No se celebra hoy, porque hay una celebración de mayor rango (V Domingo del Tiempo Ordinario, solemnidad)
Memoria de santa Agueda, virgen y mártir, que en Catania, ciudad de Sicilia, siendo aún joven, en medio de la persecución mantuvo su cuerpo incontaminado y su fe íntegra en el martirio, dando testimonio en favor de Cristo Señor.
En el Ponto, conmemoración de muchos santos mártires que murieron en la persecución desencadenada bajo el emperador Maximiano. Unos fueron rociados con plomo derretido, otros atormentados con cañas puntiagudas clavadas bajo las uñas y los restantes vejados con repetidos tormentos, hasta merecer del Señor, con su gloriosa pasión, la palma y la corona del martirio.
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Avito, obispo, que en tiempo dei rey Gundobaldo, con su fe y su actividad pastoral defendió la Galia contra la herejía arriana.
En Sabiona, de la Recia, san Ingenuino, primer obispo de esta sede.
En Lucania, san Lucas, abad según las instituciones de los Padres orientales, que llevó una activa vida monástica, primero en Sicilia y después, a causa de la invasión de los sarracenos, en diversos lugares. Murió finalmente cerca de Armento, en el monasterio Carbonense de los Santos Elías y Anastasio fundado por él mismo.
En Roma, en el monasterio de San Cesareo, san Sabas, monje, llamado el Joven, que junto con su hermano san Macario difundió la vida cenobítica por Calabria y Lucania, en tiempo de la devastación causada por los sarracenos.
En Brixen (Bressanone), en la región de Trento, conmemoración de san Albuino, obispo, que trasladó a esta ciudad la sede episcopal de Sabiona.
En Colonia, de Lotaringia, santa Adalheide, primera abadesa del monasterio de Vilich, en el que introdujo la Regla de san Benito, y después del monasterio de Santa María de Colonia, donde falleció.
En Nagasaki, ciudad de Japón, pasión de los santos Pablo Miki junto con veinticinco compañeros, cuya fiesta litúrgica se celebra mañana.
En Laval, en Francia, beata Francisca Mézière, virgen y mártir, que, dedicada a educar niños y a curar enfermos, durante la Revolución Francesa fue muerta por odio a la fe cristiana que profesaba.
En Roma, beata Isabel Canori Mora, madre de familia, que tras haber sufrido durante mucho tiempo, caritativa y pacientemente, la infidelidad de su marido, así como angustias económicas y el cruel trato por parte de parientes, ofreció su vida a Dios por la conversión, salud, paz y santificación de los pecadores, y entró a formar parte de la Tercera Orden de la Santísima Trinidad.
En Valtiervilla, lugar de México, san Jesús Méndez Montoya, presbítero y mártir, que murió por su fe en Cristo durante la Revolución Mexicana.
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