Beata María Dominica Mantovani, virgen
y fundadora
fecha: 2 de febrero
n.: 1862 - †: 1934 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 27 abr 2003
hagiografía: Vaticano
n.: 1862 - †: 1934 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 27 abr 2003
hagiografía: Vaticano
En
Verona, también en Italia, beata María Dominica Mantovani, virgen, que junto
con el beato José Nascimbeni, presbítero, fundó el Instituto de Pequeñas
Hermanas de la Sagrada Familia, del cual fue primera superiora, para atender a
los pobres, huérfanos y enfermos, y llevó siempre una vida humilde por amor a
Cristo.
La
Sierva de Dios Madre María Domenica Mantovani, primogénita de cuatro hermanos,
era hija de Giovanni Battista Mantovani y de Prudenza Zamperini. Nació en
Castelletto di Brenzone, en la provincia de Verona (Italia), el 12 de noviembre
de 1862. Fue bautizada al día siguiente. Frecuentó con gran provecho la escuela
primaria, pero no pudo seguir estudiando debido a la pobreza de su familia. Su
inteligencia, voluntad y extraordinario sentido práctico suplieron su falta de
estudios. Desde la niñez manifestó ser muy propensa a la oración y a las cosas
de Dios. En la base de una sensibilidad religiosa y cristiana tan profunda y
tan llena de gracia, destinada a crecer e irradiar viva luz, se hallaba el
testimonio de sus padres y familiares, personas sencillas, trabajadoras,
honestas y ricas en fe.
El
catecismo fue la fuente privilegiada que proporcionó en gran medida la
formación cristiana a la Sierva de Dios. En efecto, el catecismo -junto con las
enseñanzas de la familia- sentó las sólidas bases sobre las que ella construiría
a lo largo de los años su personalidad humana y cristiana. La casa, la escuela
y la iglesia fueron los gimnasios que plasmaron, desde la niñez, su carácter y
que dieron una orientación precisa a toda su vida. Transcurrió toda la
juventud, hasta los treinta años, en el seno de su familia. Creció sana de
espíritu y de cuerpo y se distinguió siempre por su bondad, docilidad,
transparencia de vida y extraordinaria piedad. Ya de muchacha era apóstol de
sus coetáneas, a quienes educaba a la virtud con buenas lecturas y, sobre todo,
con el testimonio de su vida.
Cuando
tenía 15 años, entró en Castelletto el beato Giuseppe
Nascimbeni, primero como maestro y cooperador (1877-1885) y luego
como párroco (1885-1922). Desde entonces, él fue su firme y luminoso guía
espiritual y ella su generosa colaboradora en las múltiples actividades
parroquiales: era el alma de la juventud de todo el pueblo y era amada,
escuchada y estimada por todos sus conciudadanos. Se dedicaba con celo a la
enseñanza del catecismo a los niños y se prodigaba con caridad evangélica
visitando y asistiendo a los pobres y a los enfermos.
Inscrita
en la Pía Unión de las Hijas de María, observó siempre fielmente las prescripciones
del reglamento, convirtiéndose en el espejo y el modelo de sus compañeras, a
quienes, gracias a su gran ascendiente, lograba dar eficaces lecciones de vida.
Particularmente devota de María Inmaculada, el 8 de diciembre de 1886 emitió el
voto de virginidad perpetua en manos de Don Giuseppe Nascimbene, su director y
párroco. La devoción a María Inmaculada fue el respiro de su alma; la intimidad
con Cristo Jesús y la contemplación de la Sagrada Familia, la fuerza de su
vida.
Deseosa
de consagrarse al Señor, conoció el designio de Dios sobre ella a través del
beato Nascimbene, quien quiso que fuera su colaboradora en la fundación de la
Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia (6 de noviembre de 1892),
de la que fue así Cofundadora y primera Superiora general. La Sierva de Dios
prestó una singular ayuda, en las actividades parroquiales y en el gobierno del
Instituto, al beato Nascimbene, de quien fue siempre devotísima y cuyos
proyectos y deseos interpretó y llevó a la práctica con fidelidad.
Contribuyó
de manera esencial a la elaboración de las Constituciones, inspiradas en la
Regla de la Tercera Orden Regular de San Francisco, y a la formación de las
hermanas. Su colaboración, junto con su irreprensible testimonio de vida,
influyó de manera determinante en el desarrollo y la expansión del Instituto.
