Política, Pasta y
Publicidad
Cada día atisbo con más
claridad el dato de la presencia que tiende a empapar la vida en nuestro
planeta y, comienza a ser realidad también, la vida fuera de nuestro
planeta.
Política, pasta y publicidad
es la triple expresión del único poder, del poder que deshumanizada, del
poder que se sirve de todo cuanto existe, del poder que es:
. mando, que es
decisión, autoridad, competencia, que es ser el primero, el mejor y, a ser posible,
el único.
. dinero, que se tiene
'contante y sonante' y a buen recaudo, que se almacena, que se invierte,
que se amasa, que se asegura.... ¡en paraísos!
. presencia, que es
ostentación, imagen, prestigio, lujo, propaganda...
¿Siempre fue así en la historia
de los humanos? Creo que sí. Lo llevamos inscrito en no sé qué componente de
nuestras neuronas. Nos importa más, a unos y a otros, 'el servirse' que
el 'servir'.
Digo todo esto porque
me he leído una vez más esa narración del Evangelista Marcos que nos habla
de la misión evangelizadora que llevó a cabo aquel judío de los comienzos del
siglo primero llamado Jesús de Nazaret. Y esta evangelización, parece ser, no
era otra cosa que ser consciente de la presencia deshumanizadora del poder
del espíritu inmundo. ¿Quién era ese tal espíritu inmundo? El poder.
Y de ese mismo 'poder'
nos hemos atrevido los humanos creyentes a revestir a la madre del propio
Jesús, María de Nazaret.
Por esta razón, tan
primera y elemental, decido continuar el rosario mariano con las siete
nuevas advocaciones de María con su correspondiente
jaculatoria. Ya me va quedando menos camino para llegar a la última de tales
advocaciones, la 366:
162. Reina y Madre Virgen del Rescate
163. Reina y Madre Virgen Quitapesares
164. Reina y Madre Virgen de Europa
165. Reina y Madre Virgen de Coromoto
166. Reina y Madre Virgen del Cobre
167. Reina y Madre Virgen Morena
168. Reina y Madre Virgen del Encinar.
. Mi jaculatoria: Que me devuelvan a la señora María.
Y también esta otra:
Vive Jesús en nuestros corazones. Siempre.
Y nada más para este nuevo
domingo del 14 de julio de 2024.
A continuación se encuentra,
primero, el comentario del Evangelio propuesto desde el ámbito vaticano para
las Eucaristías.
Y, en segundo lugar, el
comentario del relato que nos correspondería proclamar si se leyera
ordenadamente este Evangelio a lo largo de los cincuenta y dos domingos del año
eclesiástico católico.
Carmelo Bueno Heras
Domingo 15º del TO
Ciclo B (14.07.2024): Marcos 6,7-13. Respiro, vivo y sigo escribiendo
CONTIGO:
Aprender a liberar del mal que nos deshumaniza…
Leo el relato
del Evangelio de Marcos que se nos propone por la iglesia católica para nuestra
reflexión en este domingo del día 14 de julio. Leo y transcribo aquí el
comienzo y casi el final: “Llama [Jesús] a los doce y los envió de
dos en dos con poder sobre los espíritus inmundos… Yéndose de allí [los
doce] predicaron que se convirtieran…” (Marcos 6,7-13). Sobre
esto es lo que deseo compartir contigo, lector interesado y crítico, en este
comentario.
Punto
uno: Jesús llama.
Puntos
dos: Llama a los doce.
Punto tres:
Los doce son enviados de dos en dos.
Punto
cuatro: Los doce tienen poder contra los espíritus inmundos.
Punto
cinco: Los doce predican la conversión de los espíritus inmundos.
De todas
estas cosas volverá a hablar el -o la- Evangelista un poquito más adelante, en Marcos
6,30-44. Pero de esto, hablaremos en otro domingo. Ahora, volvemos despacio
la mirada y la mente sobre esos cinco puntitos que no tienen desperdicio, para
mí que escribo ahora.
En una
primera lectura de este relato uno tiene la impresión de estar contemplando un
hecho que sucedió tal cual, tal vez, en los días de la vida del judío laico de
Galilea que era Jesús de Nazaret. Si alguien se empecina en comprenderlo así,
que abandone ahora la lectura de este comentario. Si decidiste seguir leyendo,
te considero bienvenido al grupo de los creyentes pensantes. Nadie sabe qué
sucedió, real y verdaderamente, en los días y años de la vida, palabras y
hechos, de este hombre lúcido del norte del país de los judíos. Lo que se nos
cuenta en este relato es obra y tarea del narrador, de un lúcido narrador.
Inteligente creyente.
Jesús
llamó a doce. Precisamente a doce. Doce fueron las tribus, se contaba en la
historia de este pueblo judío. Doce era la manera de hablar de todo ese pueblo.
Doce, según el Evangelista, fue la manera de hablar de todos los seguidores de
Jesús de Nazaret. Tú y yo formamos parte de este conjunto de seguidores y
sabrás con exactitud cuándo y cómo escuchaste esa llamada del propio judío y
laico de Galilea. Personalmente, nunca escuché esta llamada, aunque me la haya
imaginado cientos de veces. Podríamos seguir hablando de todo esto que es más
importante de lo que parece a primera vista.
