11 de octubre: Nuestra Señora de Begoña de Vizcaya
La imagen de la Virgen de Begoña se hallaba desde el comienzo del siglo XIV en la pequeña iglesia rural que era la de Begoña. Pudo ser el señor de Vizcaya, don Diego López de Haro, o algunos de sus predecesores, quienes donaran la imagen a Begoña.
La Basílica de Nuestra Señora de Begoña es el santuario de la Madre de Dios de Begoña, patrona del señorío de Vizcaya, situada en la capital del mismo, Bilbao, España.
Bego-oña significa Quieto el pie (“Dejadme aquí” o “A tus pies”) en el dialecto vizcaíno del euskera.
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en la oquedad de una encina, en el monte Artagán. Según otra tradición, la encontró un pastor sobre un espino.
Tiene una fuerte devoción entre los marinos. Desde el S. XVI son numerosos los barcos de matricula bilbaína que han ostentado el nombre de “Virgen de Begoña” o “Begoña” simplemente.
La costumbre de las gentes de mar al llegar al recodo de la Ría de Bilbao, que pasa al lado del barrio al que precisamente lleva el nombre de “La Salve”, era que al ver las torres de la basílica de Begoña comenzaran a rezar una “Salve” a la Virgen, en agradecimiento por haberles protegido en sus viajes marineros.
IMAGEN Y LEYENDA
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en la oquedad de una encina, en el monte Artagán. Según otra tradición, la encontró un pastor sobre un espino.
Erigieron allí una minúscula ermita; pero cuando, más tarde, quisieron buscar un lugar más propicio para la veneración y la fueron a trasladar de sitio, la imagen de la Virgen se arraigó al suelo, mientras una voz pronunciaba las palabras: ¡Begooña!, que significa ¡Quieto el pie!.
La altura de la talla es de 0,93 metros, de madera de tilo, sentada sobre un sencillo taburete, sin respaldo, asienta al Niño en sus rodillas. La imagen vio cercenada su original corona tallada en la madera y en su lugar recibió una corona de metal precioso.
La imagen de la Virgen de Begoña se hallaba desde el comienzo del siglo XIV en la pequeña iglesia rural que era la de Begoña. Pudo ser el señor de Vizcaya, don Diego López de Haro, o algunos de sus predecesores, quienes donaran la imagen a Begoña.
LA HISTORIA
La Carta puebla (15 de junio de 1300) no es el primer documento que menciona a Begoña. Una pura mención geográfica la hallamos en 1162.
En 1672 el Señorío de Vizcaya publica un grabado de la Virgen, con el escudo del Señorío al pie, en que la llama: “especial abogada y protectora del Muy Noble y Muy Leal Señorío de Vizcaya”.
En 1738, las Juntas Generales del Señorío de Vizcaya, reunidas en Guernica, a propuesta del Cura de Begoña, don Pedro de Norzagaray, acordaron recibir a la Virgen de Begoña como Patrona y Abogada del Señorío.
En el siglo XVIII, Begoña llegó al apogeo de su esplendor. Unos pocos años más y las guerras (invasión napoleónica, guerras carlistas) reducirán todo ello a un montón de escombros.
En septiembre de 1900 se procede a la solemne coronación canónica; el obispo de Vitoria, don Ramón Fernández Piérola, Delegado apostólico para la coronación, ofició la misa pontifical y la posterior coronación.
La Sagrada Congregación de Ritos declaró patrona de Vizcaya a la Virgen de Begoña en su sesión del 21 de abril de 1903, siendo Papa León XIII. A los 50 años lo volvió a ser por el Nuncio, con una gran misión preparatoria en Bilbao y radiomensaje de Pío XII.
El 27 de marzo de 1908, Pío X, concedió al templo el título de basílica menor.
MILAGROS
A la Virgen de Begoña se acudía en los momentos difíciles. Las bajadas de la Virgen a Bilbao con ocasión de las inundaciones de la Villa en los años 1651, 1737, 1762 y 1775 son multitudinarias.
De todas las manifestaciones extraordinarias de esta advocación ha de destacarse la rogativa del 8 de septiembre de 1855, cuando el cólera morbo asolaba Bilbao. De acuerdo los cabildos y ayuntamientos de Begoña y Bilbao, bajaron a la Virgen en solemne rogativa. En los días siguientes no hubo un solo caso nuevo y la epidemia desapareció rápidamente.
LA BASÍLICA DE BEGOÑA EN LA HISTORIA DEL PAÍS VASCO
El carácter monumental de Begoña se basa en el edificio en sí, de una magnitud que no se entendería fácilmente en función del servicio religioso de una iglesia, pero sí como santuario de amplia repercusión en su entorno.
Sobre una ermita primitiva se construyó en el S. XVI el actual templo, trazado por Sancho Martínez de Arego, que fue también aparejador responsable de la obra de San Antón.
