29 de diciembre: Nuestra Señora de la Asunción de Elche
Varios son los edificios religiosos que a través de los tiempos se han sucedido en el mismo solar que actualmente ocupa la iglesia de Santa María. El más antiguo del que se tienen noticias es la mezquita de la ciudad musulmana de Elx. Según manifiesta la tradición, uno de los primeros actos realizados por Jaume I el Conqueridor, tras su entrada en dicha población en 1265, fue, precisamente, la consagración de esta mezquita al culto cristiano. Dicha consagración fue llevada a efecto por Arnau de Gurb, obispo de Barcelona que acompañaba a las tropas del monarca aragonés. La advocación escogida, como en el caso de muchas otras poblaciones recuperadas para la civilización cristiana por Jaume I, fue el de Santa María en el glorioso tránsito de su Asunción a los cielos.
La mezquita transformada en iglesia cristiana se mantuvo en pie, al decir del erudito historiador ilicitano Pere Ibarra, hasta 1334 en que fue demolida y levantado un nuevo templo que existió hasta 1492. Entre 1492 y 1566 se levantó la tercera de las iglesias de Santa María. Gracias a diversos documentos parroquiales conservados en el archivo de la actual Basílica de Santa María, podemos conocer la distribución interior de este tercer templo. Sus dimensiones debían ser algo menores que las del edificio actual ya que ocupaba, aproximadamente. la nave central de la iglesia que hoy conocemos. Su altar mayor estaba dedicado a la Virgen María y contaba con diversas capillas laterales en las que se encontraban los enterramientos de algunas familias ilicitanas.
La imagen de la Virgen de la Asunción, que poseía su propio altar y capilla en la cercana ermita de San Sebastián, situada en la calle Mayor de la villa, fue trasladada a la iglesia de Santa María en 1648, con ocasión del aumento de la devoción popular hacia su figura, tras la epidemia de peste que castigó la zona en aquel año. Sin embargo, hasta 1656 no fue colocada en el retablo del altar mayor del templo en el que hubo de improvisarse una hornacina. Dado lo envejecido de dicho retablo y la mala situación de la imagen de la patrona de la ciudad, se procedió a construir un nuevo retablo.
En 1672, a causa de los fuertes y continuos aguaceros que cayeron sobre Elche y su comarca durante varios meses, el templo de Santa María se vio seriamente afectado y se detectaron desprendimientos de sillares en el interior del edificio. Consultado el arquitecto Francesc Verde, que se hallaba en la ciudad para reconocer algunos edificios civiles deteriorados también por estos temporales, sugirió el cierre inmediato de la iglesia. Y a pesar de que la junta parroquial reunida en fechas posteriores, decidió la reparación del templo existente, pronto se vio como mejor solución el derribo de dicho edificio y la construcción de otro de nueva planta.
La iglesia actual
El mismo arquitecto Francesc Verde realizó los planos del nuevo templo de Santa María y fue contratado como director de las obras. Tras derribar parte de las capillas de la iglesia ruinosa, se procedió a colocar la primera piedra del nuevo edificio. Esta ceremonia tuvo lugar el día 2 de julio de 1673, festividad de la Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel. En 1674, con ocasión del fallecimiento del arquitecto Francesc Verde, se hizo cargo de la dirección de las obras el mestre major Pere Quintana que, como vimos, ya había estado en Elche reconociendo el templo anterior. Este arquitecto dirigió las obras hasta su muerte en 1678. En 1686, finalizada la nave central, se procedió a su bendición. La ceremonia tuvo lugar el 7 de diciembre del mismo año.
La última parte de la iglesia en ser construida fue la capilla de la Comunión. Hay constancia documental de que la falta de recursos económicos hizo que las obras de Santa María se prolongaran excesivamente y que, incluso fuera necesaria la reparación de partes ya construidas. Por fin, el día 3 de octubre de 1784, más de ciento once años después de iniciarse los trabajos, era consagrado el nuevo templo. El 3 de octubre de 1789 el mismo obispo Tormo, como culminación de su decidida e importante intervención en las obras de Santa María, le concedió el título de Insigne que, desde entonces, debe figurar en toda la documentación relacionada con este templo.
