Juego en el equipo de
aquel Juan
En aquel tiempo no existía el
fútbol y se podía vivir. Tampoco existían los móviles celulares y también
se podía vivir.
En aquel tiempo cada día
atardecía y amanecía. Había aire y luz y agua y tierra. La Luna y el Sol se
repartían las tareas de lo alto de la casa donde vivíamos todos. Y donde
todos, también, nos íbamos muriendo.
En aquel tiempo ya se decía y
se sabía que existía la Tierra del Este a la que llamaba Asia, la
Tierra del Sur a la que se llamaba África y la Tierra del Oeste a la
que se llamaba Europa. Y existía también el Mar. El Mar, y la Tierra, claro.
En aquel tiempo, ni antes ni
después, y a orillas de un riachuelo desconocido para la inmensidad de estas
tres Tierras, apareció un hombre llamado Juan. Sin duda que pudo haber sido
otro hombre o mujer y en otro río del mundo. Pero fue ahí y entonces y se
llamaba Juan.
Todavía no se sabía que
hubiera una tierra llamada Qatar ni una tarea que hacer llamada fútbol.
En aquel tiempo y por aquel
lugar de las orillas de aquel riachuelo, aquel hombre regalaba agua a manos
llenas. Aquel hombre, llamado Juan, bautizaba.
Eso es, bautizaba. Y todavía
no existía el fútbol.
Por aquel tiempo existía la
religión, porque la religión ha existido siempre, en todos los Tiempos y en
todas las Tierras y en todos los Pueblos. El fútbol llegaría más tarde, mucho
más tarde. En realidad llegó ayer mismo. Y llegó a ser otra nueva religión.
Semejante a todas las religiones. Y llegó para quedarse. Y aquí está, en su
Santuario, ahora de Qatar y junto a todos los demás Santuarios.
En aquel tiempo, Juan
bautizaba. Humanizaba, mejor; porque bautizar no es otra cosa que humanizar. La
religión también 'humaniza a su modo', por su tendencia a la
des-humanización que es la divinización.
En aquellos tiempos de Juan
la religión de los suyos ya se había corrompido, deshumanizado. Era necesario
humanizarla y por eso se fue a las orillas de aquel riachuelo
humanizador. Allí y, tal vez, así, o no se sabe muy bien cómo, comenzó
una nueva humanización. Una humanización que se posicionó en la categoría más
inferior de las que por entonces competían.
Luego llegó, por aquel mismo
tiempo, otro hombre humanizador. Llegó desde el norte, con minúscula, que se
llamaba Galilea, y por las mismas orillas del mismo riachuelo. De este nuevo
humanizador tendremos que seguir hablando aquí y donde sea necesario, porque el
bautizador Juan sembró la semilla buena de la humanización. Y así, según el
parecer de un puñado serio de investigadores, comenzó la aventura de un
'curioso' equipo, grupo, fruto, asociación, colectivo, iglesia, casa,
comunidad, sínodo, agrupación, partido..., al que le encaja como anillo al dedo
la denominación 'HUMANIZAR'.
Por cierto y con
el andar de los tiempos, este equipo tampoco logró clasificarse para
un mundial como el actual de Qatar de la casi todopoderosa religión
llamada fútbol. Probablemente, esto de HUMANIZAR sea otra cosa.
A continuación se encuentran
los dos comentarios para el domingo 4 de diciembre de 2023.
Carmelo Bueno
Domingo 2º de Adviento A (04.12.2022): Mateo
3,1-12. Una vez más, escribo CONTIGO
“EL REINO DE DIOS ES JESÚS DE NAZARET”
Estamos ya en la segunda semana
del Adviento católico romano vaticano. El protagonista de esta segunda etapa de
la esperanza se llama Juan el Bautista o Bautizador, el hereje y blasfemo judío
del que se hizo buen amigo el otro judío y laico de Galilea llamado Jesús de
Nazaret. Y por estas razones, les fue como les fue al uno y al otro. No se
deben romper las tradiciones de la religión ni conculcar los dogmas de la
práctica religiosa. Quien la hace, la paga, se decía entre la gente.
