jueves, 4 de julio de 2024

Santos del día 4 de julio

 

Santos del día 4 de julio
Quarto Nonas iulii
   Santa Isabel de Portugal, reina (2 coms.) - Memoria litúrgica   
Santa Isabel, reina de Portugal, admirable por su desvelo en conseguir que reyes enfrentados hiciesen las paces y por su caridad en favor de los pobres. Muerto su esposo, el rey Dionisio, abrazó la vida religiosa en el monasterio de monjas de la Tercera Orden de las Clarisas de Estremoz, en Portugal, que ella misma había fundado, y en el cual murió cuando se esforzaba por conseguir la reconciliación entre un hijo y un nieto suyos que estaban enfrentados. († 1336)
En África Proconsular, san Jocundiano, mártir. († s. inc.)
En Vatan, en la región de Bourges, en Aquitania, san Lauriano, mártir. († s. III/IV)
En Cahors, en Aquitania, san Florencio, obispo, alabado por san Paulino de Nola como hombre humilde de corazón, fuerte en la gracia y afable en la palabra. († s. V)
En Langres, en Aquitania también, san Valentín, presbítero y eremita. († c. s. V)
En Blangy, en la región de la Galia Atrebatense, santa Berta, abadesa, la cual, habiendo ingresado junto con sus hijas Gertrudis y Deotila en el monasterio que ella misma había fundado, pasados unos años se retiró a una celda donde vivió en completa clausura. († c. 725)
En Erissos, en la isla de Lesbos, tránsito de san Andrés de Creta, obispo de Gortinia, que con oraciones, himnos y cánticos de refinada composición alabó a Dios y exaltó a la Madre del Señor, la Virgen inmaculada y asunta a los cielos. († 740)
En Augsburgo, ciudad de Baviera, san Udalrico, obispo, ilustre por su admirable abstinencia, su generosidad y sus vigilias, que falleció nonagenario tras haber ejercido durante cincuenta años su ministerio episcopal. († 973)
En el monasterio de Hautecombe, junto al lago de Burget, en Saboya, inhumación del beato Bonifacio, obispo, que, de estirpe regia, se retiró primero a una Cartuja, y elevado después a la sede episcopal de Belley y finalmente a la de Canterbury, en ambos lugares se entregó asiduamente al cuidado de su grey. († 1270)
En Florencia, ciudad de la Toscana, beato Juan de Vespignano. († s. XIII/ XIV)
En Dorchester, en Inglaterra, beatos mártires Juan, presbítero, apellidado Cornelio y admitido poco antes en la Compañia de Jesús, y los seglares que con él colaboraban, Tomás Bosgrave, Juan Carey y Patricio Salmon, todos los cuales, en tiempo de la reina Isabel I, glorificaron juntos a Cristo con el martirio. († 1594)
En York, también en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Andleby, presbítero, y Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp, seglares, que durante la misma persecución fueron condenados a la pena capital por su fidelidad a la Iglesia católica y, tras pasar por crueles suplicios, volaron al Cielo, donde recibieron el premio eterno. († 1597)
En Edo (Tokio), beato Pedro Kibe Kasui, presbítero de la Compañía de Jesús, mártir. († 1639)
En la región de los hurones, entonces en territorio de Canadá, san Antonio Daniel, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, tras haber celebrado la Misa, y cuando estaba en la puerta de la iglesia protegiendo a sus neófitos del ataque de unos paganos, fue asaeteado y finalmente arrojado al fuego. Su memoria y la de sus compañeros mártires se celebra el diecinueve de octubre. († 1648)
En Mauriac, en Francia, beata Catalina Jarrige, virgen, de la Tercera Orden de Santo Domingo, insigne por su entrega a los pobres y a los enfermos, que durante la Revolución Francesa defendió a los sacerdotes perseguidos, a quienes ayudaba y visitaba en la cárcel. († 1836)
En la ciudad de Hengyang, en la provincia de Hunam, en China, san Cesidio Giacomantonio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que en la persecución llevada a cabo por los seguidores del movimiento Yihetuan, al intentar proteger el Santísimo Sacramento de las turbas incontroladas, murió tras ser apedreado y quemado vivo, envuelto con un lienzo empapado en petróleo. († 1900)
En Turín, ciudad de Italia, beato Pedro Jorge Frassati, joven militante en varias asociaciones de seglares católicos y gran deportista, que se entregó alegremente y con toda su energía a las obras de caridad en favor de pobres y enfermos, hasta que, afectado por una parálisis fulminante, descansó en el Señor. († 1925)
En Cuenca, España, beato Pedro Romero Espejo, sacerdote de la congregación del Santísimo Redentor y mártir en la cruel persecución que acompañó a la Guerra Civil española. († 1938)
En el campo de exterminio de Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato José Kowalski, mártir, que en tiempo de guerra fue encarcelado por su fe en Cristo y, después de atroces tormentos, consumó el martirio en aquel lugar. († 1942)
En Ronco, Brescia, Italia, beata Lucía de la Inmaculada, religiosa profesa del Instituto de las Siervas de la Caridad, que, diagnosticada de una grave enfermedad, ofreció a Dios su sufrimiento como expiación por los enfermos que atendía en el hospital. († 1954)
En Santa Marinella, Italia, beata María Crucificada Curcio, virgen y fundadora de la congregación de las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús. († 1957)