En 1902 fue necesario cerrar la iglesia para proceder a su reparación. El día 8 de diciembre de 1902 se trasladó la imagen de la Virgen desde su camarín hasta el altar mayor de la capilla de la Comunión en donde permanecería mientras duraron las obras. Para la festividad de la Venida de la Virgen de 1905, se procedió a la solemne apertura del templo una vez concluida la operación restauradora.
El 20 de febrero de 1936, Santa María sufrió el asalto e incendio de su parte interior. En este siniestro desaparecieron todos los elementos cultuales y ornamentales del templo. Concluida la guerra civil, a partir de abril de 1939, se procedió a la restauración de Santa María. En 1951, su santidad el papa Pío XII, concedió a Santa María el título de Basílica Menor como consecuencia de la estrecha relación mantenida entre esta iglesia y la defensa y propagación de la Asunción de María a los cielos, cuyo dogma había proclamado el mismo pontífice el 1 de noviembre de 1950. La iglesia de Santa María es el único templo del orbe católico que goza del privilegio de poder representar en su interior una pieza de teatro religioso -escenificaciones que fueron prohibidas tras el concilio de Trento-, como es la Festao Misterio de Elche. Tal privilegio le fue concedido por el papa Urbano VIII en 1632.
Camarín de la Virgen
A través de unas amplias escaleras cuyo inicio se situa en el primer hueco de la pared izquierda de la sacristía, podemos acceder al camarín de la Virgen de la Asunción. Es esta una pequeña estancia situada sobre la parte central del deambulatorio, de manera que comunica en sus cuatro frentes con diversas partes de la iglesia.
El camarín de la patrona presenta forma de cruz griega y se halla totalmente recubierto con maderas talladas y doradas en forma de rocallas, elementos vegetales, jarrones, etc. Cuatro de sus paredes están decoradas con pinturas del artista ilicitano José Cañizares quien las realizó en 1965, tras resultar ganador en el concurso público convocado al efecto. Nos muestran, respectivamente, el hallazgo de la imagen de la Virgen en la playa del Tamarit, la procesión de traslado hasta Elche -estos dos lienzos recogen la tradición de la aparición milagrosa de la patrona-, la escena de la Festa o Misterio que representa el entierro de la Virgen y, por último, una alegoría de la Asunción y Coronación de la Madre de Cristo. Otros recuadros preparados para recoger lienzos -dos a ambos lados del bocaporte y tres sobre las puertas de acceso y balcón trasero- permanecen vacíos todavía. Hay que señalar que el mencionado bocaporte de la estancia, cerrado mediante un cristal, puede ser cubierto con un gran lienzo -movible mediante un mecanismo de contrapesas- que oculta el camarín en las ocasiones en que la imagen de la Virgen no se halla en su interior. Este cuadro fue pintado por el artista local Rodríguez S. Clement en 1940 y representa la propia imagen de la patrona de Elche.
El camarín recibe luz exterior a través de una pequeña cúpula construida en su centro. La misma se halla adornada con vidrieras de colores y en sus pechinas destacan los bustos en relieve de cuatro personajes. Estos relieves fueron realizados por el escultor Sánchez Lozano en 1954 y representan al doctor Caro -ilicitano que donó un importante vínculo de posesiones a la imagen de la Virgen de Elche-, a su santidad Pío XII, que proclamó el dogma de la Asunción de María en 1950, y a San Alfonso María de Ligorio y San Bernardo, santos que dedicaron especial atención a la figura de la Virgen María.
Bajo esta cúpula se levanta un altar cuadrado construido en mármol rojo y adornado en sus cuatro frentes con monogramas marianos realizados en bronce. Sobre este altar, iluminado por dos grandes candelabros de bronce y mármol, se eleva un cúmulo de nubes, de forma cúbica, cincelado en plata y en el que se distinguen algunos ángeles y querubines, así como un nuevo monograma de María en su parte posterior. Este cúmulo sirve de peana a la imagen de la Virgen de la Asunción que aparece situada sobre el mismo.
