sábado, 20 de julio de 2024

20 de julio: Nuestra Señora de Zocueca

 

20 de julio: Nuestra Señora de Zocueca

En la imagen de la Virgen de Zocueca, en el borde interior de la sandalia izquierda, existe la inscripción «Noirntoiai» (según Rus de la Puerta en 1634) o «Norntoniaiti» (según Marín Acuña en 1923) que parece ser son caracteres ibéricos con grafía latina. Sin embargo, la tradición popular lo traduce con el lema «Nunca os abandonaré». Esta inscripción hace suponer que la imagen databa de tiempos visigodos o romanos, aunque su factura más se asemeja al estilo gótico, según recientes estudios. El 5 de Agosto de 1954, y costeada por suscripción popular, se bendice la actual Imagen, notable obra del imaginero José María Alcacer, que logró plasmar una perfecta y fiel copia de la Imagen primitiva, que ardió en los tiempos de la Guerra Civil, sirviendo como leña para que unos milicianos hicieran una paella en el atrio de la Iglesia de la Encarnación (donde todavía se puede ver el lugar donde tuvo lugar la profanación). La talla es de pequeño tamaño, alrededor de 50 cm., y presenta la típica curvatura gótica, proveniente de las estatuas de marfil tan en boga en el periodo del arte gótico. Está catalogada como una de las Vírgenes Negras Europeas.


Cultos

NOVENA

Antes de la Romería se celebra una novena en honor de la Virgen de Zocueca.

PROCESIÓN DEL 20 DE JULIO

Esta fiesta tiene también una marcada dimensión religiosa al ser considerada la intercesión de la Virgen de Zocueca como decisiva en la victoria de las tropas españolas auxiliadas por el pueblo de Bailén. Hasta tal punto es así que Nuestra Señora de Zocueca fue nombrada en 1925, reinando Alfonso XIII, «Capitana Generala», luciendo en su pecho la banda y Gran Cruz de San Fernando que con motivo de tal gesta le fue concedida al general Castaños, a la vez que se tiene presente a los del bando derrotado con un sentido de amistad y hermandad entre naciones de un mismo enlomo cultural y económico. La autoridad local representada por el Alcalde, aprovecha la ocasión que le brinda las «Fiestas» para invitar a embajadores y representantes de otros países que tuvieron cierto protagonismo en la Batalla con el deseo de una sincera amistad y disfrutar de estas tiestas. Para conmemorar esto la Virgen sale en procesión en la tarde del 20 de julio.

FERIA EN HONOR A LA VIRGEN DE ZOCUECA

Esta tradición proviene del año 1681, con motivo del cólera que asoló al país y para que les librara de esta, los vecinos hicieron rogativas a la Virgen de Zocueca con el consiguiente voto solemne que consistía en una fiesta local y ayuno la víspera. Dicho voto fue realizado de rodillas y poniendo las manos sobre los Evangelios, empezando por el cabildo (corporación de alcalde y concejales), y a continuación los demás vecinos. El ayuno terminaría a las cinco de la tarde y a continuación se sacaría la imagen en procesión. En la actualidad la imagen de la Virgen sale en procesión en la tarde del día cinco de agosto sobre su paso de plata realizado por los Talleres Angulo de Lucena (Córdoba) acompañada de su Archicofradía.

ROMERÍA A ZOCUECA

En la que los bailenenses acompañan a su Patrona hasta su Santuario en la aldea de Zocueca (Nuevas Poblaciones del Rumblar). Se establece aquí una de las particularidades de esta ROMERÍA es que se celebra fuera del término municipal de Bailen, concretamente en el de Guarromán, lo que lleva consigo que al llegar el cortejo al lugar denominado «El Ventorrillo», el alcalde de Guarromán haga entrega al de Bailen de la vara de mando municipal como señal de buena hermandad entre ambos pueblos. Durante el tiempo que dure la romería el alcalde de Bailen, de forma simbólica, lo será también de Zocueca.

El origen de la romería data de finales del s. XIX cuando los hortelanos de San Vicente en acción de gracias por haber visto salvadas sus huertas de una plaga de langostas, procesionaron a la Patrona desde la Iglesia de la Encamación en Bailen hasta su Santuario en Zocueca, distantes siete kilómetros entre si. Último Domingo de Septiembre.


Ajuar

Cuenta la Virgen con un amplio ajuar formado por cinco ricos bordados entre los que destaca el manto rojo, regalo de Isabel II, y el blanco, regalo del Duque de Bailén, ambos de terciopelo bordados en oro de realce.

(fuente: www.rafaes.com)

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