En el
puntito tres del programa de este comentario digo que ‘los doce fueron enviados
de dos en dos’. Si fueron llamados sólo doce, fueron enviados solo seis
parejas. Y ahí no estaban ninguno de los seguidores de Jesús de los años
noventa o mil novecientos noventa o los de este año 2024. Tú que lees y yo que
escribo somos dos. Y los dos nos consideramos seguidores de Jesús y enviados
por él para… predicar frente a los espíritus inmundos. Jesús predicó en las
sinagogas y en el templo de Jerusalén. Ellos eran esos espíritus inmundos. Es
decir, espíritus inhumanos y deshumanizadores. Y actualmente -y siempre en la
historia humana desde antes de ‘Atapuerca’ hasta el asteroide 527- hay, hubo y
habrá inhumanos y deshumanizadores.
Esta
tarea humana y humanizadora es la que realizó, entre muchas otras gentes, aquel
Jesús de su época. Y esta es la tarea que encomendó a sus seguidores. Él
llamaba ‘pescar hombres’ (léase cien veces Marcos 1,16-28, por ejemplo). Pescar
hombres es liberar a las personas del mal inhumano que deshumaniza. Y esta
tarea, al parecer, habría que realizarla de dos en dos. Al menos en pareja. De
dos en dos. El reto es humanizar de dos en dos. Al menos de dos en dos, como tú
y yo ahora. Un abrazo inmenso. Carmelo Bueno Heras. Madrid, 14.07.2024
CINCO MINUTOS
semanales con el Evangelio de Marcos entre las manos para leerlo y
meditarlo completo y de forma ordenada, de principio a fin. Semana 33ª
(14.07.2024): Marcos 9,30-37
¿Camino de Santiago? El
camino de aprender a ser ‘el menor’.
Creo
no equivocarme demasiado si digo que la inmensa mayoría de las ediciones de la
Biblia o del Evangelio de Marcos colocan antes del versículo 9,30 una expresión
en negrita que nada tiene que ver con el relato original que escribió el autor
todo seguidito y sin títulos de ningún tipo. Esta expresión suele decir más o
menos esto: ‘Segundo anuncio de la Pasión’. Y si se habla de un ‘segundo
anuncio’ será porque ya hubo un primero (Marcos 8,31) y es muy posible que pudiera
haber un ‘tercer anuncio’, como así ocurre en 10,32.
Estos
tres anuncios marcan el comienzo de las tres etapas del Camino que recorren
Jesús de Nazaret y cuantos le acompañan desde la región norteña de Galilea
hasta la ciudad y capital de Jerusalén en Judea. Ya dije en anteriores
comentarios que se trata de un Camino real, físico, material. Un Camino que
viene a coincidir con el llamado, por aquellos años del siglo primero, ‘Camino
de los galileos’.
Pero
es, a la vez y creo que más importante, un Camino simbólico. Es decir, que esta
imagen del ‘camino’ nos evoca y actualiza, siempre que se lee, otra realidad.
En este caso, esta realidad es el seguimiento de Jesús, su acompañamiento, el
estar con él, el permanecer a su lado, el vivir como él, ¿el parecerse? Algo de
todo esto… Esta cuestión se asemeja a la realidad escolar donde ‘se aprende a
enseñar’ y ‘se enseña a aprender’. O si se desea, es como la cotidianidad
familiar en la que se viven y ensayan maneras rutinarias y nuevas de
relacionarse adultos y niños y todos en crecimiento constante. Juntos
aprendemos a ser personas y a convivir. Sin ningún género de dudas, esta tarea
de ‘seguir con’ es siempre apasionante.
Adentrándonos
ya en Marcos 9,30-37 copio esta lindeza de los recuerdos de la Evangelista
María Magdalena: “Iban caminando por Galilea. Él no quería que se supiera,
porque iba enseñando a quienes le acompañaban…” (Marcos 9,30). ¿Qué
enseñaba en aquella curiosa experiencia de caminar codo con codo? En aquella
circunstancia de fuertes enfrentamientos, ¿pudo Jesús enseñar algo? Y ¿pudieron
aquellas personas enterarse de algo de lo de Jesús cuando andaban atentos a
otras cuestiones?: “Por el camino habían discutido entre sí quién era el
mayor” (Marcos 9,34)
¿Puedo
imaginar en sueños por un momento? Creo que fuiste tú, María Magdalena, quien
se atrevió a ir diciéndole a la oreja de Pedro y de cada uno de aquellos que se
empezaban a creer los NUEVOS DOCE que eras tú la más importante de todos por
haber sido la primera en acercarte a Jesús y haberte aceptado él como seguidora
(Mc 15,39 a 16,8). ¿Cuántas veces os acalorasteis en tal discusión durante
aquellas caminatas subiendo a Jerusalén para la pascua?
Y
después del sepultamiento de Jesús, ¿no volvisteis a hablar del poder de la
autoridad entre vosotros? ¿Os gustó el debate sobre la excelencia, los encantos
del poder, la fuerza de la obediencia, el máster y su magisterio? ¡Hablasteis
de hombres y mujeres y su conveniencia o no de presidir, pastorear, enseñar…
¡Imagino, incluso, que circulaban listas secretas de candidatos para ser los
primeros, los segundos, los terceros…! Y entre tanto, el aprendizaje del
servicio a los más vulnerables seguía vacío y en blanco… como casi siempre y
ahora también.
Carmelo
Bueno Heras. Madrid, 9 de julio de 2017.
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