Memoria de san Ignacio, obispo y mártir, discípulo del apóstol san Juan y segundo sucesor de san Pedro en la sede de Antioquía, que en tiempo del emperador Trajano fue condenado al suplicio de las fieras y trasladado a Roma, donde consumó su glorioso martirio. Durante el viaje, mientras experimentaba la ferocidad de sus centinelas, semejante a la de los leopardos, escribió siete cartas dirigidas a diversas Iglesias, en las cuales exhortaba a los hermanos a servir a Dios unidos con el propio obispo, y a que no le impidiesen poder ser inmolado como víctima por Cristo. († c. 107)
Conmemoración de san Oseas, profeta, que no sólo con sus palabras, sino con su misma vida mostró al Señor al pueblo infiel de Israel, como Esposo siempre fiel y movido por una misericordia infinita. († s. VIII a. C.)
Conmemoración de los santos Rufo y Zósimo, mártires, acerca de los cuales san Policarpo, como compañeros de martirio de san Ignacio, confirmó, al escribir a los filipenses, que «participaron en la pasión del Señor, no amaron la vida presente, sino a Aquel que por ellos y por todos los hombres murió y resucitó». († c. 107)
En África Proconsular, santos mártires Volitanos, a los que san Agustín celebró en un sermón. († c. s. III)
En Licópolis, de Egipto, san Juan, eremita, que entre sus muchas virtudes se distinguió por su espíritu profético. († s. IV)
En Agen, ciudad de Aquitania, san Dulcidio, obispo, que luchó denodadamente por la fe católica contra la herejía arriana. († s. V)
En la ciudad de Orange, en la Provenza, de la Galia, san Florencio, obispo. († c. 524)
En Toulouse, de nuevo en la Galia, muerte de san Gilberto, abad de Citeaux, el cual, nacido en Inglaterra, varón ilustre por su saber, defendió a santo Tomás Becket. († 1167)
En Binasco, de la Lombardía, beato Baltasar de Chiavari Ravaschieri, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores. († 1492)
En Wrexham, en el País de Gales, san Ricardo Gwyn, mártir, que siendo padre de familia y maestro de escuela, devoto de la fe católica, le encarcelaron bajo la acusación de animar a otras personas a la conversión, y tras repetidas torturas, manteniéndose en su fe, fue ahorcado y, mientras aun respiraba, descuartizado. († 1584)
En Roma, beato Pedro de la Natividad de Santa María Virgen Casani, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, que orientò sus dotes naturales y de la gracia a la educación de los niños, contento de servir a Dios en los párvulos. († 1647)
En Paray-le-Monial, en la región de Autun, en Francia, muerte de santa Margarita María Alacoque, virgen, cuya memoria se celebró ayer. († 1690)
En la región de Laval, también en Francia, beato Jacobo Burin, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa ejerció su ministerio pastoral a escondidas, debiendo pasar de casa en casa, hasta que fue fusilado mientras sostenía en sus manos el cáliz. († 1794)
En Valenciennes, igualmente de Francia, beatas María Natalia de San Luis (María Luisa Josefa) Vanot y cuatro compañeras, vírgenes de la Orden de las Ursulinas y mártires, que, durante la Revolución Francesa, fueron condenadas a muerte por quienes odiaban la fe católica, y subieron al patíbulo recitando el salmo Miserere. Sus nombres son: beatas María Laurentina de San Estanislao (Juana Regina) Prin, María Úrsula de San Bernardino (Jacinta Agustina Gabriela) Bourla, María Luisa de San Francisco (María Genoveva) Ducrez y María Agustina del Sagrado Corazón de Jesús (María Magdalena) Déjardin. († 1794)
En Hué, en Annam, san Isidoro Gagelin, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que por su fe en Cristo fue estrangulado en tiempo del emperador Minh Mang. († 1833)
En la localidad de Suna, junto al lago Maggiore, en Italia, beato Contardo Ferrini, que, dedicado a la educación de la juventud, superó con la fe y la vida cristiana las ciencias humanas. († 1902)
En Ciudad Real, en España, beato Fidel Fuidio Rodríguez, religioso de la Sociedad de María y mártir, que durante la persecución religiosa descansó en el Señor al ser fusilado. († 1936)
En la localidad de La Nucía, cerca de Alicante, también en España, beato Ramón Esteban Julio Bou Pascual, presbítero y mártir, que durante la misma persecución mereció, cual discípulo fiel, ser redimido por la sangre de Cristo. († 1936)
En Algemesí, en la región de Valencia, igualmente en España, beata Tarsila Córdoba Belda, mártir, que, siendo madre de familia, pasó a la gloria del Señor en la misma persecución. († 1936)
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