domingo, 30 de marzo de 2025

¿Textos anónimos rescatados? - 2025, 30 de marzo. Domingo 4º de Cuaresma C: Lucas 15,1-32 (EVANGELIZAR es compartir mesa y mantel) y CINCO MINUTOS con el Evangelio de Lucas( Semana 18ª (30.03.2025): Lucas 5,27-39. Fariseos-escribas frente a publicanos-pecadores, de entonces y de hoy)

 ¿Textos anónimos rescatados?

"Corre tras tus sueños.
Si no los alcanzas,
al menos
adelgazas".
Se trata, como puede leerse, de cuatro versos de rima asonante primero con tercero y segundo con cuarto. Desde que ví impreso el mensaje, ando buscando a su autor, o autora. En cierta ocasión, descubrí la identidad de una persona que se dedicaba a acoger en adopción 'textos anónimos' de esos que van y vienen por la vida sin paternidad o maternidad reconocidas. Esta persona se llama Carla Buendía Hervás y tiene, entre otras ocupaciones, la misión de dar cobijo en sus agendas o archivos a tales textos huérfanos o migrantes 'sin identidad' o, como podría decirse en estas calendas y con más propiedad, 'textos sin papeles'. Y esta tal Carla me ha confirmado que en sus asientos documentales los tales cuatro versos de rima asonante se los encontró en varios de esos servilleteros de barra de restaurante y se sintió tocada por la delicadeza con la que se usan las palabras justas y atinadas para comunicar realidades tan humanas como humanizadoras:
"Corre tras tus sueños. Si no los alcanzas, al menos, adelgazas".
Por el contexto en el que fueron identificadas estas expresiones, Carla dedujo que la propiedad intelectual de tal mensaje pertenece a alguna propaganda interesada en programas de concientización no se sabe si económica, pastoral, social, ecológica, restauradora o evangelizadora... De estas realidades comencé a ser consciente en los primeros días del mes de enero de hace ahora ya más de ocho años. Ahí lo dejo de nuevo escrito y sembrado por si interesa. Ah, y esta Carla, solidaria y acogedora mujer, me regala otro de sus mensajes rescatados del anonimato y ¡tan despertadores!:
"Cuidemos la tierra.
Es el único planeta
con chocolate y cerveza".
Tres preciosos versos de arte menor y rima en asonancia.
Y..., ¿todo esto tiene algo que ver con aquellas tres parábolas del capítulo decimoquinto del Evangelio de Lucas? Muchísimo más de cuanto podamos imaginarnos, me digo y te lo propongo.
Hasta aquí la presentación de los comentarios del domingo día 30 de marzo.
A continuación encontrarás, primero, el comentario del Evangelio propuesto desde el ámbito vaticano para las Eucaristías (Lucas 15). Y, en segundo lugar, el comentario del relato que correspondería proclamar, si decidiste en su día leer el Evangelio de Lucas desde el comienzo hasta el final, ordenadamente.


Carmelo Bueno Heras


Comentario primero:

2025, 30 de marzo. Domingo 4º de Cuaresma C: Lucas 15,1-32.Leo y escribo Contigo:

EVANGELIZAR es compartir mesa y mantel

“Todos los publicanos y pecadores se acercaban a él [Jesús de Nazaret] para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Éste acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces [Jesús de Nazaret] les dijo ESTA PARÁBOLA: ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas…? O, ¿Qué mujer…? Y también, un hombre tenía dos hijos…”. Siempre que leo este famoso capítulo 15º del Evangelio de Lucas me quedo con la impresión de que este evangelista es un exagerado provocador. Lo de exagerado lo digo por esa primera palabra con la que se arranca: Todos. Seguramente que fueron algunos publicanos y pecadores de entonces los que se acercaban a Jesús, le oían y comían con él. ¿Se le fue la mano al narrador de estos hechos? Todos los publicanos eran todos los no judíos. El primero de ellos, el más publicano, el propio gobernador Pilato… Y todos los pecadores… Pecadores lo eran todos los judíos, porque todo judío había roto alguna prohibición o había olvidado algún mandato… ¿Recuerdan aquello de que ‘quien esté sin pecado tire la primera piedra’? Es una cita del encuentro de las autoridades legales de la religión, la adúltera y el propio Jesús. Fue materialmente imposible que Jesús comiera con todos los judíos y con todos los no judíos. Lucas, buen amigo, te has pasado mucho, mucho. ¿Por qué?

 

Lo de provocador ya está implícito en lo que acabo de comentar. Pero además siempre me gusta subrayar eso de que ‘Jesús les contó UNA parábola’. Una es una. Y en este capítulo 15º tenemos tres: La del pastor que busca a su oveja, la de la mujer de la casa que busca su moneda perdida y la del hombre que tenía dos hijos. ¿Una o tres? ¿Por qué? Las tres parábolas explican las razones por las que Jesús de Nazaret hizo o hace dos cosas muy importantes.