Es un templo basilical de tres naves, sin crucero, cubiertas con bóvedas de crucería dentro del S. XVII, coincidiendo con la obra del coro que trazaba Martín Ibáñez de Zalbidea en 1621. Por tanto, las obras duraron un siglo, ya que habían comenzado en 1511.
La basílica de Begoña formaba parte del perímetro defensivo de Bilbao durante los asedios carlistas del siglo XIX, resultando dañada durante los mismos. El general carlista Zumalacarregui fue mortalmente herido en las cercanías de la basílica, todo lo cual hizo de la basílica un santuario carlista.
La explanada frente a la basílica fue testigo de los Sucesos de Begoña. El 16 de agosto de 1942 una bomba fue arrojada a la salida de la basílica, supuestamente por falangistas, sobre un grupo de carlistas, con varios heridos como resultado. Un falangista, Juan José Domínguez, fue fusilado como castigo, aunque su participación en los hechos es discutida por algunos.
En 1835, en la primera Guerra Carlista, se destruyen la fachada y la torre. En 1876 comenzaron las obras de la nueva restauración de Begoña. En junio de 1881 quedó terminada la torre. La actual fachada a los pies y torre es proyecto de José María Basterra y realizada entre 1902 y 1907, mientras la sacristía actual se construye entre 1900 y 1903.
A lo largo de este siglo de construcción varió algo el rumbo unitario del estilo gótico, pues a mediados del S. XVI la portada principal se formula como un magnifico arco de triunfo manierista, que recuerda mucho obras castellanas de Gil de Hontañón. Lo demás guarda el estilo unitario gótico referido, aunque el coro deja ver el talante clasicista de tracista.
CULTO Y FESTIVIDADES
La Basílica de Begoña está adscrita al la Santa Basílica de San Juan de Letrán, por lo que se puede adquirir indulgencia plenaria según las condiciones acostumbradas.
Las festividades más importantes tienen lugar los días 15 de agosto, día de la Asunción de María (también llamado “Día de la Amatxu” por significar “Amatxu” madre en euskera), y el 11 de octubre, festividad de Begoña. Es ya tradición antigua que la Cofradía de Begoña organice sendos actos.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE BEGOÑA
No olvidéis, Virgen Santísima, las tristezas de la tierra.
Dirigid una mirada bondadosa sobre los que sufren
luchando contras las adversidades y cuyos labios
no cesan de apurar el Cáliz de la Amargura de esta vida.
Tened piedad de los que se amaban y han sido separados.
Tened piedad de las flaquezas de nuestra fe.
Tened piedad de aquellos a quienes amamos.
Tened piedad de los que lloran,
de los que rezan y de los que temen.
Dadles a todos la esperanza y la paz.
(300 días de indulgencia aplicables a los difuntos)
La Basílica de Nuestra Señora de Begoña es el santuario de la Madre de Dios de Begoña, patrona del señorío de Vizcaya, situada en la capital del mismo, Bilbao, España.
Bego-oña significa Quieto el pie (“Dejadme aquí” o “A tus pies”) en el dialecto vizcaíno del euskera.
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en la oquedad de una encina, en el monte Artagán. Según otra tradición, la encontró un pastor sobre un espino.
Tiene una fuerte devoción entre los marinos. Desde el S. XVI son numerosos los barcos de matricula bilbaína que han ostentado el nombre de “Virgen de Begoña” o “Begoña” simplemente.
La costumbre de las gentes de mar al llegar al recodo de la Ría de Bilbao, que pasa al lado del barrio al que precisamente lleva el nombre de “La Salve”, era que al ver las torres de la basílica de Begoña comenzaran a rezar una “Salve” a la Virgen, en agradecimiento por haberles protegido en sus viajes marineros.
IMAGEN Y LEYENDA
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en la oquedad de una encina, en el monte Artagán. Según otra tradición, la encontró un pastor sobre un espino.
Erigieron allí una minúscula ermita; pero cuando, más tarde, quisieron buscar un lugar más propicio para la veneración y la fueron a trasladar de sitio, la imagen de la Virgen se arraigó al suelo, mientras una voz pronunciaba las palabras: ¡Begooña!, que significa ¡Quieto el pie!.
La altura de la talla es de 0,93 metros, de madera de tilo, sentada sobre un sencillo taburete, sin respaldo, asienta al Niño en sus rodillas. La imagen vio cercenada su original corona tallada en la madera y en su lugar recibió una corona de metal precioso.
La imagen de la Virgen de Begoña se hallaba desde el comienzo del siglo XIV en la pequeña iglesia rural que era la de Begoña. Pudo ser el señor de Vizcaya, don Diego López de Haro, o algunos de sus predecesores, quienes donaran la imagen a Begoña.
LA HISTORIA
La Carta puebla (15 de junio de 1300) no es el primer documento que menciona a Begoña. Una pura mención geográfica la hallamos en 1162.
En 1672 el Señorío de Vizcaya publica un grabado de la Virgen, con el escudo del Señorío al pie, en que la llama: “especial abogada y protectora del Muy Noble y Muy Leal Señorío de Vizcaya”.
