El poder te hace Dios
Acabo de escribir el titular
que en su día me sorprendió entre líneas, como amapola perdida en medio de un
trigal ya espigado. Me he atrevido a escribir tal titular sin ningún otro
contexto que ser cabecera de estas líneas de presentación de unos comentarios
del Evangelio. Mis ojos tropezaron con esta escandalosa verdad en la semana
cuyo miércoles fue de 'ceniza' y su domingo el primero de la Cuaresma donde se
proclama y se escucha la solemnidad de la tentación del poder. El poder te
hace Dios es el mejor resumen que jamás hubíera imaginado en mis
pensamientos como semilla explicativa de esta experiencia evangélica de las
llamadas 'tentaciones de Jesús en el desierto'. El poder te hace Dios es
la afirmación que escribe un columnista llamado A.P-R. en su 'Patente de corso'
del XL.Semanal del día 27 de febrero de 2022 en su página 6.
El sustantivo 'poder' está
invitado a esta fiesta sin ningún otro calificativo ni determinativo que el
silencio. El poder, mondo y lirondo. Todo poder, desde el absoluto hasta el compartido.
Todo poder te hace Dios. Sin embargo con Jesús de Nazaret, según los relatos
del Evangelio, se acaba uno empapando de una experiencia diametralmente
opuesta: con él se aprende a ser pequeño.
El sustantivo 'Dios' también
está mondo y lirondo en esta expresión. Dios, sea uno o muchos,
omnipotente o cercano, juez o padre, misericordioso o vampiro, holgazán o
creador... El poder te hace Dios. Esta es la transfiguración, me digo.
Junto a esta expresión tan
acertada quiero colocar otra, tan igual de acertada y tan significativa que no
se podrá olvidar fácilmente. Me hizo caer en la cuenta de esta nueva expresión
un buen amigo con quien hemos compartido la lectura de un mismo libro.
Curiosamente, uno de los libros de esta biblioteca bíblica que estamos formando
semana tras semana. "La finalidad del cristianismo no es
divinizarnos, sino hacernos cada día más entrañablemente humanos. Esto
impresiona a mucha gente. Y es lo que ahora más necesitamos" (José
María Castillo, en la página 181 de sus Memorias, editadas en DDB).
Hasta aquí. No es muy larga
esta presentación, pero entiendo que su contenido es inmenso. Ojalá tenga el
tiempo suficiente cada día de la semana para volver a pasear mis ojos por las
sendas de estas líneas. Muchas gracias por compartir tantos paseos.
A continuación se encuentran
los comentarios del Evangelio.
Y se les puede encontrar
también en el archivo adjunto. Carmelo Bueno Heras
Domingo 2º de Cuaresma C
(13.03.2022): Lucas 9,28-36. Así
lo comento y comparto CONTIGO: Aprender a ser pequeño.
“Sucedió
que unos ocho días después de estas palabras, Jesús tomó consigo a
Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar” (Lucas 9,28). Acabo
de escribir y acabas, mi Leyente, de leer el texto completo del versículo
vigésimo octavo del capítulo noveno del Evangelio de Lucas. En cita de números
y en cita de letras acabamos de constatar el comienzo del mensaje del Evangelio
del domingo segundo de la Cuaresma de este año 2022. He transcrito en negrita
las palabras con las que se inicia el citado versículo. Justamente estas
palabras no se nos leerán jamás en este domingo al pueblo de/en la celebración
eucarística.
Tendrá
cada uno que agenciarse una biblia para saber qué palabras pronunció aquel
judío de la Galilea llamado Jesús de Nazaret antes de adentrarse en la
narración de la famosa secuencia llamada ‘La transfiguración’. Por cierto, y
sin ánimo de entrar en asuntos de arte o de cultura, dejé escrita la
calificación de ‘famosa secuencia’ porque se podrá constatar que todo buen
pintor o escultor de asuntos de la religión no se olvidó de plasmar a su modo y
manera esta secuencia.
Y
digo también otro dato no menos importante y que siempre recuerdo: Sólo los
tres Evangelios sinópticos nos dan cuenta de este hecho en la vida de su Jesús
de Nazaret. El cuarto Evangelista pasó de largo sobre esta tradición. Si se
dispone de tiempo, recomiendo la lectura de Marcos 9,2-10 y de Mateo 17,1-9.
Sólo así se podrá certificar que las diferencias entre los tres narradores me
invitan a imaginar que esta transfiguración no fue tal como se nos está
contando.
Desde
hace unas décadas me sigo diciendo que a aquel judío y laico Jesús de Nazaret
le seguimos transfigurando cada uno a nuestra ‘imagen y semejanza’. Es muy
sencillo calificar a nuestro Jesús como ‘MESÍAS’. Ya lo hicieron los propios
narradores de los Evangelios.
