Santos Edmundo
Campion, Rodolfo Sherwin y Alejandro Briant, presbíteros y mártires
fecha: 1 de diciembre
†: 1581 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: León XIII 9 dic 1886 - C: Pablo VI 25 oct 1970
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: 1581 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: León XIII 9 dic 1886 - C: Pablo VI 25 oct 1970
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Londres, también en Inglaterra, santos Edmundo Campion, Rodolfo
Sherwin y Alejandro Briant, presbíteros y mártires durante el reinado de Isabel
I, eximios por su fortaleza y carácter. San Edmundo, que de joven había
profesado la fe católica, después de ser admitido en Roma en la Orden de la
Compañía de Jesús y ordenado sacerdote en Praga, regresó a su patria, donde de
palabra y por escrito consolidó en gran manera las almas de los fieles, y por
esto, después de muchos tormentos, fue ajusticiado en el patíbulo de Tyburn.
Con él también sufrieron los mismos suplicios san Rodolfo y san Alejandro, este
último admitido con mérito en la Orden de la Compañía de Jesús, cuando estaba
ya en la cárcel.
refieren a este santo: San Carlos Borromeo, San Cutberto Mayne, San Felipe Howard, San Geraldo Edwards, y beatos compañeros, Beato Guillermo Harrington, Beato Guillermo Hart, San Lucas Kirby y tres beatos compañeros, Beato Tomás Alfield, Beatos Tomás Ford, Juan Shert y Roberto Johnson
Ver más información en:
No es
habitual que podamos contar con hagiografías largas y detalladas de los
mártires ingleses, pero se da la circunstancia de que, aunque utilizamos la
edición 1964 del Butler, muy corregida y adaptada en España, estos mártires
contaban con una extensa investigación original, que no se perdió en la
adaptación. Puesto que han sido canonizados después de la edición, copiamos
corrigiendo los datos que correspondían. Se dan los tres relatos por separado,
aunque, naturalmente, tienen relación entre sí; desde aquí mismo puede irse a
la de Sherwin y a la de Briant. Las reproducciones de las
vidrieras en color provienen de la exquisita galería de vidrieras de Lawrence OP en Flickr; no se
ha podido conseguir una reproducción en color de la de Sherwin.
Edmundo
(Edmund) Campion
El
padre del santo, que se llamaba también Edmundo Campion, tenía una tienda de
libros en Londres. Tanto él como su esposa fueron católicos hasta la época de
la reina Isabel. Edmundo nació hacia 1540. Era un muchacho extraordinariamente
inteligente. A los quince años, se le otorgó una beca en el Colegio de San Juan
de Oxford, que Sir Thomas White acababa de fundar. Dos años más tarde, Edmundo
ingresó en la sociedad de alumnos jóvenes. Pronto se ganó la fama de brillante
orador y fue escogido para hablar en el entierro Lady Amy Dudley (Robsart), en
los funerales de Sir Thomas White y ante la reina Isabel, cuando ésta visitó la
Universidad en 1566. Trece años antes, cuando estaba en la escuela gratuita de
Londres, había sido elegido para pronunciar el discurso de bienvenida al
predecesor de Isabel. El talento y la personalidad del joven le ganaron la
buena voluntad y el patrocinio de la reina, de Cecil y de Leicester. A este
último dedicó Edmundo su "Historia de Irlanda". Cecil le llamó más
tarde "uno de los diamantes de Inglaterra". Edmundo prestó juramento
de fidelidad. Aunque la lectura de los Santos Padres quebrantó su fe en el
protestantismo, se dejó convencer por el Dr. Cheney, obispo de Gloucester, y
recibió el diaconado de la Iglesia anglicana. El Dr. Gregorio Martin, de quien
era muy buen amigo, le escribió desde Roma previniéndole contra la ambición. En
efecto, Edmundo era extraordinariamente popular ea Oxford y tenía un grupo de
discípulos personales, más o menos como el grupo que Newman habría de tener 250
años más tarde. Pero el hecho de haber recibido las órdenes en una Iglesia
sobre la que tenía muchas dudas, empezó a inquietar su mente y su conciencia.