Su obra completó la del Fundador, imprimiendo en la espiritualidad de la
Familia religiosa las notas distintivas que marcarían su vida y su acción en la
Iglesia y en el mundo. La obra del Fundador y la de la Cofundadora se trenzaron
forjando a las primeras hermanas de acuerdo con el carisma recibido del
Espíritu Santo. La del beato era intensa, fuerte, enérgica; la de la Sierva de
Dios, escondida y delicada pero firme y sin desmayos, reforzada, además, con
elocuentes ejemplos y pacientes esperas.
En
los escritos de la Sierva de Dios emergen con nitidez sus cualidades de madre
amorosa y buena, de maestra sabia e inteligente, celosa y alguna vez exigente
con miras al auténtico bien. A la muerte del Fundador, ella, rica en virtudes y
llena de sabiduría y de prudencia, continuó guiando el Instituto con fortaleza
de ánimo, con gran confianza en Dios y con profundo sentido de responsabilidad,
deseosa de transmitir a sus hijas las enseñanzas del Fundador, a fin de que se
conservara y se viviera íntegramente el espíritu genuino de los orígenes. Antes
de morir tuvo el consuelo de lograr la aprobación definitiva de las
Constituciones y la aprobación ad septennium del Instituto, y de ver la obra
continuada por unas 1.200 hermanas dedicadas a toda suerte de actividades
apostólicas y caritativas en las 150 casas de la Congregación, en Italia y en
otros países. Cerró su luminosa jornada terrena el día 2 de febrero de 1934,
tras unos breves días de enfermedad. Fue beatificada el 27 de abril de 2003 por
SS Juan Pablo II.
fuente: Vaticano
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o última modificación relevante: ant 2012
Estas
biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una
fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia
completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor,
al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel)
y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=429
Beato Tshimangadzo Samuel Benedicto
Daswa, mártir
fecha: 2 de febrero
n.: 1946 - †: 1990
otras formas del nombre: Bakali
canonización: B: Francisco 13 sep 2015
hagiografía: Diócesis de Tzaneen
n.: 1946 - †: 1990
otras formas del nombre: Bakali
canonización: B: Francisco 13 sep 2015
hagiografía: Diócesis de Tzaneen
En
Mbahe, Limpopo, Sudafrica, beato Tshimangadzo Samuel Benedicto Daswa, mártir de
la fe al oponerse a las prácticas de brujería.
Benedicto Daswa fue brutalmente asesinado
el 2 de febrero de 1990, el día en que el presidente FW de Klerk anunciaba la
liberación de Nelson Mandela. Él conducía a casa y encontró el camino bloqueado
con piedras y troncos. Cuando se bajó a quitar el bloqueo, una lluvia de
piedras vino desde los arbustos. Corrió hasta una casa próxima, perseguido por
sus atacantes, y se escondió en el patio. Los perseguidores llegaron, y
amenazaron a la señora de la casa, que les señaló el lugar donde Daswa se
hallaba escondido. Ellos lo sacaron, y mientras oraba «Padre, recibe mi
espíritu», lo aporrearon hasta morir. Pero aun después vertieron agua hirviendo
sobre sus oídos y nariz para asegurarse de que estaba muerto.
Él
se oponía a las creencias en la brujería. Decía que, como católico, no podía
aceptar el poder de la brujería, ni los ataques de brujería. Por eso, la
Iglesia lo ha reconocido como beato mártir.
Daswa
había nacido el 16 de junio 1946 en Mbahe, a 20 km de Thohoyandou, hijo
primogénito de Tshililo Petrus Daswa (Bakali) y Thidziambi Ida Daswa (Gundula).
Trabajando como educador en la escuela recibió los sobrenombres de
"Tshimangadzo" (uno con milagros) y "Samuel", por aquel
versículo de 1Samuel 3,11: «Dijo Yahveh a Samuel: "Voy a ejecutar una cosa
tal en Israel, que a todo el que la oiga le zumbarán los oídos."». Daswa
se puso en pie ante la comunidad en contra de la muy temida brujería, y esto le
costó la vida.
Su
martirio no salió de la nada: Llevaba una vida santa, era un trabajador
diligente, un buen hombre de familia, un educador trabajador, un laico activo,
deportista, líder de la comunidad, hombre de caridad y, sobre todo, una persona
de profunda oración y espiritualidad. En pocas palabras, vivió bien y murió
santamente.
La
diócesis tiene un sitio web
dedicado al beato, en inglés y francés, con información sobre su
vida, oraciones, etc.
fuente: Diócesis
de Tzaneen
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o última modificación relevante: 10-1-2016
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