La primera: Jesús acepta la cercanía -el roce, el diálogo, el tú a tú- de publicanos y pecadores porque así puede hablar con ellos y comer en la misma mesa. Este asunto del comer es más importante de lo que parece. Todavía hoy en restaurantes judíos hay mesas para judíos y para no judíos, hay comida judía y no judía. Creo que a esto se le llama ‘separar’, discriminar… Y esto mismo es lo que significa ‘consagrar-consagrado’. No sigo, porque acabaría hablando del hábito que separa y consagra, que es justo lo contrario de lo que propone Lucas en su evangelio. Aquí. Y no hablo del comer y del ayuno. Jesús comía y en la religión católica se ayuna. Lo contrario. Lucas dice que Jesús comió con TODOS. Y yo añadiría: Siempre.

La segunda: Jesús acepta la crítica murmuradora de los fariseos y escribas que le acusan de romper con las tradiciones, normas, dogmas de su religión de Moisés, Elías, el Templo y los sacerdotes. Jesús rompe con esta religión porque es la que encierra en rediles (15,4-7), cofres (15,8-10) o casas (15,11-32) la libertad de las personas, su crecimiento, su madurez.

 

En la exagerada provocación de Lucas, su Jesús de Nazaret vivió (vive aún) para sentarse con todos, codearse con todos, mirarse con todos, compartir mesa y comida con todos y comer de todo. Las tres parábolas son la misma parábola: la de un hombre, el judío y laico Jesús de Nazaret, que decidió vivir compartiendo vida, casa, mesa… al margen de toda orientación de su religión y guiado sólo por las decisiones de su sentido común. Perdón por no haber dicho nada de ‘la misericordia de un Dios misericordioso’ que cita Francisco, papa. Me quedé sólo con leer a Lucas y su confesión de fe en Jesús. Todos (ambos) somos muy cristianos.

Carmelo Bueno Heras. En Burgos, 06 de marzo de 2016 y en Madrid, 30 de marzo de 2025.


Comentario segundo:

CINCO MINUTOS con el Evangelio de Lucas para leerlo ordenadamente y desde el principio hasta el final. Semana 18ª (30.03.2025): Lucas 5,27-39.

Fariseos-escribas frente a publicanos-pecadores, de entonces y de hoy

Al acabar Jesús su encuentro con los escribas y fariseos, el Evangelista Lucas inicia otra breve secuencia en su relato: “Después de esto, salió Jesús y vio a un publicano llamado Leví, sentado en su despacho” (Lc 5,27). Me detengo en estos datos antes de continuar la lectura del texto. Tomo nota de la presencia de los fariseos, de los escribas y ahora de los publicanos. Tres colectivos de personas que entablan relaciones con Jesús de Nazaret. Y el relato sigue: “Leví ofreció a Jesús en su casa un gran banquete” (Lc 5,29). ¿Por qué este narrador llama ‘grandioso’ a este banquete en el que participa Jesús? También me haré esta misma pregunta cuando lleguemos al capítulo decimoquinto donde leeremos la famosa parábola del padre y sus dos hijos. Aquella fue una parábola puesta en labios de Jesús para hablar de estos mismos colectivos de ahora: escribas, fariseos, publicanos y pecadores. ¿Y quién no recuerda la presencia en el Templo de aquel fariseo y aquel publicano de la parábola (Lucas 18,9-14)?  

 

Estoy empezando a comprender que ‘la grandiosidad’ de aquel banquete no fue por el número de los comensales ni por sus excelencias de rango de autoridad, ni tampoco por la abundancia o calidad del menú. La grandiosidad de la que habla el Evangelista creo que reside en el atrevimiento de este hombre que ha roto las fronteras que separan a las personas en las categorías que se inventan las religiones para encasillar a los seres humanos en ‘míos y malos’.

 

Estando con Jesús de Nazaret, todos podemos sentarnos en su misma mesa. Nada ni nadie puede impedir que la mesa y la comida sean compartidas. Y hasta creo que este gesto tan sencillo, natural y humano continúa siendo un gesto revolucionario por ser escandaloso. Incluso, quienes nos creemos seguidores de este Jesús nos escandalizamos hoy un viernes por comer codo con codo unos, carne y otros, pescado. Así se hace, no por dieta, sino por tradición.

 

“Fariseos y escribas dijeron a Jesús: los seguidores de Juan ayunan y recitan oraciones, pero los tuyos comen y beben” (Lucas 5,33). Merece la pena pararse a contemplar el comentario que este Evangelista pone en labios de su Jesús: Preguntas y parábolas que son a un mismo tiempo tan naturales y cotidianas como sorprendentemente denunciadoras. Este Jesús de Lucas sigue rompiendo sus amarras con la religión judía de su pueblo, de su templo y de sus leyes. Para aquellos fariseos y escribas lo bueno es lo viejo y de siempre. Para Jesús existe una alternativa.

 

“El vino nuevo debe echarse en pellejos nuevos” (Lucas 5,38). Mateo nos lo dejó dicho con otra imagen semejante: “No echéis vuestras perlas delante de los puercos” (Mateo 7,6). Este Evangelista Mateo sintetizará el vino nuevo que es Jesús y su propuesta diciendo: “Todo cuanto deseas que te hagan los demás, házselo a ellos. Esta es la Ley y los Profetas” (Mt 7,12). Y en Lucas leeremos más adelante (en 17,21) el mensaje que he colocado en el frontispicio de cada uno de los comentarios de su relato: El reinado de Dios está dentro… de ti y de mí”

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