En 1569, terminó su período de prefecto de jóvenes en la Universidad. Por otra
parte, como la sociedad que le había sostenido durante sus estudios se mostraba
reticente a causa de sus tendencias papistas, Edmundo partió a Berlín, donde se
estaba tratando de resucitar la Universidad. Hallándose ahí, escribió una breve
historia del país.
Al
salir de Oxford, Campion "estaba lleno de remordimientos de conciencia y
angustia de espíritu" por haber aceptado las órdenes anglicanas y no hizo
ningún esfuerzo por ocultarlo. Por ello, después de la publicación de la bula
de San Pío V contra Isabel, su actitud provocó peligrosas sospechas. En 1571,
Campion volvió a Inglaterra disfrazado, asistió al juicio del Beato Juan Storey en Westminster Hall y en seguida se
trasladó a Douai. En el camino fue arrestado por no llevar pasaporte, pero
consiguió cohechar a los guardias dándoles dinero y dejándoles su equipaje. Una
de las primeras cosas que hizo en Douai fue escribir una "carta muy
valiente" al Dr. Cheney, quien se sentía inclinado al catolicismo. Campion
se licenció en teología y recibió el subdiaconado en Douai. En 1573, se
trasladó a Roma e ingresó en la Compañía de Jesús. Como no existía aún la
provincia inglesa, fue enviado a la de Bohemia. Hizo su noviciado en Brno y fue
a enseñar en el colegio de Bohemia.
En
vista del éxito con que los jesuitas trabajaban entre los protestantes en
Alemania, Bohemia y Polonia, el Dr. Allen persuadió a Gregorio XIII que enviase
a algunos a Inglaterra. A fines de 1579, los PP. Edmundo Campion y Roberto
Persons fueron elegidos para inaugurar la nueva misión. La víspera de la salida
del P. Campion de Praga, uno de los padres, movido por un impulso irresistible,
escribió sobre la puerta del cuarto del santo lo siguiente: "P. Edmundo
Campion, Mártir". El P. Campion partió de Roma en la primavera de 1580.
San Rodolfo Sherwin describió muy vivamente en una carta a Adolfo Bickley las
peripecias del viaje. Cuando llegaron a Ginebra, que era uno de los bastiones
del protestantismo, Campion se hizo pasar por un criado irlandés llamado
Patrick. Según parece, todos los miembros del grupo se portaron con esa alegría
un tanto desbocada que mueve a las gentes serias a imaginar que todos los
ingleses están locos. Poco antes de salir de Ginebra, después de haber
discutido con Beza, Campion se enfrentó con un ministro protestante y puso al
"pobre diablo" en ridículo delante de todos sus correligionarios.
Persons partió de Saint-Omer a Inglaterra disfrazado de soldado, como si
volviese de los Países Bajos. Campion se hizo pasar por mercader de joyas. Su
criado era el hermano coadjutor Rodolfo Emerson.
