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Sta. Catalina de Siena: «¿Dónde
estabas Tú, mi divino Esposo, mientras yacía en una condición tan abandonada y
aterradora?».
– Jesús: «Hija, estaba en tu corazón, fortificándote por la gracia».
– Jesús: «Hija, estaba en tu corazón, fortificándote por la gracia».
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