Imagen de la Virgen de la Asunción
La figura de la patrona de Elche, la Virgen de la Asunción, es una talla de tamaño natural que nos presenta a María de pie y con las manos juntas en actitud de oración. Se trata de una imagen de vestir y, por tanto, se halla recubierta con ropajes en forma de túnica y manto -bordados con metales preciosos- que únicamente permiten la visión de su cabeza, manos y pies. Los diferentes mantos que posee la talla, con los que es vestida conforme las distintas festividades litúrgicas anuales, se conservan en el museo parroquial. La cabeza de la imagen está recubierta por una toca de tisú de plata que oculta su pelo y por una gran corona imperial, rematada por la figura del Espíritu Santo en forma de paloma que se posa sobre el escudo de la ciudad ilicitana. Esta corona de plata fue sufragada mediante subscripción popular y realizada en 1940 por los talleres de orfebrería religiosa David, de Valencia.
La imagen de la patrona, según nos relata la tradición, apareció en el interior de un arca de madera que flotaba sobre las aguas del mar, en la cercana playa del Tamarit -hoy de la vecina población de Santa Pola-, en el año 1370, según unos autores, o 1265, según otros. El arca fue encontrada por el soldado guardacostas Francesc Cantó quien comunicó la noticia al Concejo de Elche. Desplazado éste a la playa, comprobó el hallazgo de la figura, así como de unos documentos manuscritos que la acompañaban y que resultaron ser la consueta o libreto de la Festa o Misterio asuncionista con que debía festejarse a esta imagen. Sin embargo, aunque en la tapa del arca misteriosa aparecía la inscripción Sóc per a Elx, leyenda que señalaba claramente el destino de la imagen de la Virgen, vecinos de Alicante y Orihuela, enterados de la aparición, quisieron que la figura fuese trasladada a sus respectivas poblaciones. Con el fin de decidir la cuestión sin disputas, se colocó el arca sobre una carreta de bueyes con los ojos vendados y se soltaron los animales en una encrucijada de caminos. La carreta, sin ningún tipo de titubeos, emprendió la marcha hacia Elche y no se detuvo hasta llegar a la puerta de la ermita de San Sebastián, donde fue depositada la figura mariana. También cuenta la tradición que, concluida la actual iglesia de Santa María y deseosos los ilicitanos de entronizar la imagen de su patrona en el altar mayor del nuevo templo, fue llevada a la iglesia varias veces, pero a la mañana siguiente siempre aparecía en su antiguo altar de la pequeña ermita. Por fin, reunidos los cabildos civil y eclesiástico de la población, realizaron especiales rogativas ante la talla para que permaneciese en Santa María, como, efectivamente, sucedió desde ese instante.
Hay que señalar que la imagen original de la Virgen de Elche desapareció en el incendio de Santa María de 1936. La talla actual fue realizada, a imitación de la anterior, por el escultor valenciano José Capuz. Concretamente, el 29 de diciembre de 1940 volvió a representarse el hallazgo del arca con la figura de la patrona ilicitana en la propia playa del Tamarit con el fin de que también esta imagen fuese traida a la ciudad desde el mar. En 1958 fue proclamada Alcaldesa honoraria de Elche por el pleno del Ayuntamiento ilicitano y, como tal, ostenta los atributos correspondientes, es decir, el bastón de mando y la medalla con el escudo de la población. El 29 de diciembre de 1970, dentro de los festejos que celebraban el VI centenario de la Venida de la Virgen a Elche, la imagen fue coronada canónicamente por el obispo de Orihuela, Pablo Barrachina y Estevan; actuaron como padrinos, el alcalde de la ciudad y su esposa.
Indicaremos que la imagen de la Virgen de Elche es sacada en procesión a lo largo del año en tres ocasiones diferentes. El domingo de Pascua, en la procesión llamada de "las Aleluyas" -por lanzarse a su paso, "aleluyas" o estampas multicolores como señal de alegría- en la que se simboliza el encuentro de la Madre con Jesús resucitado. También el día 15 de agosto en la procesión que figura ser el entierro de María, portada yacente por los personajes de la Festa. Y, por último, el 29 de diciembre, en la festividad que conmemora su Venida a Elche. Por otro lado, entre el 16 y el 22 de agosto, es expuesta a la veneración de los fieles, también de forma yacente, sobre un gran lecho instalado ante el altar mayor de la Basílica. Tanto para sus salidas procesionales, como para su estancia en el camarín de la iglesia, esta imagen es atendida y ornamentada por las denominadas camareras de la Virgen, institución establecida en Santa María desde muy antiguo -al menos desde el siglo XVIII- y formada por un conjunto de señoras de la población. Estas camareras, cuyo cargo es, generalmente, hereditario, se ocupan de vestir y desvestir la figura mariana, cuidar sus ornamentos, custodiar sus joyas, etc.