04 de julio: Nuestra Señora Refugio de los Pecadores

 

04 de julio: Nuestra Señora Refugio de los Pecadores

En 1709 el Beato jesuita Baldinucci llamó N. S. Refugio de los Pecadores a una copia de N. S. de la Encina de Prato, la que utilizó en sus misiones. Esta imagen esta actualmente en el santuario de Frascati.

Esta es una de las advocaciones más veneradas de la Santísima Virgen, como Abogada, Auxiliadora y Mediadora ante Cristo Nuestro Señor, cuya fiesta se celebra el 4 de julio, pues fue un 4 de julio de 1719 cuando fue coronada con ese nombre.

El Papa Clemente XI, Sumo Pontífice en los primeros 21 años del siglo XVIII (de 1700 a 1721), fue quien le concedió la coronación pontificia bajo ese título: Nuestra Señora del Refugio de Pecadores. Eran aquellos tiempos de los errores cismáticos de los jansenistas que tanto enfriaron la piedad y devoción de los fieles, y tiempos también de grandes pestes que dejaron muchas muertes en Europa; más en Italia y Francia.


ORIGENES DE LA ADVOCACION

La advocación de Nuestra Señora María Santísima del Refugio de Pecadores, proviene de Italia.

Hacia el año de 1709 el Beato jesuita Antonio Baldinucci sacó una copia de una imagen de Nuestra Señora de la Encina que se veneraba en Poggio Prato, Italia, cerca de Monte Pulciano. Esta santa imagen se llamó de Nuestra Señora del Refugio de los pecadores.

El Beato Antonio Baldinucci, en su celo por la conversión de los pecadores, quiso llevar consigo a Nuestra Señora del Refugio, y así la llamaba a través de sus correrías misioneras.

Hoy, esa primera copia de Nuestra Señora Refugio de Pecadores, se conserva y venera en la ciudad de Frascati, al Sureste de Roma, camino a Nápoles, cuyo santuario es muy reconocido como centro de peregrinaciones.

En ese mismo siglo XVIII, allá por el año 1750, los misioneros jesuitas de la Compañía de Jesús, a ejemplo del Beato Antonio Baldinucci, llevaron varias copias de esa imagen y la dieron a conocer en las misiones que predicaban y en los propios templos a su cuidado. El hecho es que muchos niños y niñas mexicanos, llevan por nombre bautismal el de José o María del Refugio: «Cuco» o «Cuquita», como se les dice con cariño familiar, se debe al arraigo de la devoción a la Santísima Virgen, Refugio de Pecadores.