No
todos los católicos recibieron bien a los jesuitas, pues muchos temían que la
llegada de los primeros miembros de la "terrible" Compañia de Jesús
atrajese sobre ellos nuevos peligros. Los dos jesuitas tuvieron que jurar que
"su misión era puramente apostólica, que habían ido simplemente a ocuparse
de la religión y a luchar por las almas y que no tenían ni conocimiento ni
pretensiones en materias de política." El gobierno se enteró pronto de su
llegada, de suerte que los dos jesuitas tuvieron que salir de Londres. Campion
trabajó en Berkshire, Oxfordshire y Northamptonshire, donde convirtió a algunos
personajes de importancia. En una carta al P. General, decía: "Todos los
días recorro una parte de la región. La cosecha es maravillosamente
abundante... No podré escapar por mucho tiempo de las manos de los
perseguidores... Encuentro mis disfraces perfectamente ridículos; con
frecuencia cambio de disfraz y de nombre. Algunas veces he leído cartas en las
que se anuncia que Campion ha sido arrestado. Esa noticia provoca tal alboroto
en los sitios a los que voy, que no oigo hablar de otra cosa. Este clima de
temor en el que vivo ha acabado por curarme del miedo." El P. Campion se
entrevistó con el P. Persons en Londres, donde la persecución era especialmente
tenaz. En seguida se dirigió a Lancashire, donde predicó casi diariamente con
gran éxito. Los espías le seguían muy de cerca y, en varias ocasiones, estuvo a
punto de caer en sus manos. Cincuenta años más tarde, aquellos que habían oído
sus sermones los recordaban todavía. Por entonces escribió Campion una obra en
latín a la que dio por título "Las Diez Razones", porque en ella
exponía los argumentos por los que estaba dispuesto a demostrar a los
protestantes más eruditos la falsedad de su doctrina. Naturalmente, era muy
difícil dar esa obra a la imprenta; sin embargo, a fin de cuentas se imprimió
en secreto en la casa de Doña Cecilia Stonor, en Stonor Park, Berkshire. El 27
de junio de 1581, aparecieron sobre las bancas de la iglesia de la Universidad
de Oxford ejemplares de dicha obra. Eso, como era de esperarse, provocó un
escándalo mayúsculo y los perseguidores redoblaron sus esfuerzos por capturar
al autor. Lo consiguieron tres semanas más tarde.
Después
de la publicación de "Las Diez Razones", el P. Campion juzgó prudente
retirarse a Norfolk. En el camino se detuvo en Lyford, en casa de la señora
Yate. El domingo 16 de julio acudieron unas cuarenta personas a oírle predicar
durante la misa; una de ellas era espía. En el curso de las doce horas
siguientes, la casa fue registrada tres veces. Los perseguidores descubrieron
finalmente al P. Campion y a otros dos sacerdotes, ocultos dentro de un nicho
que había sobre la gran puerta de entrada. Inmediatamente, fueron conducidos a
la Torre de Londres. Los guardias los maniataron a partir de Colnbrook, y
colocaron a la espalda del santo un letrero que decía: "Campion el jesuita
sedicioso." Después de tres días de tortura, el mártir fue interrogado por
los condes de Bedford y Leicester (según algunos, también por la reina),
quienes trataron de sobornarlo para que apostatase. Como fallasen ése y otros
intentos del mismo género, se le torturó en el potro. Poco después, fueron
arrestadas varias personas en cuya casa había estado el P. Campion; aunque el
gobierno había averiguado los nombres de aquellos cómplices por otro conducto,
difundió la falsa noticia de que el mártir los había denunciado. Antes de que
pudiese reponerse de la tortura, se obligó al P. Campion a comparecer cuatro
veces ante diversos prelados protestantes; el mártir respondió con agilidad y
mucho tino a sus preguntas, objeciones e insultos. Después, fue nuevamente
torturado en el potro con tal violencia que, al día siguiente, cuando le
preguntaron cómo se sentía, respondió: "No puedo sentirme mal, puesto que
ni siquiera siento". Como los perseguidores no encontrasen ningún motivo
válido para condenarle, le acusaron falsamente, junto con Rodolfo Sherwin,
Tomás Cottam, Lucas Kirby y otros, de haber proyectado en Roma y en Reims una
revolución en Inglaterra y de haber vuelto al país para provocarla. El juicio
tuvo lugar en Westminster Hall, el 14 de noviembre. Cuando los jueces le
ordenaron que jurase decir la verdad, el santo estaba tan débil, que ni
siquiera podía mover los brazos; entonces, uno de sus compañeros le besó la
mano y le ayudó a levantarla. Campion dirigió su defensa y la de sus compañeros
con suma habilidad: protestó de su lealtad a la reina, demolió las acusaciones,
demostró la mala fe de los testigos y probó claramente que el verdadero motivo
por el que se los juzgaba era la religión. El jurado los declaró culpables,
pero no sin haber deliberado antes durante una hora. Después de oír la
sentencia de muerte, el santo dirigió la palabra a los jueces: "...Al
condenarnos, habéis condenado a todos vuestros antepasados y, para nosotros, el
haber sido condenados junto con todos los hombres ilustres -no sólo de Inglaterra,
sino del mundo entero- que lo fueron por vosotros, descastados descendientes de
aquellos antepasados, es motivo de gozo y de gloria. Dios vive. La posteridad
hablará. El juicio de ambos no estará sujeto a la venta como el de los que
acaban de condenarnos a muerte".
