lunes, 12 de mayo de 2025

Las grandes devociones de León XIV: de la iglesia sobre un lugar de infarto al milagro del Niño Dios 10052025

 

Las grandes devociones de León XIV: de la iglesia sobre un lugar de infarto al milagro del Niño Dios

El obispo Prevost presidiendo la fiesta de la cruz de Chalpón, en Motupe.

10.05.2025 | 07:33

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El nuevo Papa León XIV ha vivido durante más de dos décadas como misionero agustino y obispo en Perú, de hecho, cuando fue consagrado pastor de la ciudad de Chiclayo tuvo que adquirir la nacionalidad peruana. 

Una vinculación con este país sudamericano que también toca el aspecto de sus devociones. La cruz de Motupe y el milagro de Eten son dos de las devociones locales más fuertes de León XIV.

La cruz de Chalpón

A 90 km al norte de Chiclayo (Perú), en el distrito de Motupe, se ubica el Santuario de la Cruz de Chalpón: considerado uno de los principales lugares de peregrinación de todo el norte peruano, donde miles de católicos se reúnen para venerar la sagrada cruz. 

El santuario fue construido en 1943 en torno a una gruta en las faldas de un cerro. A 500 metros de altitud, sobre cactus y arbustos coloridos típicos de la región, se ha convertido en un excelente mirador para contemplar el valle.

El impresionante recorrido hasta llegar al hogar de la cruz de Chalpón.

El 5 de agosto es la fiesta grande y llegan peregrinos desde Lambayeque y de todo el país.

Cuenta la historia que en 1860, un religioso de la orden franciscana llamado Juan Agustín Abad, que llevaba una vida de penitencia, se había asentado en los parajes del cerro Chalpón.

Este fraile visitaba los poblados de Motupe y Olmos para celebrar misas, bautizar y predicar el Evangelio. Los fieles le facilitaban casa y alimentos durante sus visitas. El fraile había fabricado con sus propias manos tres cruces, que se ubicaban en tres cerros de la zona: Chalpón, Penachi y el Rajado.

El religioso dejó la localidad y se dirigió a la sierra, donde se contagió de la peste de uta -enfermedad de úlceras faciales- que asolaba aquella zona. Más tarde, se supo que el franciscano se había marchado a Lima, donde finalmente falleció en 1866.

Los motupeños se empeñaron entonces en buscar las cruces, hasta que hallaron una de ellas: la del cerro Chalpón, ubicado a 10 km de Motupe. El 5 de agosto de 1868, un poblador llamado José Anteparra encontró la reliquia incrustada sobre una gruta.

Se organizó una peregrinación y con los fondos recaudados se recubrió el rústico madero con anillos de oro y plata, y fue colocado sobre una base de metal. 

El padre Abad habría dejado dicho que la cruz debía permanecer en la cueva, y ser descendida y transportada para su culto en Motupe durante algunos días del año. En los primeros tiempos de este ritual, la cruz se bajaba mediante cuerdas y luego retornaba a su lugar de la misma manera.

La cruz de Motupe se saca en procesión para su fiesta, en agosto.

Durante la fiesta, los peregrinos se instalan en la plaza de Motupe para contemplar la procesión del sagrado madero y agradecer por los favores recibidos. Al día siguiente, la cruz regresa al templo y durante la noche el cielo es iluminado con fuegos artificiales y cohetes, mientras las bandas de música alegran el ambiente. 

El milagro eucarístico de Eten

Otra de las grandes devociones del nuevo Papa ha sido el milagro eucarístico de Eten, ocurrió en 1649 en la ciudad peruana de Puerto Eten. En la Hostia que había sido expuesta para la adoración pública apareció el Niño Jesús y tres corazones de color blanco que resplandecían y unidos entre sí. 

Cada año, la fiesta en su honor se comienza a celebrar el 12 de julio con el traslado de la imagen del Niño del Milagro de su Santuario al templo de la ciudad de Eten. Las fiestas se concluyen el 24 de julio. 

El futuro Papa presidiendo la misa en la ciudad de Puerto Eten.

La primera aparición del Divino Niño sucedió en la noche del 2 de junio de 1649, durante la oración de las vísperas y la exposición solemne en honor a la fiesta del Corpus Domini.

Concluida la ceremonia, el fraile franciscano Jèrome de Silva Manrique estaba reservando la Custodia en el tabernáculo cuando de pronto se detuvo. En la Hostia había aparecido un rostro resplandeciente de un Niño. Estaba rodeado de rizos castaños que caían sobre sus hombros

La segunda aparición se verificó algunos días después, el 22 de julio, durante los festejos en honor a Santa María Magdalena, Patrona de la ciudad. 

Imagen del Niño del milagro de Eten.

Según el testimonio de Fray Marco López, superior del convento de Chiclayo, durante la exposición del Santísimo Sacramento "el Divino Niño Jesús apareció nuevamente en la Hostia, vestido de una túnica de color morado. Debajo de ésta tenía una camisa que llegaba a la mitad del pecho, según la usanza de los indios". 

Durante esta aparición, que duró unos 15 minutos, muchos vieron que en la Hostia aparecían tres pequeños corazones blancos, unidos entre sí, simbolizando las tres Personas de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, presentes en la Hostia consagrada. Aún hoy, la fiesta en honor al Milagroso Niño de Eten continúa convocando cada año a miles de fieles.

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