La mezquita transformada en iglesia cristiana se mantuvo en pie, al decir del erudito historiador ilicitano Pere Ibarra, hasta 1334 en que fue demolida y levantado un nuevo templo que existió hasta 1492. Entre 1492 y 1566 se levantó la tercera de las iglesias de Santa María. Gracias a diversos documentos parroquiales conservados en el archivo de la actual Basílica de Santa María, podemos conocer la distribución interior de este tercer templo. Sus dimensiones debían ser algo menores que las del edificio actual ya que ocupaba, aproximadamente. la nave central de la iglesia que hoy conocemos. Su altar mayor estaba dedicado a la Virgen María y contaba con diversas capillas laterales en las que se encontraban los enterramientos de algunas familias ilicitanas.
La imagen de la Virgen de la Asunción, que poseía su propio altar y capilla en la cercana ermita de San Sebastián, situada en la calle Mayor de la villa, fue trasladada a la iglesia de Santa María en 1648, con ocasión del aumento de la devoción popular hacia su figura, tras la epidemia de peste que castigó la zona en aquel año. Sin embargo, hasta 1656 no fue colocada en el retablo del altar mayor del templo en el que hubo de improvisarse una hornacina. Dado lo envejecido de dicho retablo y la mala situación de la imagen de la patrona de la ciudad, se procedió a construir un nuevo retablo.
En 1672, a causa de los fuertes y continuos aguaceros que cayeron sobre Elche y su comarca durante varios meses, el templo de Santa María se vio seriamente afectado y se detectaron desprendimientos de sillares en el interior del edificio. Consultado el arquitecto Francesc Verde, que se hallaba en la ciudad para reconocer algunos edificios civiles deteriorados también por estos temporales, sugirió el cierre inmediato de la iglesia. Y a pesar de que la junta parroquial reunida en fechas posteriores, decidió la reparación del templo existente, pronto se vio como mejor solución el derribo de dicho edificio y la construcción de otro de nueva planta.
La iglesia actual
El mismo arquitecto Francesc Verde realizó los planos del nuevo templo de Santa María y fue contratado como director de las obras. Tras derribar parte de las capillas de la iglesia ruinosa, se procedió a colocar la primera piedra del nuevo edificio. Esta ceremonia tuvo lugar el día 2 de julio de 1673, festividad de la Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel. En 1674, con ocasión del fallecimiento del arquitecto Francesc Verde, se hizo cargo de la dirección de las obras el mestre major Pere Quintana que, como vimos, ya había estado en Elche reconociendo el templo anterior. Este arquitecto dirigió las obras hasta su muerte en 1678. En 1686, finalizada la nave central, se procedió a su bendición. La ceremonia tuvo lugar el 7 de diciembre del mismo año.
La última parte de la iglesia en ser construida fue la capilla de la Comunión. Hay constancia documental de que la falta de recursos económicos hizo que las obras de Santa María se prolongaran excesivamente y que, incluso fuera necesaria la reparación de partes ya construidas. Por fin, el día 3 de octubre de 1784, más de ciento once años después de iniciarse los trabajos, era consagrado el nuevo templo. El 3 de octubre de 1789 el mismo obispo Tormo, como culminación de su decidida e importante intervención en las obras de Santa María, le concedió el título de Insigne que, desde entonces, debe figurar en toda la documentación relacionada con este templo.
En 1902 fue necesario cerrar la iglesia para proceder a su reparación. El día 8 de diciembre de 1902 se trasladó la imagen de la Virgen desde su camarín hasta el altar mayor de la capilla de la Comunión en donde permanecería mientras duraron las obras. Para la festividad de la Venida de la Virgen de 1905, se procedió a la solemne apertura del templo una vez concluida la operación restauradora.