LA IMAGEN

Esta advocación de la Santísima Virgen ha infundido un gran fervor en el pueblo cristiano ocasionando la conversión de muchos pecadores. Es la razón de llamarla “Refugio de los pecadores”.

Se trata de un bajo relieve encontrado en un pajar y colocado en el hueco de un árbol de un bosque cercano al monte Pulciano.

El padre Baldinucci buscaba una imagen mariana “que fuera su compañera, guía y maestra en las misiones” que consiguiera reformar las costumbres, suscitara la devoción y atrajera los favores de María sobre sus devotos.

La Virgen del Refugio se representa sentada y con el Niño de pie sobre su regazo es una Virgen llena de ternura que inclina su rostro hacia su hijo. Las sienes de María al igual que las de su Hijo se coronan con una diadema real engastada en pedrería. Sus vestimentas consisten en una túnica rosada y un manto azul además del paño de color avellana que le rodea el cuello y le cruza el pecho. El Niño Jesús por su parte, viste un ligero “paño de pudor” o una túnica larga de tela translúcida y vaporosa. Entrelaza sus manos con las de María que lo sostiene y así puede posar sus pies sobre ella o encima de un banco de nubes. Algunos ramilletes o guías florales trazan un arco festivo y ocupan la parte superior de las imágenes.

Tanto en vida del Padre Baldenucci como después de su muerte, la del Refugio fue una imagen de misión en tierra de relajados o gentiles y de vocación peregrina, esas propiedades las conservó en el mundo americano sobre todo en algunas regiones como Zacatecas, el Bajío y Puebla donde es de notar que más de setenta nichos esquineros fueron erigidos durante las últimas décadas del siglo XVIII.

Su devoción llegó hasta la Alta California y por el sur hasta Guatemala. En 1719 llegó a la Nueva España la primera estampa traída por el jesuita Juan José Giuca, quien había presenciado la coronación pontificia en Frascati.

Un poco más tarde, procedente de Italia, arribó la primera imagen pintada. La imagen fue coronada por manos del Cardenal Albani merced a una concesión del Papa Clemente XI, el 4 de julio de 1717 y se conserva actualmente en Frascati.

En el mismo siglo XVIII (1719) llegaron a México varias copias de esa imagen que influyeron en las labores apostólicas de los misioneros para la conversión de innumerables pecadores, al parecer en la misma fecha de la coronación se fijó su advocación que coincide con una de las advocaciones de la Letanía Lauretana: Refugium Peccatorum.


RASGOS TÍPICOS DE ESTA ADVOCACIÓN

Desde los inicios de la devoción propalada por el Beato Antonio Baldinucci, se hablaba ya del rasgo peculiar que distinguía a Nuestra Señora en la advocación «del Refugio», por la que por su intercesión y mediación ante el Único Mediador, Jesucristo Nuestro Señor, se constituía en seguro refugio de nuestro peregrinar en este mundo, con todos sus peligros, angustias y luchas.

Así se le conoció desde el inicio. Y, además, muy especialmente, como refugio para alcanzar la gracia de la conversión de los pecadores, muchos de ellos empedernidos, que buscaron su arrepentimiento y refugio en Nuestra Señora durante el proceso de su conversión. Tal devoción ha despertado siempre gran fervor en sus santuarios, donde se consignan milagros y conversiones espirituales significativas.

Su Santidad Juan Pablo II, con su fervor mariano, insistió, en su homilía dictada en el Santuario de Nuestra Señora de Zapopan (30 enero de 1979), en la función de esos templos como «lugares de conversión, de penitencia y de reconciliación con Dios». Y él seguramente bien conocía el Santuario de Nuestra Señora del Refugio allá en Frascati, cerca de Roma, cuando afirmaba: «Ella (en esta especial advocación, podríamos decir), despierta en nosotros la esperanza de la enmienda y de la perseverancia en el bien». Y Más aún, cuando insiste: «Ella nos permite superar las múltiples estructuras de pecado en las que está envuelta nuestra vida personal, familiar y social».

