domingo, 13 de marzo de 2022

Domingo 2º de Cuaresma C (13.03.2022): Lucas 9,28-36. (Aprender a ser pequeño) y Semana 16ª: 13.03.2022. Cita de: Manuel Olasagasti Gaztelumendi, Otras noticias de Dios (CINCO MINUTOS con la otra Biblioteca de la BIBLIA entre las manos)

 

El poder te hace Dios

Acabo de escribir el titular que en su día me sorprendió entre líneas, como amapola perdida en medio de un trigal ya espigado. Me he atrevido a escribir tal titular sin ningún otro contexto que ser cabecera de estas líneas de presentación de unos comentarios del Evangelio. Mis ojos tropezaron con esta escandalosa verdad en la semana cuyo miércoles fue de 'ceniza' y su domingo el primero de la Cuaresma donde se proclama y se escucha la solemnidad de la tentación del poder. El poder te hace Dios es el mejor resumen que jamás hubíera imaginado en mis pensamientos como semilla explicativa de esta experiencia evangélica de las llamadas 'tentaciones de Jesús en el desierto'. El poder te hace Dios es la afirmación que escribe un columnista llamado A.P-R. en su 'Patente de corso' del XL.Semanal del día 27 de febrero de 2022 en su página 6.

El sustantivo 'poder' está invitado a esta fiesta sin ningún otro calificativo ni determinativo que el silencio. El poder, mondo y lirondo. Todo poder, desde el absoluto hasta el compartido. Todo poder te hace Dios. Sin embargo con Jesús de Nazaret, según los relatos del Evangelio, se acaba uno empapando de una experiencia diametralmente opuesta: con él se aprende a ser pequeño. 

El sustantivo 'Dios' también está mondo y lirondo en esta expresión. Dios, sea uno o muchos, omnipotente o cercano, juez o padre, misericordioso o vampiro, holgazán o creador... El poder te hace Dios. Esta es la transfiguración, me digo.

Junto a esta expresión tan acertada quiero colocar otra, tan igual de acertada y tan significativa que no se podrá olvidar fácilmente. Me hizo caer en la cuenta de esta nueva expresión un buen amigo con quien hemos compartido la lectura de un mismo libro. Curiosamente, uno de los libros de esta biblioteca bíblica que estamos formando semana tras semana. "La finalidad del cristianismo no es divinizarnos, sino hacernos cada día más entrañablemente humanos. Esto impresiona a mucha gente. Y es lo que ahora más necesitamos" (José María Castillo, en la página 181 de sus Memorias, editadas en DDB).

Hasta aquí. No es muy larga esta presentación, pero entiendo que su contenido es inmenso. Ojalá tenga el tiempo suficiente cada día de la semana para volver a pasear mis ojos por las sendas de estas líneas. Muchas gracias por compartir tantos paseos.

A continuación se encuentran los comentarios del Evangelio.

Y se les puede encontrar también en el archivo adjunto. Carmelo Bueno Heras

 

Domingo 2º de Cuaresma C (13.03.2022): Lucas 9,28-36. Así lo comento y comparto CONTIGO: Aprender a ser pequeño.

“Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar” (Lucas 9,28). Acabo de escribir y acabas, mi Leyente, de leer el texto completo del versículo vigésimo octavo del capítulo noveno del Evangelio de Lucas. En cita de números y en cita de letras acabamos de constatar el comienzo del mensaje del Evangelio del domingo segundo de la Cuaresma de este año 2022. He transcrito en negrita las palabras con las que se inicia el citado versículo. Justamente estas palabras no se nos leerán jamás en este domingo al pueblo de/en la celebración eucarística.

Tendrá cada uno que agenciarse una biblia para saber qué palabras pronunció aquel judío de la Galilea llamado Jesús de Nazaret antes de adentrarse en la narración de la famosa secuencia llamada ‘La transfiguración’. Por cierto, y sin ánimo de entrar en asuntos de arte o de cultura, dejé escrita la calificación de ‘famosa secuencia’ porque se podrá constatar que todo buen pintor o escultor de asuntos de la religión no se olvidó de plasmar a su modo y manera esta secuencia.

Y digo también otro dato no menos importante y que siempre recuerdo: Sólo los tres Evangelios sinópticos nos dan cuenta de este hecho en la vida de su Jesús de Nazaret. El cuarto Evangelista pasó de largo sobre esta tradición. Si se dispone de tiempo, recomiendo la lectura de Marcos 9,2-10 y de Mateo 17,1-9. Sólo así se podrá certificar que las diferencias entre los tres narradores me invitan a imaginar que esta transfiguración no fue tal como se nos está contando.

Desde hace unas décadas me sigo diciendo que a aquel judío y laico Jesús de Nazaret le seguimos transfigurando cada uno a nuestra ‘imagen y semejanza’. Es muy sencillo calificar a nuestro Jesús como ‘MESÍAS’. Ya lo hicieron los propios narradores de los Evangelios.