En 1738, las Juntas Generales del Señorío de Vizcaya, reunidas en Guernica, a propuesta del Cura de Begoña, don Pedro de Norzagaray, acordaron recibir a la Virgen de Begoña como Patrona y Abogada del Señorío.
En el siglo XVIII, Begoña llegó al apogeo de su esplendor. Unos pocos años más y las guerras (invasión napoleónica, guerras carlistas) reducirán todo ello a un montón de escombros.
En septiembre de 1900 se procede a la solemne coronación canónica; el obispo de Vitoria, don Ramón Fernández Piérola, Delegado apostólico para la coronación, ofició la misa pontifical y la posterior coronación.
La Sagrada Congregación de Ritos declaró patrona de Vizcaya a la Virgen de Begoña en su sesión del 21 de abril de 1903, siendo Papa León XIII. A los 50 años lo volvió a ser por el Nuncio, con una gran misión preparatoria en Bilbao y radiomensaje de Pío XII.
El 27 de marzo de 1908, Pío X, concedió al templo el título de basílica menor.
MILAGROS
A la Virgen de Begoña se acudía en los momentos difíciles. Las bajadas de la Virgen a Bilbao con ocasión de las inundaciones de la Villa en los años 1651, 1737, 1762 y 1775 son multitudinarias.
De todas las manifestaciones extraordinarias de esta advocación ha de destacarse la rogativa del 8 de septiembre de 1855, cuando el cólera morbo asolaba Bilbao. De acuerdo los cabildos y ayuntamientos de Begoña y Bilbao, bajaron a la Virgen en solemne rogativa. En los días siguientes no hubo un solo caso nuevo y la epidemia desapareció rápidamente.
LA BASÍLICA DE BEGOÑA EN LA HISTORIA DEL PAÍS VASCO
El carácter monumental de Begoña se basa en el edificio en sí, de una magnitud que no se entendería fácilmente en función del servicio religioso de una iglesia, pero sí como santuario de amplia repercusión en su entorno.
Sobre una ermita primitiva se construyó en el S. XVI el actual templo, trazado por Sancho Martínez de Arego, que fue también aparejador responsable de la obra de San Antón.
Es un templo basilical de tres naves, sin crucero, cubiertas con bóvedas de crucería dentro del S. XVII, coincidiendo con la obra del coro que trazaba Martín Ibáñez de Zalbidea en 1621. Por tanto, las obras duraron un siglo, ya que habían comenzado en 1511.
La basílica de Begoña formaba parte del perímetro defensivo de Bilbao durante los asedios carlistas del siglo XIX, resultando dañada durante los mismos. El general carlista Zumalacarregui fue mortalmente herido en las cercanías de la basílica, todo lo cual hizo de la basílica un santuario carlista.
La explanada frente a la basílica fue testigo de los Sucesos de Begoña. El 16 de agosto de 1942 una bomba fue arrojada a la salida de la basílica, supuestamente por falangistas, sobre un grupo de carlistas, con varios heridos como resultado. Un falangista, Juan José Domínguez, fue fusilado como castigo, aunque su participación en los hechos es discutida por algunos.
En 1835, en la primera Guerra Carlista, se destruyen la fachada y la torre. En 1876 comenzaron las obras de la nueva restauración de Begoña. En junio de 1881 quedó terminada la torre. La actual fachada a los pies y torre es proyecto de José María Basterra y realizada entre 1902 y 1907, mientras la sacristía actual se construye entre 1900 y 1903.
A lo largo de este siglo de construcción varió algo el rumbo unitario del estilo gótico, pues a mediados del S. XVI la portada principal se formula como un magnifico arco de triunfo manierista, que recuerda mucho obras castellanas de Gil de Hontañón. Lo demás guarda el estilo unitario gótico referido, aunque el coro deja ver el talante clasicista de tracista.
CULTO Y FESTIVIDADES
La Basílica de Begoña está adscrita al la Santa Basílica de San Juan de Letrán, por lo que se puede adquirir indulgencia plenaria según las condiciones acostumbradas.
Las festividades más importantes tienen lugar los días 15 de agosto, día de la Asunción de María (también llamado “Día de la Amatxu” por significar “Amatxu” madre en euskera), y el 11 de octubre, festividad de Begoña. Es ya tradición antigua que la Cofradía de Begoña organice sendos actos.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE BEGOÑA
No olvidéis, Virgen Santísima, las tristezas de la tierra.
Dirigid una mirada bondadosa sobre los que sufren
luchando contras las adversidades y cuyos labios
no cesan de apurar el Cáliz de la Amargura de esta vida.
Tened piedad de los que se amaban y han sido separados.
Tened piedad de las flaquezas de nuestra fe.
Tened piedad de aquellos a quienes amamos.
Tened piedad de los que lloran,
de los que rezan y de los que temen.
Dadles a todos la esperanza y la paz.
(300 días de indulgencia aplicables a los difuntos)
(fuente: forosdelavirgen.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario