leerá al pueblo de
la liturgia eucarística el domingo día 29 de octubre. Por pura estadística,
seguramente que alguno de los millones de oyentes se preguntará cuándo han
escuchado últimamente que Jesús de Nazaret haya estado de diálogo con los que
aquí se les llama ‘saduceos’. En ninguno de los años del Ciclo A en el que se
nos lee el Evangelio de Mateo se nos proclama el texto de Mateo 22,23-33.
De
este modo, es normal que nuestras gentes ignoren de qué hablaron este Jesús del
Evangelista Mateo y los creyentes judíos de la tendencia saducea que se
quedaron, literalmente, a dos velas, en el diálogo de ambos. Y no es un dato
menor saber que este Jesús fuera capaz de ‘callar’ a estos documentados
expertos judíos. Estos adeptos creyentes en la religión de Israel conocen al
dedillo hasta los rincones más insospechados de lo que se dice y no se dice en
la Ley de Moisés. En ningún lugar del Pentateuco (Génesis, Éxodo, Números,
Levítico y Deuteronomio) se habla de la resurrección de ningún muerto. Sobre
este tema, tan central, para los creyentes fariseos y luego cristianos, nada
nos dice la Palabra de Yavé-Dios en su Ley inspirada a Moisés.
De
esto hablaron Jesús y los saduceos en el Templo de Jerusalén. Y éstos tuvieron
que callarse e irse con el rabo entre piernas. El laico y galileo de Nazaret
los puso a chupa de dómine. Si se desea conocer con seriedad estos hechos habrá
que leerse despacio y con sentido crítico Mateo 22,23-33, que antes
citaba como marginado por la autoridad litúrgica vaticana.
Releo,
para este comentario, el texto de Mateo 22,34-40 y nada más escuchar la
pregunta que aquel arriesgado fariseo propone a Jesús se me enciende una luz en
la memoria y recuerdo el primero de los cinco discursos (Mateo 5-7) de nuestro
nuevo y revolucionario Moisés que es este Jesús del Evangelista Mateo y cuya
síntesis no debe olvidarse jamás por ser piedra angular del edificio literario
y teológico de este Evangelio: “En síntesis, todo cuanto queráis que os
hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y
los Profetas” (Mt 7,12). No hay, pues, otro mandamiento.
Nada. Es así la Religión del judío de Nazaret.
Creo
que este fariseo y quienes le acompañaban en esos momentos se retiraron de la
presencia de Jesús de Nazaret como antes se habían también retirado los
saduceos, cabizbajos, meditabundos, cariacontecidos… “Nadie era capaz de
contestarle nada y desde ese día, ninguno se atrevió a hacerle más preguntas”
(Mateo 22,46).
Seguramente
que tienes a mano tu texto completo del Evangelio de Mateo y fuiste hasta ahora
consultor fiel de las referencias evangélicas de este comentario. Si es así,
has constatado una vez más que el texto de Mateo 22,41-45 tampoco se nos
proclama a los sinodales celebrantes de la eucaristía. Así hemos llegado al
final del capítulo vigésimo segundo. Estamos en el Templo de Jerusalén. Estamos
todos. Nosotros, los lectores de todos los tiempos; los Sumos Sacerdotes, los
Ancianos, los Fariseos, los Saduceos y el pueblo judío en general: “Entonces,
Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo…” (Mt 23,1).
El Evangelista deja que su Jesús de Nazaret tenga la última palabra en tan
solemne y significativo momento y lugar. Pero de este momento, lugar, palabra y
personaje hablaremos en una semana. Gracias por llegar aquí. Carmelo Bueno
Heras
CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS
.
Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200
páginas?
.
Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?
.
Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?
.
Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría
de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de
tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de
los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.
Semana 49ª
(29.10.2023): Historia de una sonrisa
Ésta es una historia
pequeña, muy pequeña.
La historia de una
sonrisa que me conmovió.
Habíamos empezado 2012
con más de cinco millones de parados y casi millón y medio de familias en las
que ningún miembro tenía trabajo. El gobierno anunciaba recortes drásticos. La
situación económica se hacía más y más insostenible. La corrupción envenenaba
nuestra fe en los poderosos que se llevaban el dinero de todos.
Era el día de Reyes por
la noche. En el telediario salía el típico reportaje de todos los años: niños
enseñando sus bicis nuevas, niñas con las espantosas muñecas-vampiro que ese
año estaban de moda, ellos y ellas con MP3, iPods, Blackberries…
Entonces hubo un cambio de
guión. La presentadora empezó a preguntar a los padres que qué les habían
traído a ellos los Reyes Magos.
Y salió un papá de unos treinta años con su niña
de cuatro. Dijo:
-A ella le han traído todo lo que ha pedido. Pero a
los Reyes se les ha olvidado traer lo que he pedido yo.
Sonrió. Y siguió:
-O a lo mejor es que yo he sido malo…
Sonrió de nuevo. No era una sonrisa triste. Era una
sonrisa grande, luminosa.
Y yo, desde el otro lado de la tele, tuve ganas de
llorar.
O de abrazarle.
Carmely Galindo Ayuso
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