El 20 de febrero de 1936, Santa María sufrió el asalto e incendio de su parte interior. En este siniestro desaparecieron todos los elementos cultuales y ornamentales del templo. Concluida la guerra civil, a partir de abril de 1939, se procedió a la restauración de Santa María. En 1951, su santidad el papa Pío XII, concedió a Santa María el título de Basílica Menor como consecuencia de la estrecha relación mantenida entre esta iglesia y la defensa y propagación de la Asunción de María a los cielos, cuyo dogma había proclamado el mismo pontífice el 1 de noviembre de 1950. La iglesia de Santa María es el único templo del orbe católico que goza del privilegio de poder representar en su interior una pieza de teatro religioso -escenificaciones que fueron prohibidas tras el concilio de Trento-, como es la Festao Misterio de Elche. Tal privilegio le fue concedido por el papa Urbano VIII en 1632.
Camarín de la Virgen
A través de unas amplias escaleras cuyo inicio se situa en el primer hueco de la pared izquierda de la sacristía, podemos acceder al camarín de la Virgen de la Asunción. Es esta una pequeña estancia situada sobre la parte central del deambulatorio, de manera que comunica en sus cuatro frentes con diversas partes de la iglesia.
El camarín de la patrona presenta forma de cruz griega y se halla totalmente recubierto con maderas talladas y doradas en forma de rocallas, elementos vegetales, jarrones, etc. Cuatro de sus paredes están decoradas con pinturas del artista ilicitano José Cañizares quien las realizó en 1965, tras resultar ganador en el concurso público convocado al efecto. Nos muestran, respectivamente, el hallazgo de la imagen de la Virgen en la playa del Tamarit, la procesión de traslado hasta Elche -estos dos lienzos recogen la tradición de la aparición milagrosa de la patrona-, la escena de la Festa o Misterio que representa el entierro de la Virgen y, por último, una alegoría de la Asunción y Coronación de la Madre de Cristo. Otros recuadros preparados para recoger lienzos -dos a ambos lados del bocaporte y tres sobre las puertas de acceso y balcón trasero- permanecen vacíos todavía. Hay que señalar que el mencionado bocaporte de la estancia, cerrado mediante un cristal, puede ser cubierto con un gran lienzo -movible mediante un mecanismo de contrapesas- que oculta el camarín en las ocasiones en que la imagen de la Virgen no se halla en su interior. Este cuadro fue pintado por el artista local Rodríguez S. Clement en 1940 y representa la propia imagen de la patrona de Elche.
El camarín recibe luz exterior a través de una pequeña cúpula construida en su centro. La misma se halla adornada con vidrieras de colores y en sus pechinas destacan los bustos en relieve de cuatro personajes. Estos relieves fueron realizados por el escultor Sánchez Lozano en 1954 y representan al doctor Caro -ilicitano que donó un importante vínculo de posesiones a la imagen de la Virgen de Elche-, a su santidad Pío XII, que proclamó el dogma de la Asunción de María en 1950, y a San Alfonso María de Ligorio y San Bernardo, santos que dedicaron especial atención a la figura de la Virgen María.
Bajo esta cúpula se levanta un altar cuadrado construido en mármol rojo y adornado en sus cuatro frentes con monogramas marianos realizados en bronce. Sobre este altar, iluminado por dos grandes candelabros de bronce y mármol, se eleva un cúmulo de nubes, de forma cúbica, cincelado en plata y en el que se distinguen algunos ángeles y querubines, así como un nuevo monograma de María en su parte posterior. Este cúmulo sirve de peana a la imagen de la Virgen de la Asunción que aparece situada sobre el mismo.
Imagen de la Virgen de la Asunción
La figura de la patrona de Elche, la Virgen de la Asunción, es una talla de tamaño natural que nos presenta a María de pie y con las manos juntas en actitud de oración. Se trata de una imagen de vestir y, por tanto, se halla recubierta con ropajes en forma de túnica y manto -bordados con metales preciosos- que únicamente permiten la visión de su cabeza, manos y pies. Los diferentes mantos que posee la talla, con los que es vestida conforme las distintas festividades litúrgicas anuales, se conservan en el museo parroquial. La cabeza de la imagen está recubierta por una toca de tisú de plata que oculta su pelo y por una gran corona imperial, rematada por la figura del Espíritu Santo en forma de paloma que se posa sobre el escudo de la ciudad ilicitana. Esta corona de plata fue sufragada mediante subscripción popular y realizada en 1940 por los talleres de orfebrería religiosa David, de Valencia.