Con la exhortación Papal se corrobora y fortalece la devoción a Nuestra Señora Refugio de Pecadores, que la Iglesia conmemora el 4 de julio de cada año.


EN MÉXICO

Esta advocación pasó al continente americano por los Jesuitas que la promovieron por la Nueva España.

Una imagen llegó a la ciudad de Puebla y “Hallándose presente en Frascati a la dicha solemnidad de la coronación de la imagen, el Padre Juan José Giuca de nuestra Compañía, y habiendo venido a esta misión a esta provincia el año de 1719, TRAJO LA PRIMERA ESTAMPA, y dio la primera noticia de la gran Reina y Señora del Refugio; y habiéndose dedicado al apostólico ministerio de misionar por varios lugares, especialmente del obispado de Puebla, publicando en ellos las maravillas de Nuestra Señora, hubo tal conmoción en todas partes, que para fomentar el amor y la devoción para la Señora del Refugio, se imprimieron en varias láminas, mas de cuatrocientas mil estampas, que en breve se expendieron porque de todas partes las pedían”

El Padre jesuita Juan Antonio de Oviedo en su libro Zodiaco Mariano (México-1750), dice que “En el año de 1744 hallándose en Puebla el R. P. Fr. José María Guadalupe y Alcibia predicador apostólico del Colegio de Propaganda Fide de Zacatecas, negoció y llevo consigo una copia de dicha soberana Imagen, y en carta fechada en Zacatecas el 25 de mayo de 1746, escrita por el P. Juan José Giuca, que fue quien le dio la imagen”, en esta carta dice que por espacio de nueve meses que estuvo misionando, fue tanta la devoción que en procesiones se contaron hasta catorce mil antorchas, y “Después de acabadas las misiones, se colocó la dicha sagrada Imagen en el altar mayor de la Iglesia de dicho Colegio, hallándose rodeada de votos de plata, cuerpos, pies, cabezas, que la devoción de los fieles le prestaban en reconocimiento de los beneficios recibidos”.

Las Misiones del Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Guadalupe tenía como patrona a Nuestra Señora de los Dolores. Esta advocación también la tenía el Colegio de la Santa Cruz de Querétaro, y al llegar esta imagen del Refugio al Colegio de Guadalupe, optaron por nombrar a Nuestra Señora del Refugio de Pecadores por patrona de las Misiones, que la propagaron por todo el norte de México.

En 1844 los franciscanos del Colegio de Guadalupe celebraron la llegada de la Imagen del Refugio, y los cien años también celebraron el grato acontecimiento.

Y por ultimo en el año de 1994, se restauró la imagen que hoy se encuentra en un crucero del Convento de Guadalupe y se celebraron los 250 años de la llegada de dicha imagen.

Para el 1854 los franciscanos publicaron un devocionario titulado “Aljaba Apostólica – Guadalupana, que contiene Las canciones y saetas reducidas a lo preciso para utilidad de los misioneros, la preparación para predicar y las bendiciones comunes. Por un religioso del Apostólico Colegio de Ntra. Señora de Guadalupe de Zacatecas”. En este libro se encuentra el “Devocionario de Nuestra Señora del Refugio, esto es, novena, día cuarto y sábado Mariano. Que dedica a la misma Señora un Religioso del Colegio de nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas.

En el año de 1874 el presbítero José Francisco Sotomayor dedica un capitulo a la historia de esta imagen en su libro “Historia del Apostólico Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas”.

Y para el año de 1885 se publico “El devoto de María Santísima del Refugio de Pecadores” devocionario por F. J. Trinidad Macias.

El 7 de noviembre de 1908 se publicó una estampa del Beato Antonio Baldinucci portando la imagen de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores. Así mismo se hizo un retrato al óleo del Beato que se encuentra en la sacristía de la Catedral de Zacatecas.