La
hermana de Campion fue a verle con un mensaje de Hopton, en el que se le
ofrecía un pingüe beneficio a cambio de la apostasía. También fue a visitarle
Eliot, el traidor que le había delatado y dado testimonio contra él, quien
temía ahora por su vida. El santo le perdonó generosamente y le dio una carta
de recomendación para un noble de Alemania, donde podría vivir en paz. El 1º de
diciembre fue un día lluvioso y triste. Campion, Sherwin y Briant fueron
conducidos juntos a Tyburn, donde se los ejecutó con el lujo de barbarie
acostumbrado. En el cadalso, el P. Campion se negó por última vez a dar su
opinión sobre la bula del Papa contra Isabel y oró públicamente por
"vuestra reina y mi reina, a la que deseo un largo y próspero
reinado". Unas gotas de la sangre de ese hombre "admirable, sutil,
preciso y amable" cayeron sobre un joven de la nobleza, llamado Enrique
Walpole, que se hallaba presente. Walpole ingresó en la Compañía de Jesús,
murió mártir y está canonizado.
Rodolfo (Ralph) Sherwin
Sir
William Petre, secretario de Estado de Enrique VIII y de los tres monarcas
siguientes e iniciador de los títulos de nobleza de su familia, fundó seis
becas en Exeter College de Oxford. El mismo concedió una de ellas, en 1568, a
Rodolfo Sherwin, joven gentilhombre de Rodsley, en el Derbyshire. Rodolfo
obtuvo el grado de maestro en artes en 1574. Antonio Wood dice que "se le
consideraba como un agudo filósofo y un excelente helenista y latinista".
Al año siguiente, Rodolfo se reconcilió con la Iglesia e ingresó en el Colegio
de Douai, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1577. Algunos meses desués,
se trasladó al Colegio Inglés de Roma, donde tomó parte muy prominente en las
deplorables disensiones entre los estudiantes ingleses y galeses. Él fue uno de
los cuatro que pidieron a Gregorio XIII que confiase a los jesuitas la
dirección del colegio, como sucedió poco después. El nombre de Rodolfo figura
en primer lugar en la lista de los que declararon, después de que los jesuitas
tomaron la dirección, que estaban dispuestos a ir en cualquier momento a la
misión de Inglaterra. En 1580, partió a su patria en el grupo encabezado por
Mons. Goldwell. En Milán pasaron una semana en casa de San Carlos Borromeo, y
el P. Sherwin predicó ante él. Desde París escribió a Roma a su amigo Rodolfo
Bickley, contándole las aventuras que habían tenido en Ginebra. Terminaba la
carta diciendo que se veía obligado a interrumpida porque el P. Paschal
"quiere ya ponerse a trabajar en la tarea de afrancesarme". (Es decir
que tenía que vestir un traje de laico para disfrazarse, cosa que le disgustaba
sobremanera). Las últimas palabras de esa carta son las guientes: "Mi
querido Rodolfo, te suplico que, con todo tu fervor, reces una vez el rosario
por mí y procura que muchos de mis amigos hagan otro tanto a fin de que, con
humildad y constancia, persevere yo hasta el fin y honre al Señor en la
vocación a la que me ha llamado a pesar de mi indignidad."
Los
misioneros se separaron en Reims. El 1º de agosto, Rodolfo Sherwin se embarcó
rumbo a Inglaterra. En noviembre, fue arrestado cuando predicaba en Londres, en
la casa de Nicolás Roscarrock, y fue enviado a la prisión Marshalsea. Hablando
de su breve apostolado, el P. Persons escribió que había predicado en diversas
ciudades y que en ese ministerio "tenía autoridad y gracia especial."