La imagen de la patrona, según nos relata la tradición, apareció en el interior de un arca de madera que flotaba sobre las aguas del mar, en la cercana playa del Tamarit -hoy de la vecina población de Santa Pola-, en el año 1370, según unos autores, o 1265, según otros. El arca fue encontrada por el soldado guardacostas Francesc Cantó quien comunicó la noticia al Concejo de Elche. Desplazado éste a la playa, comprobó el hallazgo de la figura, así como de unos documentos manuscritos que la acompañaban y que resultaron ser la consueta o libreto de la Festa o Misterio asuncionista con que debía festejarse a esta imagen. Sin embargo, aunque en la tapa del arca misteriosa aparecía la inscripción Sóc per a Elx, leyenda que señalaba claramente el destino de la imagen de la Virgen, vecinos de Alicante y Orihuela, enterados de la aparición, quisieron que la figura fuese trasladada a sus respectivas poblaciones. Con el fin de decidir la cuestión sin disputas, se colocó el arca sobre una carreta de bueyes con los ojos vendados y se soltaron los animales en una encrucijada de caminos. La carreta, sin ningún tipo de titubeos, emprendió la marcha hacia Elche y no se detuvo hasta llegar a la puerta de la ermita de San Sebastián, donde fue depositada la figura mariana. También cuenta la tradición que, concluida la actual iglesia de Santa María y deseosos los ilicitanos de entronizar la imagen de su patrona en el altar mayor del nuevo templo, fue llevada a la iglesia varias veces, pero a la mañana siguiente siempre aparecía en su antiguo altar de la pequeña ermita. Por fin, reunidos los cabildos civil y eclesiástico de la población, realizaron especiales rogativas ante la talla para que permaneciese en Santa María, como, efectivamente, sucedió desde ese instante.
Hay que señalar que la imagen original de la Virgen de Elche desapareció en el incendio de Santa María de 1936. La talla actual fue realizada, a imitación de la anterior, por el escultor valenciano José Capuz. Concretamente, el 29 de diciembre de 1940 volvió a representarse el hallazgo del arca con la figura de la patrona ilicitana en la propia playa del Tamarit con el fin de que también esta imagen fuese traida a la ciudad desde el mar. En 1958 fue proclamada Alcaldesa honoraria de Elche por el pleno del Ayuntamiento ilicitano y, como tal, ostenta los atributos correspondientes, es decir, el bastón de mando y la medalla con el escudo de la población. El 29 de diciembre de 1970, dentro de los festejos que celebraban el VI centenario de la Venida de la Virgen a Elche, la imagen fue coronada canónicamente por el obispo de Orihuela, Pablo Barrachina y Estevan; actuaron como padrinos, el alcalde de la ciudad y su esposa.
Indicaremos que la imagen de la Virgen de Elche es sacada en procesión a lo largo del año en tres ocasiones diferentes. El domingo de Pascua, en la procesión llamada de "las Aleluyas" -por lanzarse a su paso, "aleluyas" o estampas multicolores como señal de alegría- en la que se simboliza el encuentro de la Madre con Jesús resucitado. También el día 15 de agosto en la procesión que figura ser el entierro de María, portada yacente por los personajes de la Festa. Y, por último, el 29 de diciembre, en la festividad que conmemora su Venida a Elche. Por otro lado, entre el 16 y el 22 de agosto, es expuesta a la veneración de los fieles, también de forma yacente, sobre un gran lecho instalado ante el altar mayor de la Basílica. Tanto para sus salidas procesionales, como para su estancia en el camarín de la iglesia, esta imagen es atendida y ornamentada por las denominadas camareras de la Virgen, institución establecida en Santa María desde muy antiguo -al menos desde el siglo XVIII- y formada por un conjunto de señoras de la población. Estas camareras, cuyo cargo es, generalmente, hereditario, se ocupan de vestir y desvestir la figura mariana, cuidar sus ornamentos, custodiar sus joyas, etc.
(fuente: www.alu.ua.es)
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