El hecho de perdonar pecados
correspondía, en rigurosa exclusividad, a los sacerdotes del único Templo de
Jerusalén. Como ahora, y desde siglos y milenios, en la tradición católica el
hecho de consagrar pan y vino y perdonar pecados sólo les corresponde en
exclusividad absoluta a los sacerdotes (consultar Querida Amazonía número 88,
con el texto de la nota incluido). Los Dogmas y Tradiciones dentro de los
protocolos de las Religiones son intocables.
¿Intocables? Inamovibles, menos
para personas como aquel Juan el Bautizador por perdonar pecados del que nos
habla el Evangelista Mateo en su escrito (Mt 3,1-17). De este relato, la
autoridad de la liturgia romana desea que no se nos lea hoy al pueblo Mt
3,13-17. Tal vez en el próximo año 2023, en enero, en el día 8 precisamente, se
nos anunciará esta segunda parte de la preciosa narración que el Evangelista
unió y la tradición católica desunió o divorció.
Aquel judío hereje y blasfemo que
era Juan habla de Jesús de Nazaret de forma herética y blasfema y lo proclama
como ‘el Reino de Dios’: “Juan el Bautista proclamaba en el desierto a los
que por allá pasaban: convertíos, porque ha llegado el Reino de los Cielos” (Mt
3,1-2). Textualmente el Evangelista Mateo está afirmando, por boca de su Juan
el Bautista, que Jesús de Nazaret es este Reino de los Cielos que esperaba el
pueblo de Israel desde hacía tiempo, años y siglos. Como es de suponer, a este
Juan no le debió de creer o hacer caso más que tres o cuatro de sus amigos.
¿Quiénes frecuentaban el desierto para oírle?
Uno de esos amigos debió de ser
el propio Jesús de Nazaret, un galileo del norte del país que se atrevió a
tomarse en serio esa tarea de perdonar pecados sin ser sacerdote del Templo de
Jerusalén. Y además de perdonar estos pecados, este Jesús del Evangelista Mateo
se atrevió a enmendarle la plana a todo el proyecto de Moisés y de su Dios del
Sinaí y de los diez mandamientos. No en vano, el primer discurso de este Jesús
será en un monte y serán las palabras fundamentales de su vida y mensaje:
‘Dichosos, felices, bienaventurados…’ (Mt 5-7).
Hace poquito tiempo, en los
domingos del pasado octubre y noviembre, tuvimos la oportunidad de leernos la
tercera etapa del Camino de Jesús desde Galilea a Jerusalén que nos relató el
Evangelista Lucas. En un momento inolvidable de ese Camino (Lc 17,20-21)
comprendimos que ‘el Reino de Dios’ está en los adentros de cada ser humano. Y
ahora, Juan el Bautizador nos anuncia que ese Reino es el propio Jesús de
Nazaret. Ambos, Reino de Dios y Jesús están dentro de cada ser humano. Somos,
tú y yo, real y verdaderamente, templos y casas del Reino y del propio Jesús de
Nazaret. ¿Blasfemia o Evangelio? La Buena Noticia. Carmelo Bueno Heras
CINCO
MINUTOS de AIRES BÍBLICOS
. Si se puede
decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200 páginas?
. Si se puede
decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?
. Si se puede
decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?
Este ‘Cinco
minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría de tu saber
leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de tu saber
compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de los cinco
minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.
CICLISTA O MC DONALD
El
CEO de Euro Exim Bank Lld. hizo reflexionar a los economistas cuando dijo:
Un
ciclista es un desastre para la economía del país:
No
compra autos y no pide dinero prestado para comprar.
No
paga pólizas de seguros.
No
compra combustible.
No
paga para someter el auto a mantenimiento y reparación necesarios.
No
paga estacionamientos.
No
causa accidentes graves.
No
requiere autopistas de más carriles.
No
se vuelve obeso.
La
gente sana no es necesaria ni útil para la economía.
No
compran medicamentos.
No
van a los hospitales ni a los médicos.
No
agregan nada al PIB del país.
Por
el contrario,
Cada
nuevo punto de venta de Mc Donald crea, al menos,
30
puestos de trabajo,
hace
trabajar a 10 cardiólogos, 10 dentistas, 10 expertos dietólogos y
nutricionistas;
además,
por supuesto, de las personas que trabajan en el negocio propio.
Elige
cuidadosamente: ¿Ciclista o Mc Donald?
Vale
la pena pensarlo,
PD:
Caminar
es aún peor.
Los
peatones ni siquiera compran una bicicleta.
Sanjay
Thakar
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