Votantes soñadores
En la casa común de Europa
andamos este fin de semana de elecciones democráticas. Votar es siempre un
motivo importante para reflexionar sobre los asuntos que llevamos entre manos,
aunque tengamos la impresión de que la fuerza o poder de un voto es poca cosa.
Todo cuanto tenga que ver con la libertad de cada persona nunca será poca cosa.
Puestos en plan de votantes
soñadores, tal vez pueda salir de este ejercicio democrático una luz para ver
el amanecer de la paz en tierras de Ucrania y de Rusia, en tierras de Palestina
y de Israel, en tierras de África... en cualquier tierra en la que se
encuentren armas que solo sirven para matarnos entre los humanos.
Puestos en plan de votantes
soñadores, tal vez pueda salir de este ejercicio democrático una luz que ilumine
la convivencia, la sana competencia, el encuentro de las personas que ejercitan
sus capacidades como debe de suceder en aquel deporte que forma parte de toda
cita olímpica e internacional.
Puestos en plan de votantes
soñadores, tal vez pueda salir de este ejercicio democrático una luz que
oriente toda manifestación cultural que hace a los humanos más y mejores
personas, más creativas, más esperanzadas, más sanas y, si fuera así, también
un poco más libres...
Votantes soñadores somos y
una vez más nos volvemos a encontrar en el camino que recorremos para
seguir asentando nuestras vidas sobre la roca firme del respeto y la
confianza...
Dicho ya lo que queda escrito
y no queriendo alargarme más, sólo me queda añadir la colección de las siete
siguientes advocaciones de María con su correspondiente jaculatoria:
127. Santísima Reina y Virgen de la Monjía
128. Santísima Reina y Virgen de la Novena
129. Santísima Reina y Virgen de la Paz
130. Santísima Reina y Virgen de la Piedad
131. Santísima Reina y Virgen de la Providencia
132. Santísima Reina y Virgen de la Roca
133. Santísima Reina y Virgen de la Salud
Mi jaculatoria: Que me devuelvan a la señora María.
Y añado también: Vive Jesús en nuestros corazones. Siempre.
A continuación se encuentran
los comentarios del Evangelio del domingo 9 de junio de 2024.
Carmelo Bueno Heras
Domingo 10º del Tiempo
Ordinario B (09.06.2024): Marcos 3,20-35. Respiro, vivo y sigo escribiendo
CONTIGO:
Religión y Evangelio, ¿dos caminos incompatibles?
A partir
de este domingo, en la decisión del vaticano ordenamiento litúrgico, se nos
prescribe la lectura continuada del Evangelio de Marcos por encontrarnos desde
el pasado Adviento en el Ciclo B. Desde ahora y hasta finales del mes de
noviembre tenemos la oportunidad de acompañar la narración de la EVANGELIZACIÓN
de Jesús en su Galilea natal. De esta Evangelización ya se nos leyó, y así lo
recordamos, el comienzo de esta única misión según esta primera biografía de
Jesús. Ya sabemos qué sucedió en esta tierra según se nos ha contado desde
Marcos 1,14 hasta 3,19.
Para este
segundo domingo del mes de junio se nos propone ‘la lectura EFICAZ’ de Marcos
3,20-35. Se trata de un relato precioso estructurado en tres momentos o
apartado o unidades:
La
primera es Mc 3,20-21: “Los parientes de Jesús decían de él que estaba fuera
de sí”.
La
segunda es Mc 3,22-30: “Los escribías decían de él que tenía un espíritu
inmundo”.
La
tercera es Mc 3,31-35: “Quien cumple la voluntad de Dios es mi hermano,
hermana y madre”.
Todo
esto, según la mano narradora de los hechos, sucede en CASA:
“Vuelve a casa otra vez, se aglomera la muchedumbre de modo que no podían
comer” (Mc 3,20). Y al final del relato nos sorprende, al menos a mí sí y
mucho, esta afirmación: “Mirando a su alrededor a quienes estaban sentados
en corro les dice: éstos son mi madre y mis hermanos” (Mc 3,34).
Según la
narración del relato, poco antes de estar Jesús de Nazaret en CASA se
encontraba en la SINAGOGA y en día de sábado (Marcos 3,1-6). Después de todo lo
que sucedió en esa sinagoga y en día de sábado leemos con evidente sorpresa lo
siguiente: “En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los
partidarios de Herodes contra Jesús para decidir cómo acabar con él”. Mi
capacidad lectora me dice que esta decisión es una de las razones que tienen
los parientes de Jesús para pensar que éste se estaba volviendo loco. El
‘espíritu de la sinagoga’ y el ‘espíritu de Jesús’ son dos espíritus contrapuestos,
enfrentados, irreconciliables.
Este
Jesús de Nazaret está llevando a cabo ‘su misión’ que no es otra cosa que
EVANGELIZAR en su propia tierra y a sus propias gentes, en su casa y en la
sinagoga, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, siempre.