Desde la prisión el santo se las arregló para hacer llegar al P. Persons un
recado humorístico, en el que hablaba de las "campanas" (cadenas) que
llevaba en los tobillos. Un mes más tarde, fue trasladado a la Torre de
Londres. El 15 de diciembre, se le torturó brutalmente en el potro para que
delatase a otros misioneros y dijese lo que sabía sobre una hipotética invasión
a Irlanda. Los verdugos le dejaron tirado sobre la nieve y, al día siguiente
volvieron a torturarle. El beato contó a su hermano que, después de la tortura,
había pasado cinco días en el calabozo sin comer ni hablar con nadie. "Fue
como un sueño ante el Salvador crucificado. Al cabo de ese espacio de tiempo
recuperé el sentido, pero no experimenté dolor alguno en las coyunturas, por
más que el tormento había sido extremadamente violento." Los perseguidores
ofrecieron al P. Rodolfo el gobierno de una sede, si apostataba. Después de más
de un año de prisión, fue juzgado con Edmundo Campion y otros más, acusado de
haber ido a Inglaterra a provocar una rebelión. El santo hizo notar a sus
jueces: "La razón por la que se nos juzga es la religión, no la
traición."
En
tanto que llegaba el día de la ejecución, Rodolfo escribió a varios amigos y a
un tio suyo (que se hallaba en Rouen y había ejercido anteriormente el
ministerio sacerdotal en Ingatestone). En esta última carta decía: "La
inocencia es mi único consuelo en medio de todas las acusaciones que se nos
hacen a mis hermanos en el sacerdocio y a mí... Quiera Dios perdonar tanta
injusticia, convertir a nuestros perseguidores y hacer de ellos maestros de la
fe... Así pues, mi buen Juan, ¡Adiós!" El 1º de dieciembre de 1581, fue
llevado a Tyburn en la misma carreta en que iba Alejandro Briant. Fue ejecutado
después de Edmundo Campion. En el cadalso protestó que era inocente de toda
traición, profesó la fe católica y oró por la reina. La multitud oraba en voz
alta cuando fue ejecutado. Tenía entonces treinta y un años de edad. Fue el
protomártir del Colegio Inglés de Roma.
Alejandro (Alexander) Briant
Después
de la publicación de las obras de los PP. Campion y Persons, las autoridades
inglesas hicieron esfuerzos frenéticos por echarles mano. En el curso de la
persecución, arrestaron a varios católicos muy activos, entre los cuales se
contaba Alejandro Briant. Era éste un joven sacerdote secular. Había nacido en
Somerset, y se distinguió tanto por su apostura como por su celo. Se había
reconciliado con la Iglesia en Hart Hall de Oxford y había ingresado después en
el seminario de Douai. Al recibir la ordenación sacerdotal, regresó a
Inglaterra en 1579. Al principio, ejerció su ministerio en el oeste del país, donde
reconcilió con la Iglesia al padre del P. Persons. El 28 de abril de 1581, fue
arrestado en Londres, pues se hallaba precisamente en la casa contigua a
aquélla en que las autoridades buscaron en vano al P. Persons por orden del
Consejo Privado de Su Majestad. Los perseguidores, decididos a arrancar al P.
Briant algún informe sobre el P. Persons, le tuvieron casi en ayunas durante
seis días en la prisión de Counter y, después, le trasladaron a la Torre de
Londres. Para que delatase al P. Persons o se comprometiese a sí mismo, los
verdugos le encajaron agujas entre las uñas y la carne. Fue el único mártir de
esa época a quien consta que se torturó en esa forma. Como ello no diese
resultado, le encerraron durante una semana en una celda helada del sótano de la
Torre y después le torturaron durante dos días en el potro, hasta el límite de
lo posible. El encargado de manejar el potro, un tal Norton, declaró que el P.
