sábado, 7 de septiembre de 2024

07 de septiembre: Nuestra Señora de la Salud de Algemesí

 

07 de septiembre: Nuestra Señora de la Salud de Algemesí

Corría el año 1247; salía a la huerta por la calle de la Berca (que entonces apenas sería un cuarto de larga que hoy), un vecino de este pueblo, y en el mismo sitio que hoy ocupa el pozo llamado de la Virgen de la Salud, en la citada calle, y que a la sazón era campo, había una morera antiquísima, corpulenta y hueca, y como observase que dentro de su tronco parece que veía la figura de una persona, acercóse y vio que era la imagen de Nuestra Señora, con la faz muy morena.

Dio inmediatamente parte a la autoridad civil y eclesiástica de lo que había visto, las que concurriendo al sitio indicado la trasladaron a la iglesia con solemne culto.

Algemesí es un municipio español de la provincia de Valencia, en la Comunidad Valenciana, perteneciente a la comarca de la Ribera Alta.

Los días 7 y 8 de septiembre, Algemesí celebra sus fiestas mayores en honor a su patrona, Nuestra Señora de la Salud. Esta festividad rememora el hallazgo de la imagen por un vecino de la población en 1247.

No medió ninguna aparición o mensajes de la Virgen de la Salud. Lo que sigue es una muestra de la forma en que una ciudad pequeña de España festeja las fiestas patronales.


La historia

Cuatro años habían transcurrido desde la toma de Alzira por el rey don Jaime I de Aragón; apenas libre Algemesí del yugo sarraceno un acontecimiento extraordinario, pero muy común en aquella época de renacimiento para el catolicismo, hubo aquí lugar. Y era que el cielo enviaba a los pueblos, por medios naturales o sobrenaturales, para servirles de faro y objeto de su culto, la imagen de aquella Señora a cuya intercesión debieran hoy su libertad, y para que en adelante la invocasen con los dulcísimos nombres de sus infinitos atributos.

Corría el año 1247; salía a la huerta por la calle de la Berca (que entonces apenas sería un cuarto de larga que hoy), un vecino de este pueblo, y en el mismo sitio que hoy ocupa el pozo llamado de la Virgen de la Salud, en la citada calle, y que a la sazón era campo, había una morera antiquísima, corpulenta y hueca, y como observase que dentro de su tronco parece que veía la figura de una persona, acercóse y vio que era la imagen de Nuestra Señora, con la faz muy morena. Dio inmediatamente parte a la autoridad civil y eclesiástica de lo que había visto, las que concurriendo al sitio indicado la trasladaron a la iglesia con solemne culto.

Reconocida su forma y estructura se ve que está sentada sobre un banco de madera muy pesada, de la misma que está construida la imagen, y que se dice ser de cedro; su tamaño es el de cerca de un metro, contando desde la base hasta la corona; sobre el muslo izquierdo tiene sentado al niño Jesús y la mano de este lado arrimada hacia él; en la derecha, a la manera de pluma de escribir, tiene cogido un lirio que se le puso después. Según los peritos en escultura, esta imagen debe ser antiquísima; unos dicen debe ser de las primeras que se esculpieron de María Santísima después de la muerte de esta Señora; otros que debe ser de antes de la invasión sarracena, ocurrida en el año de Nuestro Señor de 714.

Cuenta el libro de mosén (o monseñor) Curçà la piadosa tradición de que tres veces se la llevó a la villa de Alzira, y que otras tantas volvió a encontrarse en la afortunada morera, por lo que aquella población desistió de sus pretensiones. Con tal motivo, quedó Algemesí desde entonces en quieta posesión de su precioso hallazgo, pero sin dar invocación alguna a esta santa imagen, puesto que unos la llamaban la Madre de Dios y otros la Virgen de los Dolores. Finalmente tras ser echado a suertes por tres mosenes, que eran el citado Curçà, Frasquet y Dasir, que tres veces fueron los dados lanzados, y las tres venció mosén Dasir por quererla llamar Virgen de la Salud.

Domingo i Borrás, cronista de Algemesí, cuenta que ya en 1610 se celebraba una fiesta en la calle Berca, inmediata al lugar del hallazgo. Donde se alzó el árbol del hallazgo, se erigió una ermita, la “Capella”. Las raíces del árbol se secaron, y se enterraron a cierta distancia, delante de una casa. Allí brotó una fuente. Tanto la Capella como esta fuente juegan un papel importante en la procesión.