Un año después el P. Fr. Ángel de los Dolores Tiscareño publicó un gran libro en los talleres de Nazario Espinosa titulada “Nuestra Señora del Refugio patrona de las Misiones del Colegio Apostólico de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas”.

También se publicó los “Estatutos de la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio. Erigida canónicamente en toda la Diócesis de Zacatecas.

La devoción a Nuestra Señora del Refugio esta muy extendida en la diócesis de Zacatecas, y varios templos y parroquias tienen como patrona a la Virgen del Refugio, que celebran su fiesta el 4 de julio.

(fuente: forosdelavirgen.org)

martes, 2 de julio de 2024

Santos del día 3 de julio

 

Santos del día 3 de julio
Quinto Nonas iulii
   Santo Tomás, apóstol (2 coms.) - Fiesta litúrgica   
Fiesta de santo Tomás, apóstol, quien, al anunciarle los otros discípulos que Jesús había resucitado, no lo creyó, pero cuando Jesús le mostró su costado traspasado por la lanza y le dijo que pusiera su mano en él, exclamó: «Señor mío y Dios mío». Y con esta fe que experimentó es tradición que llevó la palabra del Evangelio a los pueblos de la India. († s. I)
En Laodicea, en Siria, conmemoración de san Anatolio, obispo, que dejó numerosos escritos dignos de admiración, no solo para las personas de fe, sino también para los filósofos. († s. III)
En Bizia, ciudad de Tracia, san Memnón, centurión y mártir, que, convertido a la fe en tiempos de Diocleciano y Maximiano por san Severo, juntamente con éste fue sometido a crueles tormentos, y victorioso entró en primer lugar en el cielo. († c. s. III)
En Mesia, conmemoración de los santos Marcos y Muciano, mártires, que fueron decapitados por negarse a inmolar a los ídolos y por confesar todavía más valientemente a Cristo. († c. s. IV)
En Altino, en la región de Venecia, san Heliodoro, obispo, que tuvo como maestro a san Valeriano de Aquilea, como compañeros a los santos Cromacio y Jerónimo, y fue el primer obispo de esta ciudad. († s. IV/V)
En Constantinopla, san Anatolio, obispo, que profesó la fe ortodoxa sobre las dos naturalezas de Cristo expresada por el papa san León en el tomus que envió a Flaviano, y cuyo contenido se preocupó de hacer llegar al concilio de Calcedonia. († 458)
En Roma, en la basílica de San Pedro, san León II, papa, conocedor tanto de la lengua griega como de la latina, amante de la pobreza y de los pobres, que acogió las decisiones del Tercer Concilio de Constantinopla. († 683)
En Toulouse, junto al río Garona, en Francia, san Raimundo Gayrard, maestro de escuela, que, al quedar viudo, consagró su vida a hacer obras de caridad, fundó para un hospital y, finalmente, fue admitido entre los canónigos de la basílica de San Saturnino. († 1118)
En la ciudad de Hung Yên, en Tonquín, san José Nguyên Dình Uyên, catequista y mártir, que, encarcelado en tiempo del emperador Minh Mang por quienes odiaban la fe cristiana, murió en prisión. († 1838)
En la ciudad de Vinh Long, en Cochinchina, san Felipe Phan Van Minh, presbítero y mártir, decapitado, en tiempo del emperador Tu Duc, por confesar a Cristo. († 1853)
En Fuencarral, pueblo cercano a Madrid, en España, beata María Ana Mogas Fontcuberta, virgen, fundadora del Instituto Franciscano de Hermanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, para la educación de las niñas y el cuidado de pobres y enfermos. († 1886)
En una región pantanosa junto a Dongyangtai, pueblo cercano a Shenxian, en la provincia china de Hebei, santos hermanos Pedro Zhao Mingzhen y Juan Bautista Zhao Mingxi, mártires, que, en la persecución promovida por los seguidores del movimiento Yihetuan, olvidándose de sí mismos, fueron asesinados mientras se esforzaban para proteger a las mujeres y niños cristianos que huían. († 1900)