Briant había sido "torturado más que cualquier otro". El hecho
produjo tal escándalo, que las autoridades se vieron obligadas a encarcelar
algunos días a Norton para calmar la opinión pública. El P. Briant oonsiguió
escribir desde la Torre una larga carta a los jesuitas de Inglaterra. En ella
describe su primer martirio en el potro: al fin de la tortura, "no sentía
dolor alguno. Aun puedo decir que, en cierto modo, me sentía consolado y
contento por lo que acababa de sufrir. Dios sabe si eso fue un milagro o no,
pero es cierto y mi conciencia da testimonio de ello delante de Dios."
Según Norton, cuyo testimonio citamos por lo que pueda valer, el san Alejandro
sufrió más de lo ordinario después de la tortura. En la misma carta el santo
solicitaba la admisión en la Compañía de Jesús y decía que había hecho voto de
ingresar en ella si algún día salía de la prisión. Por ello, se le considera
como uno de los mártires jesuitas.
El P.
Briant fue juzgado en Westminster Hall, junto con el Beato Tomás Ford y otros, al día siguiente del juicio
de Campion, Sherwin y Cottam y por "los mismos motivos". El santo se
presentó en la sala del tribunal con la tonsura para manifestar que era
sacerdote y llevando en la mano una cruz hecha con trozos de un cuchillo de madera,
en la cual había dibujado con carbón la figura de Cristo. A pesar de lo que
había sufrido, conservaba una actitud de serenidad, inocencia y bondad casi
angelicales. Fue ejecutado en Tyburn el 1 de diciembre de 1581, después de los
Beatos Edmundo Campion y Rodolfo Sherwin.
La
arquidiócesis de Birmingham celebra en este día la fiesta de todos aquellos
miembros de la Universidad de Oxford -más de cuarenta-, que fueron martirizados
por la fe durante las persecuciones de los siglos XVI y XVII y que han sido
beatificados o canonizados. Los tres santos que conmemoramos hoy fueron
beatificados por SS Pio XI en 1929 y luego canonizados junto a otros 39
martires de Inglaterra el 25 de octubre de 1970 por SS Pablo VI. Edmundo
Campion carece de relación con san Eduardo Campion (Gerald Edwards). En la fecha de hoy,
se celebra también el triunfo del Beato Ricardo Ungley, gentilhombre de
Ousethorpe y Grimthorpe, que fue ahorcado en York, el 1º de diciembre de 1586,
por haber ofrecido hospitalidad a varios sacerdotes.
Estamos
perfectamente informados sobre la misión de los PP. Campion y Persons, pero las
fuentes son demasiado numerosas para que podamos enumerarlas aquí. Se
encontrará una documentación muy suficiente en los artículos que Richard
Simpson publicó The Rambler (1856-1858), así como en la biografía que escribió
el mismo autor en 1867. Para completarla, véanse las páginas que Camm consagra
a Campion en LEM., vol. 11, pp. 266-357. Merecen, además, especial mención, la
Vita et martyrium Edmundi Campialli de P. Piombino (Amberes, 1618); el relato
del viaje a Inglaterra escrito por el P. PersoM, en Publications de la Catholic
Record Society (1906), pp. 186-201; Cardenal Allen, Martyrdom of Father Campion...
(ed. Pollen, 1908); J. H. Pollen, quien publicó numero sos artículos en The
Month (sobre todo sept. 1897, enero y dic. 1905, y enero 1910). Evelyn Waugh
publicó en 1935 una bella biografía de san Edmundo, libre de los
"prejuicios trasalpinos" que ensombrecen la biografía de Ricardo
Simpson. En las pp. 224.225 de la obra de Waugh, hay una buena bibliografía
sobre el tema; añádase a ella la obra de A. C. Southern, Elizabethan Recusant
Prose (1950), c. III. Acerca de las reliquias de Campion cf. Beda Camm,
Forgotten Shrines (1911), pp- 377-378.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 2062 veces
ingreso o última
modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de
santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta
ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y
servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar
esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente
enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4380
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