El tronco y brazos de la indicada morera fueron cortados y cuidadosamente conservados en esta iglesia, hasta que en los incendios que ésta sufrió en tiempo de la guerra de la Germania fueron también devorados por las llamas.

A lo largo del siglo XVII la imagen gana devoción. A mediados de siglo, al tallar las esculturas de la puerta principal de la Parroquia de San Jaime, Patrón del pueblo -hoy elevada a la categoría de Basílica-, se coloca la imagen de la Virgen de la Salud a la derecha del Apóstol.


LA FIESTA

Septiembre es sinónimo de Algemesí. Si no existiera el mes de septiembre se debería reinventar para situar la trilogía de procesiones dedicadas a la Virgen María de la Salud y la Semana Taurina. Son dos de las tradiciones más importantes que se han mantenido en la ciudad y que han otorgado en Algemesí ese papel líder en la cultura popular de los valencianos.

A finales de siglo la fiesta ya ha excedido a la calle Berca; los mayorales de ésta eran de todo el pueblo, no sólo de la calle festera. Y a principios del siglo XVIII, por un legado testamentario, se comienza a realizar misa cantada y procesión la víspera de la fiesta. En 1724 el historiador y sacerdote Blas Querol realiza una descripción de la fiesta, con los ingredientes clásicos: fuego de artificio, danzas, sermón, música sacra y procesión general y solemne. Todos estos elementos perviven.

El gran auge que toma la fiesta a partir del siglo XVII se debió sin duda al fenómeno de la expulsión de los moriscos. A principios del siglo XVII, se expulsa a los descendientes de los musulmanes que se habían quedado tras la conquista cristiana. Para evitar susceptibilidades, muchos cristianos, viejos y nuevos, se declaran devotos de la Virgen, con lo cual quedan borradas sospechas de morisquería. Este fenómeno es el que da la pauta del auge del culto a la Virgen de la Salud. Por otro lado, también es sabido que cuando la Contrarreforma se impulsa hasta sus límites en el Barroco, aparece la Virgen como elemento diferenciador importante entre católicos y protestantes. Se impulsa el culto a la Virgen a lo largo de todo el XVII. Este hecho se da, muy reveladoramente, en el culto a la Virgen de los Desamparados, en Valencia.

La Fiesta de la “Mare de Déu de la Salut” tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera, se centran los actos en torno a la Virgen y sus tres procesiones. Tienen lugar en los días 7 y 8 de septiembre, y es de marcado carácter religioso. Su objetivo es implorar la protección divina sobre los campos de arroz en particular, y sobre todo cultivo e industria en general. Hay que señalar que la Virgen de la Salud fue elevada a Patrona de Algemesí en 1756, con ocasión de unas rogativas para eliminar una plaga de langosta. El feliz resultado hizo de la Virgen abogada de los labradores.

De hecho, las fiestas son el mayor patrimonio de los algemesinencs. Cada 7 y 8 de septiembre las calles y las plazas de la ciudad son testigo vivo de la procesión de la Virgen María de la Salud. Un cortejo procesional que se ha convertido en un tesoro para los valencianos.

Las fiestas se distribuyen en el tiempo de la manera siguiente:

* La festividad comienza el día 7 con la Procesión de las Promesas.
* El día 8 se realiza la Processoneta del Matí (por la mañana) y la de Volta General (por la tarde).


PROCESIÓN DE LAS PROMESAS

La Virgen de la Salud se encuentra todo el año en una capilla espaciosa, situada al pie de la nave de la Basílica de San Jaime.

A las 18 horas del día 7, se baja a la imagen de su camarín y se la deposita sobre el altar de la capilla, para que los devotos le besen los pies.

A las 19 horas, se la traslada, en procesión claustral, por dentro de la Basílica, hasta el altar mayor de ésta. Es llevada por clérigos hijos de Algemesí, y seguida por los festeros. Se le canta su himno, y una vez instalada, sus Vísperas. Las mujeres de Algemesí le ofrecen nardos, que después adornarán el anda. Al acabar las Vísperas, el campanario toca el “Ave María” y a continuación emprende el “Repic de la Xirivía”. Este consiste en que suena sólo la campana más pequeña, y a ésta se incorporan las demás, hasta concluir en un volteo general.

Sobre las 22 horas -ya es noche cerrada- se van congregando en la plaza los participantes en la primera procesión, la “Processó de les Promesses” o Procesión de las Promesas. Se llama así porque es la elegida para efectuar las promesas o mortificaciones ofrecidas para aliviar penas o implorar favores a la Virgen. El hecho de ser nocturna ayuda al anonimato. Es casi la más informal -en términos relativos- de las tres procesiones.

Su objetivo es trasladar a la Virgen desde la Basílica a la Capella de la Troballa, donde ya hemos indicado que se alzaba la morera en cuyo tronco se encontró.

Cuando cesa el repique y el silencio que desciende del campanario anuncia que las puertas de la basílica se van a abrir, suenan las primeras notas de dulzaina y los bailes comienzan la primera de las procesiones, la de las promesas, en honor a la gran cantidad de vecinos que participan.

Delante van los Misterios y Martirios, deteniéndose en los portales y casas en que se les reclama. Detrás las Danzas: Muixeranga, Bastones, Carxofa, Arquets, Pastoretes y el Bolero.

Al pasar el Bolero, sale la Cruz Mayor, precedida por varios dulzaineros. Tras ella bailan “Els Tornejants”, que lo hacen delante del “Guió de la Mare de Déu”, estandarte con marco barroco de plata, a tramos sobredorada, y coronada por un San Jorge matando al Dragón. Dentro del marco hay un lienzo que representa a la Virgen de la Salud dentro de la Morera y flanqueada por ángeles.

Los “Tornejants” bailan uno a uno, luego dos a dos, y así hasta que bailan todos. Se consideran los caballeros de la Virgen. La Virgen es su Dama, y por tanto lidian como en un torneo medieval. Téngase en cuenta que San Jorge era el patrón de los caballeros valencianos. Es la única danza que baila en la zona religiosa de la Procesión, que es a partir de la Cruz.

La Muixeranga levanta sus torres, resuenan los golpes de los Bastonets, vuelan los pulcres vestidos de la Alcachofa, los Arquets y los Pastorets, suena el Bolero de las Llauradores mientras los majestuosos Tornejants redoblan sus pasos de guerreros.

La entrada de la Virgen tiene un ritual que se repite siempre, en todas sus entradas. La Muixeranga monta dos torres, a ambos lados de la puerta. Todas las danzas bailan al mismo tiempo, todos los dulzaineros tocan las melodías al mismo tiempo, y mientras la imagen entra, de cara a la calle llevada en alto por sus porteadores, los Tornejants saltan alternativamente sobre uno y otro pie, apuntando con sus varas a la Virgen.

Al entrar en la capella, se retira la imagen que suele presidir la iglesia y se coloca a la Virgen sobre el Altar Mayor. La Hermandad Sacerdotal, compuesta por todos los clérigos hijos de Algemesí celebra una misa. Comienza así la “Nit de Vela a la Mare de Déu”, en la que los fieles permanecen orando. Unos entran, otros se van. Toda la noche, la Capella permanece abierta y siempre hay un grupo más o menos grande de devotos. La Virgen no está sola en toda la noche.


LA PROCESSONETA DEL MATÍ

La mañana del 8 de septiembre, día de la patrona, se celebra la conocida como Processoneta del Matí, la cual ofrece una serie de matices y detalles únicos que la luz del día regala al visitante que contempla este tradicional espectáculo. Esta es la más breve, pero sin duda la más intensa y visitada de las procesiones. En los pocos metros que separa la Capilla del Hallazgo de la Basílica de Sant Jaume, todos los bailes se concentran a lo largo de la calle Berca y la plaza del Carbón.

Uno de los momentos culminantes de la fiesta es la entrada de la imagen de la Virgen María de la Salud en la Basílica de Sant Jaume. Con la fachada de la Basílica como telón de fondo, todos los bailes danzan al mismo tiempo, mientras los portadores de la imagen realizan un alegórico triple intento de entrada que culmina en un apoteósico final de aplausos multitudinario.

(fuente: forosdelavirgen.org)

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