Esta EVANGELIZACIÓN, esta Buena Noticia de Jesús es peligrosa para él y para
cuantos se relacionan directamente con él. Las gentes de la RELIGION del pueblo
de Jesús han decidido acabar con él. La autoridad religiosa institucionalizada
cree que aquel judío y laico Jesús de Nazaret es un blasfemo por estar poseído
por un espíritu inmundo.
RELIGIÓN
y EVANGELIZACIÓN han llegado a ser, con este hombre de carne y hueso, con su
palabra y con sus hechos, dos realidades incompatibles. Se trata de dos caminos
tan distintos como distantes. Y ante esta realidad, todo lector sensato, creo
en mis adentros, ¿no deberá también preguntarse por la fe de unos y de otros?
¿No deberá también preguntarse por el credo de los fariseos o por el credo de
Jesús? ¿No deberá también preguntarse por uno mismo?
Después
de leer esta narración del llamado Evangelio de Marcos y después de la
contemplación meditativa de nuestras neuronas, ¿no seguimos constatando en
nuestro HOY la presencia de estos dos caminos, el de la RELIGION y el del
EVANGELIO? Después de tantos años y siglos, ¿no tenemos la impresión de haber
depositado nuestras certezas y seguridades en los dogmas de la RELIGIÓN?
Evangelizar hoy, como en tiempos de Jesús, sigue siendo peligroso. Ciertamente.
Carmelo
Bueno Heras. Madrid, 9 de junio de 2024.
CINCO MINUTOS
semanales con el Evangelio de Marcos entre las manos para leerlo y
meditarlo completo y de forma ordenada, de principio a fin. Semana 28ª
(09.06.2024): Marcos 8,1-21.
La
LEVADURA de los fariseos era la OBEDIENCIA a la Ley
La
semana pasada comenté el primer signo o señal de la colección de cinco que el
relato de este Evangelio llamado de Marcos nos comparte para que sus lectores
de siempre tengamos elementos claros y precisos sobre la identidad y la misión
de su protagonista, Jesús de Nazaret, el laico de Galilea. Digo una vez más
‘laico’ en contraposición de ‘clérigo’, que nunca deseó ser.
Los
cinco signos agrupados en la narración de 7,31 hasta 8,26 son: el primero, la
curación del sordo-mudo (7,31-37), ya comentada; el segundo, la multiplicación
de panes y peces en la orilla occidental del lago-mar de Galilea y su travesía
a la orilla oriental (8,1-10); el tercero, el diálogo imposible entre los
fariseos y Jesús a propósito, precisamente, de los signos (8,11-13); el cuarto,
el también imposible diálogo de lxs seguidorxs y el propio Jesús a propósito de
la levadura y el pan mientras regresan en la barca de la orilla oriental a la
occidental del mar-lago de Galilea (8,14-21); y el quinto, la curación de un
ciego en la ciudad de Betsaida (8,22-26).
Me
detengo, y también te invito a hacerlo ahora, a comentar con el sentido crítico
que más nos pueda iluminar nuestra reflexión los signos que he identificado
como segundo, tercero y cuarto. Es decir, la nueva multiplicación de panes y
peces y la travesía del lago en un sentido, para encontrarse con los fariseos,
y el sentido contrario para evangelizar a quienes se identifican como sus
seguidores. En síntesis: comer y atravesar el mar-lago de Galilea.
¿No
es este el esquema de la espiritualidad de la religión de Israel: cena de
pascua en Egipto y paso a través del mar en dirección a la tierra de Canaán y
de la liberación? ¿Quién te enseñó, María Magdalena, tanta historia
socio-religiosa de tu pueblo? Seguramente que de esta liberación
política-nacionalista-religiosa se hablaba en vuestras sinagogas sábado tras
sábado. Aprendiste pronto y bien esta tradicional espiritualidad del Dios Yavé
de la pascua, el éxodo y la conquista. ¿Eran estos tus siete demonios, de los
que hablará Lucas en su relato (8,1-3)?
Lo
que acabo de expresar me ilumina el mensaje explícito que la persona que
escribió estas cosas coloca en labios de Jesús utilizando el poder denunciador
de una serie de parábolas-símbolos como son los ojos, los oídos, la levadura:
“Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de
Herodes… ¿por qué estáis hablando de que no tenéis panes… tenéis la mente
embotada… Aún no entendéis? (8,15-21).
Y
además de estos ‘ojos, oídos, levaduras, panes, cestos…’, símbolos provocadores
de entonces, podríamos añadir ahora al texto el símbolo de nuestras ‘neuronas’,
desconocida su existencia para ellos, pero reales y bien presentes en esa
anotación final que vuelvo a transcribir: “¿Aún no entendéis?”.
Alguien,
y no hace mucho, me destapó la existencia del verbo ‘neuronear’ para
identificar el trabajo de las neuronas cerebrales que despiertan, oran,
meditan, aman, denuncian, deciden, se sorprenden… cuando la persona ve, oye,
toca, come, habla, escucha… a su alrededor ¡con libertad! En este ejercicio de
‘neuronear’, ¿podría identificarse hoy la levadura de fariseos y herodianos
como la levadura de los Catecismos religiosos, políticos y económicos del
poder?
Carmelo Bueno Heras. Madrid, 4 de junio de 2017
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