Beato Carlos Gnocchi, presbítero
fecha: 28 de febrero
n.: 1902 - †: 1956 - país: Italia
canonización: B: Benedicto XVI 25 oct 2009
hagiografía: P. Miguel Angel Fuentes
n.: 1902 - †: 1956 - país: Italia
canonización: B: Benedicto XVI 25 oct 2009
hagiografía: P. Miguel Angel Fuentes
En
Milán, Italia, beato Carlos Gnocchi, presbítero, llamado "el apóstol de
los mutilados" por su especial dedicación a los huérfanos y heridos de guerra.
Don
Carlo Gnocchi nació el 25 de octubre de 1902, en San Colombano al Lambro, cerca
de Lodi, Italia. Fue ordenado sacerdote en 1925, en Milán. Se destacó
inmediatamente como notable educador, al punto tal que en 1936 el Cardenal
Ildefonso Schuster lo nombró director espiritual de la escuela más prestigiosa
de Milán, el Istituto Gonzaga de los Hermanos de las Escuelas Cristianas; en
este período estudió intensamente la pedagogía y escribió algunos ensayos sobre
estos temas.
En
los años finales de la década del ’30, el mismo Cardenal Schuster le encargó la
asistencia de los universitarios de la Segunda Legión de Milán, que comprendía
en buena parte estudiantes de la Universidad Católica y muchos ex alumnos del
Instituto Gonzaga. Como es sabido en 1940 Italia entró en la Segunda Guerra
Mundial y muchos jóvenes estudiantes fueron enviados al frente de batalla. Don
Carlo no quiso abandonar a sus jóvenes en estos momentos de peligro y se enroló
como capellán voluntario del batallón "Val Tagliamento" de los
alpinos, destinado al frente griego-albanés. Después de un breve intervalo en
Milán, en 1942 volvió a partir, esta vez al frente ruso con los alpinos de la
Tridentina. En enero de 1943 comenzó la dramática retirada del contingente
italiano derrotado en aquel frente; retirada devastadora que sembró de muertos
las heladas tierras rusas: "setecientos kilómetros de marcha en la estepa
blanca y sin confines, sobre la nieve harinosa, entumecidos por el viento
helado, flagelados por la tormenta, con 40 grados bajo cero, sin víveres, con
pocas municiones arrastradas fatigosamente sobre los trineos sobrevivientes,
durmiendo al descampado, a veces caminando durante la noche, atacados
rabiosamente por el enemigo, agredidos a traición por los partisanos, asaltados
a cada momento por tanques enemigos, bajo la pesadilla de las incursiones
aéreas, cuando los camiones se detenían por falta de combustible, la artillería
quedaba bloqueada por la nieve, las mulas caían extenuadas por el frío y la
fatiga, las armas se encasquillaban por el hielo, la fila de los combatientes
menguaba poco a poco por los caídos, los heridos y los congelados; quince días
de marchas y combates, de vigilias y hambre, de privaciones y heroísmos en la
más inhóspita y cruel de las estaciones y de las tierras europeas, contra
enemigos aguerridos y enardecidos por el éxito, constituyen una de las más
altas victorias del espíritu sobre la materia, de la voluntad por sobre la
fortuna adversa, y una de las más luminosas afirmaciones de la grandeza de
nuestro pueblo", escribía Don Carlo Gnocchi en uno de sus más conocidos
escritos: "Cristo con los alpinos".
Fue
precisamente su experiencia del dolor en esta terrible huida la que inspiró su
futura fundación. Habiendo caído a un costado de la helada ruta rusa junto a un
grupo de agotados soldados y a punto de morir, un vehículo militar que pasaba
intentó llevarlo sólo a él hasta la próxima base militar, pues no tenían más
lugares en el transporte, dejando allí agonizando al resto de los soldados. Don
Carlo se negó a abandonar a los suyos; pero estos le insistieron diciendo:
"Vaya, Capellán, y ayude a nuestros hijos, ampare usted a nuestros
huérfanos". Sólo ante la impresión de este conmovedor testamento, aceptó
ser trasladado al hospital militar, terminando de este modo su participación en
la guerra.
Ya
nuevamente en Italia, a partir de 1945, comenzó a diseñar su proyecto para
ayudar a los mutilados de guerra y a los hijos de los sobrevivientes; lo que le
daría el título de "padre de los mutiladitos". En 1949 su obra obtuvo
el primer reconocimiento oficial, llamándose "Federación por la Infancia
Mutilada"; más tarde sería reemplazada por la "Fundación por la
Juventud".
Don
Carlo murió el 28 de febrero de 1956, tras una dolorosa enfermedad. Durante los
últimos meses de vida redactó su opúsculo "Pedagogía del dolor
inocente", auténtico testamento espiritual donde toca las cumbres del
sentido cristiano del dolor.
Semblanza
realizada por el P. Miguel Angel Fuentes, que recogemos del prólogo a la
edición en pdf del la "Pedagogía del dolor inocente", traducida por
el mismo sacerdote del IVE, y que puede consultarse en
la Biblioteca.
fuente: P.
Miguel Angel Fuentes
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o última modificación relevante: ant 2012
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