¿Acaso
aquel Jesús no fue MESÍAS? Mesías como lo fue el rey divinizado David, no;
Mesías como lo esperaban las gentes del pueblo en los tiempos del sabio y
profeta Daniel, no; Mesías como rey, como autoridad política y único poder con
proyectos y promesas de liberación, tampoco; Mesías como deseaban tanto Pedro
como el conjunto de los DOCE (Lucas 9,18-21), ni hablar. El mesianismo que
Jesús desea es este otro que se diseña, se propone y se ofrece a todos cuantos
lo deseen encarnar como se nos dice en el texto de Lucas 9,46-50.
Aprender
constantemente a ser pequeño. Este es el mesianismo escandalosamente humano
que se nos propone desde el sentido común de aquel Jesús que ilumina a quienes
le contemplan con sus mismas pretensiones: servir a quien se encuentra más
abajo, iluminar a quien ha sido enceguecido o fortalecer a quien fue paralizado
por el miedo, el hambre o la esclavitud de la ignorancia y la mentira. Aquel
mesianismo de Jesús no fue otra cosa que humanizar.
Durante
esta semana segunda de la Cuaresma me recomiendo repasar el tejido de Lc
9,18-50, que nunca se nos lee y donde contemplo el final de la tarea de
Jesús en Galilea comenzada un sábado en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,12ss):
Aprender a ser pequeño. Carmelo Bueno Heras.
CINCO MINUTOS con la otra Biblioteca de la BIBLIA entre las manos
Tú y yo, entre
otras muchas actividades, solemos también leer. En ocasiones, quedamos
sorprendidos por lo que leemos. Es más, y nos ocurre a veces, llegamos a pensar
que lo que leemos nos hubiera gustado haberlo escrito nosotros mismos. Por esta
sola razón, me he decidido a compartir CONTIGO, semana a semana, durante este
año eclesiástico, 52 libros. Creo que, en la inmensa BIBLIA de todos los
textos, como en el cuerpo de toda persona, ¡todo está relacionado!
Ahora,
Semana 16ª: 13.03.2022. Cita de: Manuel Olasagasti Gaztelumendi, Otras noticias
de Dios, Utriusque Vasconiae, Donostia,2008, 236 páginas.
EPÍLOGO (breve entrevista ficción)
P. ¿Ha logrado usted articular eso que echaba de
menos en las obras teológicas que pasaban por sus manos?
R. A medias. Es difícil expresarse. Pero lo
deseado era encontrar escrito algo en sintonía con estos apuntes.
P. Entonces, ¿releerá asiduamente en sus ratos
perdidos lo que va a publicar, no sé si en impresión privada por falta de
editor?
R. Desde luego. El escritor tiende a distanciarse
de lo que publicó. Queda insatisfecho y se resiste a volver sobre algo que ya
no es suyo. Pero si deja redactado, siquiera torpemente, lo que no encontraba
en papeles ajenos, volverá a la lectura de lo propio. Eso espero que me suceda.
A intervalos, en la soledad de mi cuarto/cueva o paseando por espacios abiertos
-hacia algún punto lejano, mejor si es ermita solitaria, solo o en compañía-
haré un alto en el trabajo de traducción o en el camino, para repasar, impreso
y objetivado, este florilegio de buenas noticias sobre Dios. Si, además, los
contados ejemplares del libro llegan a manos de personas que al final se
alegren de haberlo leído, me sentiré colmado.
P. Y ahora, ¿regreso a la soledad de la
traducción? ¿’De sus traducciones viene / a sus traducciones va / porque para
andar consigo / le bastan sus traducciones’?
R. Básicamente sí; pero no ando solo, vivo muy
bien acompañado.
P. Permítame ser más explícito con esto que usted
mismo ha llamado esporádicamente panfleto. A fin de cuentas, resulta que las
‘otras noticias’ que usted promete quedan en nada. El Dios infinitamente bueno
es el lugar más común del mundo. Se ha predicado en todos los tonos, en todos
los tiempos y latitudes. Usted ha querido descubrir mediterráneos. Le diré más:
esa figura de Dios que usted preconiza se llama buenismo.
R. A eso no tengo otra respuesta que la del
prólogo, Relea, por favor.
P. Nos ha dicho que la religión está ahí para
regalarnos los oídos con mensajes de Dios dulces y amorosos. Música celestial.
R. Exactamente, pero en sentido puro, no
sarcástico.
P. Permíteme añadir que el conjunto me parece un
recetario de bien vivir y morir, donde bien = lo menos molesto, lo más cómodo
posible.
R. Es un ensayo de acercamiento a la verdad
religiosa. Si de ello resultase un vademécum de bien vivir y morir, mejor que
mejor. Sólo me resta insistir en lo lamentable del lenguaje negativo que
cultivan las religiones [...] Invitemos a los creadores a buscar un léxico
positivo para expresar lo que es vivir confiadamente en la intemperie de Dios,
en su ocultación [...] Páginas 235-236.
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