¿Acaso aquel Jesús no fue MESÍAS? Mesías como lo fue el rey divinizado David, no; Mesías como lo esperaban las gentes del pueblo en los tiempos del sabio y profeta Daniel, no; Mesías como rey, como autoridad política y único poder con proyectos y promesas de liberación, tampoco; Mesías como deseaban tanto Pedro como el conjunto de los DOCE (Lucas 9,18-21), ni hablar. El mesianismo que Jesús desea es este otro que se diseña, se propone y se ofrece a todos cuantos lo deseen encarnar como se nos dice en el texto de Lucas 9,46-50.

Aprender constantemente a ser pequeño. Este es el mesianismo escandalosamente humano que se nos propone desde el sentido común de aquel Jesús que ilumina a quienes le contemplan con sus mismas pretensiones: servir a quien se encuentra más abajo, iluminar a quien ha sido enceguecido o fortalecer a quien fue paralizado por el miedo, el hambre o la esclavitud de la ignorancia y la mentira. Aquel mesianismo de Jesús no fue otra cosa que humanizar.

Durante esta semana segunda de la Cuaresma me recomiendo repasar el tejido de Lc 9,18-50, que nunca se nos lee y donde contemplo el final de la tarea de Jesús en Galilea comenzada un sábado en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,12ss): Aprender a ser pequeño. Carmelo Bueno Heras.


CINCO MINUTOS con la otra Biblioteca de la BIBLIA entre las manos

Tú y yo, entre otras muchas actividades, solemos también leer. En ocasiones, quedamos sorprendidos por lo que leemos. Es más, y nos ocurre a veces, llegamos a pensar que lo que leemos nos hubiera gustado haberlo escrito nosotros mismos. Por esta sola razón, me he decidido a compartir CONTIGO, semana a semana, durante este año eclesiástico, 52 libros. Creo que, en la inmensa BIBLIA de todos los textos, como en el cuerpo de toda persona, ¡todo está relacionado!

 Ahora, Semana 16ª: 13.03.2022. Cita de: Manuel Olasagasti Gaztelumendi, Otras noticias de Dios, Utriusque Vasconiae, Donostia,2008, 236 páginas.

 

EPÍLOGO (breve entrevista ficción)

P. ¿Ha logrado usted articular eso que echaba de menos en las obras teológicas que pasaban por sus manos?

R. A medias. Es difícil expresarse. Pero lo deseado era encontrar escrito algo en sintonía con estos apuntes.

P. Entonces, ¿releerá asiduamente en sus ratos perdidos lo que va a publicar, no sé si en impresión privada por falta de editor?

R. Desde luego. El escritor tiende a distanciarse de lo que publicó. Queda insatisfecho y se resiste a volver sobre algo que ya no es suyo. Pero si deja redactado, siquiera torpemente, lo que no encontraba en papeles ajenos, volverá a la lectura de lo propio. Eso espero que me suceda. A intervalos, en la soledad de mi cuarto/cueva o paseando por espacios abiertos -hacia algún punto lejano, mejor si es ermita solitaria, solo o en compañía- haré un alto en el trabajo de traducción o en el camino, para repasar, impreso y objetivado, este florilegio de buenas noticias sobre Dios. Si, además, los contados ejemplares del libro llegan a manos de personas que al final se alegren de haberlo leído, me sentiré colmado.

P. Y ahora, ¿regreso a la soledad de la traducción? ¿’De sus traducciones viene / a sus traducciones va / porque para andar consigo / le bastan sus traducciones’?

R. Básicamente sí; pero no ando solo, vivo muy bien acompañado.

P. Permítame ser más explícito con esto que usted mismo ha llamado esporádicamente panfleto. A fin de cuentas, resulta que las ‘otras noticias’ que usted promete quedan en nada. El Dios infinitamente bueno es el lugar más común del mundo. Se ha predicado en todos los tonos, en todos los tiempos y latitudes. Usted ha querido descubrir mediterráneos. Le diré más: esa figura de Dios que usted preconiza se llama buenismo.

R. A eso no tengo otra respuesta que la del prólogo, Relea, por favor.

P. Nos ha dicho que la religión está ahí para regalarnos los oídos con mensajes de Dios dulces y amorosos. Música celestial.

R. Exactamente, pero en sentido puro, no sarcástico.

P. Permíteme añadir que el conjunto me parece un recetario de bien vivir y morir, donde bien = lo menos molesto, lo más cómodo posible.

R. Es un ensayo de acercamiento a la verdad religiosa. Si de ello resultase un vademécum de bien vivir y morir, mejor que mejor. Sólo me resta insistir en lo lamentable del lenguaje negativo que cultivan las religiones [...] Invitemos a los creadores a buscar un léxico positivo para expresar lo que es vivir confiadamente en la intemperie de Dios, en su ocultación [...] Páginas 235-236.

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