San Enrique Morse, mártir
fecha: 1 de febrero
n.: 1595 - †: 1645 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Pío XI 15 dic 1929 - C: Pablo VI 25 oct 1970
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: 1595 - †: 1645 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Pío XI 15 dic 1929 - C: Pablo VI 25 oct 1970
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En
Londres, en Inglaterra, san Enrique Morse, presbítero de la Orden de la
Compañía de Jesús y mártir, el cual, apresado en diversas ocasiones y exiliado
por dos veces, fue encarcelado de nuevo, en tiempo del rey Carlos I, por ser
sacerdote, y, después de haber celebrado la Misa en la cárcel, entregó su alma
a Dios, ahorcado en Tyburn.
refieren a este santo: San Juan
Southworth
Ver más información en:
Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)
Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)
Enrique
Morse nació en 1595, en la región de Anglia Oriental, y fue educado en la fe
protestante de sus padres, que pertenecían a la estricta nobleza rural. Cuando
estudiaba derecho en Londres, decidió convertirse al catolicismo y, a la edad
de veintitrés años, huyó de Inglaterra para refugiarse en Francia, donde
recibió el bautismo en la Iglesia de Douay. Ahí mismo inició sus estudios,
decidido a abrazar el sacerdocio, y los concluyó en el Venerabile de Roma,
donde recibió la ordenación.
En
1624, regresó a Inglaterra y, poco después de haber desembarcado en Newcastle,
fue arrestado y encarcelado en el castillo de York. Antes de salir de Roma,
había obtenido el consentimiento del Padre General de la Compañía de Jesús para
gestionar su admisión en la orden de los jesuitas en Inglaterra, y, como por un
designio de la Providencia, en la prisión de York se encontró como compañero de
celda al sacerdote jesuita John Robinson, de manera que, durante los tres años
que estuvo encarcelado, Enrique Morse hizo su noviciado. Gracias a la solicitud
del P. Robinson, ahí mismo, en la celda, pronunció los votos simples. Poco
después, Enrique fue puesto en libertad y desterrado a Flades, donde actuó como
capellán y misionero, entre los soldados ingleses que servían allá al rey de
España.
A
fines de 1633, el P. Morse regresó clandestinamente a Inglaterra y, con el
nombre falso de Cuthbert Claxton, ejerció su ministerio en Londres. Muy pronto
tuvo ocasión de desplegar una benéfica actividad, durante la epidemia de peste
que azotó a la ciudad entre 1636 y 1637. El P. Morse tenía una lista, de
cuatrocientas familias católicas y protestantes, afectadas por el mal, a
quienes visitaba regularmente, llevándoles ayuda material y espiritual. Su
abnegada caridad produjo una impresión tan profunda que, en menos de un año,
cien de aquellas familias anglicanas se reconciliaron con la Iglesia Católica.
Ponía tanto entusiasmo nuestro santo en el desempeño de su misericordiosa
tarea, que por tres veces contrajo la peste y otras tantas se recuperó para
volver a la brega, hasta que sus superiores le amonestaron, indicándole que
debería moderar su celo. Fue por entonces, precisamente, cuando las autoridades
descubrieron la identidad del P. Morse y lo aprehendieron de nuevo, acusándolo
de ser sacerdote y de haber «pervertido a unos quinientos súbditos protestantes
de Su Majestad, dentro y fuera de la parroquia de San Gil de los Campos, en
Londres». El acusado se declaró culpable del primer cargo, pero no así del
segundo y, por fortuna, antes de que se pronunciara la sentencia, intervino en
su favor la reina Enriqueta María, y el P. Morse fue puesto en libertad bajo
fianza de 10.000 florines. Poco después, al emitirse la proclama real que
imponía un plazo con límite hasta el 7 de abril de 1641, para que todos los
sacerdotes católicos abandonaran el país, Enrique Morse se sintió obligado a
partir, para no comprometer a sus fiadores y así volvió a emprender su labor
misionera entre las tropas inglesas en Flandes.
Pero
dos años más tarde, en 1643, volvió de Gante hacia Inglaterra y, durante
dieciocho meses consiguió burlar la vigilancia y desempeñar su ministerio en el
norte del país, hasta que fue aprehendido por sospechas, mientras visitaba a un
enfermo en los límites de Cumberland. De ahí fue conducido a Durham, pero en el
camino, cuando pernoctaban en la casa de uno de sus captores, la esposa de
éste, que era católica, ayudó a escapar al P. Morse. Poco le duró la libertad,
porque seis semanas después volvieron a arrestarle, y luego de permanecer algún
tiempo en la carcel de Durham, fue trasladado, con escolta, a la de Newcastle,
en Londres. Allí debió comparecer ante el Tribunal Mayor para ser juzgado como
criminal reincidente. Fue condenado a muerte sin apelación en vista de que
había vuelto a cometer el delito por el que se le había juzgado nueve años
antes.
El
día señalado para la ejecución, el P. Morse celebró en la celda la misa votiva
de la Santísima Trinidad, antes de que le condujeran en la fatídica carreta al
cadalso de la plaza de Tyburn. Ahí, mezclados a la acostumbrada muchedumbre de
curiosos, se hallaban los embajadores de países católicos, como Francia, España
y Portugal, con sus séquitos correspondientes, para rendir homenaje al mártir.
Éste, colocado ya bajo la horca y con la cuerda al cuello, habló a los
presentes con voz serena, afirmando que moría por su religión y tan sólo por
haber trabajado siempre por el bienestar de sus conciudadanos, negando
rotundamente que hubiera organizado o participado en conspiración alguna contra
el rey, como aseguraban sus acusadores. Después oró en voz alta por la
salvación de su alma, por la de sus perseguidores y por el Reino de Inglaterra;
en seguida, hizo la indicación de que estaba listo. Rápidamente fue retirada la
carreta y el P. Enrique Morse, SJ, quedó pendiente de la cuerda. Murió ahorcado
el 1º de febrero de 1645. Entre las diversas reliquias de mártires ingleses que
reunió el embajador de España, conde de Egmont, para sacarlas al extranjero,
donde habrían de ser debidamente veneradas, figuraban especialmente las de san
Enrique Morse. Fue beatificado en 1929, y declarado santo por SS Pablo VI el 25
de octubre de 1970.
El
mismo año en que el P. Morse fue ejecutado, se publicó en Amberes un volumen
titulado Certamen Triplex, con un relato de su vida y de su muerte, junto a las
biografías del Beato Thomas Holland y el Beato Ralph Corby. El autor del Íibro
era el P. Ambrosio Corby, hermano del beato citado en último término. El
escrito fue reimpreso en Munich al año siguiente y, una traducción al inglés,
titulada The Threefold Conflict, apareció en Londres en 1858. De este relato se
vale Challoner en MMP. Véase también REPSJ., vol. l. La lista de las reliquias
obtenidas por Egmont, figura en la obra de Camm titulada Forgotten Shrines
(1910).
fuente: «Vidas
de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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